Mejorar a medida que avanza la competición, esa era la apuesta de Jordi Ribera con los 'Hispanos' en los Juegos de París, a los que llegó con una trayectoria dubitativa y una mezcla de experiencia y juventud que precisaba tiempo. España superó la fase previa en el último suspiro y con un tanto postrero de Aleix Gómez sobre la bocina contra Croacia evitó a Dinamarca, la campeona del mundo, considerada de forma generalizada como la máxima favorita por plantilla y momento de forma.
Ahora será la Egipto de un viejo conocido, Juan Carlos Pastor, quien ponga a prueba el proyecto, quien determine si España ha logrado conjuntar las piezas necesarias para optar a medallas o si le proyecto necesita todavía de más tiempo.