No pudo ser. La selección española femenina de baloncesto ha sucumbido ante el poderío belga en un partido que se quedó sin historia a partir del segundo cuarto. Tras un primer acto en el que las jugadoras de Miguel Méndez realizaron una gran labor, igualando el marcador con un triple sobre la bocina de Gustafson, todo se vino abajo tras el paso por los banquillos (66-79). Así, España dice adiós en cuartos de final.
Un duro resultado que empaña, y de qué manera, el buen papel que había realizado hasta el momento el combinado nacional en los Juegos Olímpicos. Ni siquiera el acierto de jugadoras como Maite Cazorla (13 puntos) y de la propia Gustafson (21) fue suficiente para detener el poderío belga, gran aspirante a las medallas en el torneo.
La resistencia española se vino abajo en el segundo cuarto, cuando España encajó un parcial de 0-12 que abrió una brecha en el marcador ya insalvable. A pesar de que la Selección subió su nivel defensivo en el último cuarto, las rentas, que incluso superaron los 20 puntos, supusieron una distancia demasiado importante de remontar en un partido que perdió toda su emoción mucho antes del final. Así, España se queda fuera de las semifinales y de la lucha por los metales cerrando su participación en París en baloncesto.
Un parcial demoledor
España sabía que tenía ante sí un reto muy complicado. Hacer frente a una de las grandes candidatas a las medallas en estos Juegos Olímpicos. Y el equipo de Miguel Méndez salió lleno de ambición, aunque con ciertos nervios. Bélgica dominó el inicio con un parcial de 3-8 gracias a dos triples que supusieron un resumen perfecto de lo que sería el resto del choque.
La Selección registró durante todo el partido muchos problemas en defensa, aunque en los primeros minutos aguantó el duelo en ataque gracias a la figura de Maite Cazorla y de Gustafson, las mejores en el combinado nacional. Sin embargo, el acierto exterior de las belgas impuso un ritmo imposible de seguir. A pesar de eso, con cinco puntos consecutivos de Gustafson, triplazo sobre la bocina incluido, España consiguió cerrar el primer acto con empate (26-26).
Sin embargo, hasta ahí llegó la ilusión. Bélgica puso otra de sus armas en funcionamiento, la potencia en la pintura de Linskens. La pívot belga fue imparable para las jugadoras interiores del combinado nacional, lo que provocó también que se acrecentaran los espacios desde el triple. España no llegaba a detener todo el potencial de su rival y con un parcial demoledor terminó por romper el partido (0-12).
La Selección estuvo más de cuatro minutos sin anotar mientras en defensa hacía aguas por todos lados. Sobre todo, eran incapaces de parar las entradas a canasta y las puerta atrás desde la cabecera con las que la zaga nacional era destrozada una y otra vez. Al ritmo de Delaere, Bélgica bordó su baloncesto para despegar en la recta final del primer tiempo. España solo pudo sacar rédito del rebote ofensivo (37-48).
Final sin historia
España confió en que el paso por vestuarios devolviera la ilusión y la intensidad perdida. Sin embargo, todo fue un espejismo. La mejoría en defensa duró apenas unos minutos y Bélgica puso la directa hacia el triunfo. El triple siguió siendo la base de un triunfo claro y rotundo, y es que las belgas no bajaron del 50% de acierto en todo el encuentro.
Haciendo gala de su buena mano y aprovechando el desgaste de las jugadoras españolas, las rentas en el marcador terminaron yéndose más allá de los 20 puntos. Una situación ya irremontable. De hecho, Bélgica tuvo tiempo incluso de guardar fuerzas para la lucha por las medallas y pensar en que ya es una de las cuatro mejores de la competición.
Ya en el último cuarto, España tiró de orgullo y pundonor y mejoró algo más en defensa, llegando a reducir la desventaja hasta los 11 puntos. Sin embargo, el acierto exterior de jugadoras como Van Loo (13) o Emma Meesseman (19) volvió a poner las cosas en su sitio garantizando un final de encuentro tranquilo para las de Matthew Fiba Kallio.