Juegos Olímpicos

La generación de oro derriba la puerta de la Selección: Fermín y su quinta garantizan el relevo los próximos años

El equipo de Santi Denia llegaba a París con la presión que suponía el título de la Eurocopa ganado por la absoluta y han cumplido con creces.

10 agosto, 2024 02:16

España ha tocado el cielo en París y ha roto un maleficio que perseguía a la Selección desde hacía más de tres décadas. Cada generación que ha ido a unos Juegos Olímpicos lo hacía con la presión de intentar igualar el éxito conseguido en Barcelona 92, cuando se consiguió el último oro en el deporte rey. 

Una losa demasiado pesada y que en ocasiones, como sucedió en Tokio, supone un exceso de presión imposible de sobrellevar. En aquella final perdida ante Brasil estaban Eric García y Juan Miranda, dos jugadores que han sido de la partida este viernes en el triunfo del conjunto de Santi Denia sobre la temida Francia. Casualidades de la vida, tres años después han encontrado su redención y la oportunidad de hacer historia. 

Sin embargo, esta Selección que ha triunfado en el Parque de los Príncipes llegó a la capital francesa con una presión añadida, la que le pusieron sus 'hermanos mayores' hace tan solo unas semanas. La España de Luis de la Fuente ganó la Eurocopa frente Inglaterra contra todo pronóstico y sentó las bases de un verano mágico. Por eso, era misión de la Selección olímpica no bajar el listón. 

Con este triunfo, cimentado en un fútbol alegre a la par que práctico y en el talento de jugadores como Arnau Tenas, Abel Ruiz, Álex Baena y sobre todo Fermín López, España se asegura un relevo generacional para los próximos lustros. De la joven selección que brilló en la Eurocopa al combinado, aún más novel, que ha roto un maleficio que perseguía al país desde los Juegos de Atlanta 1996, cuando se ganó en waterpolo la última final por equipos. 

Tras años de travesía por el desierto, viendo el ocaso de la generación dorada de las dos Eurocopas y el Mundial de Sudáfrica sin un relevo claro, ahora la salud del fútbol español ha recuperado todo su vigor. La Selección ya tiene aquí su futuro antes de que su presente se haya convertido en pasado. Una garantía de ilusión y éxitos. 

El futuro ya está aquí

En cualquier gran club o federación de primer nivel que se preste, una de las bases más importantes es tener una cantera sólida. No hay nada mejor para edificar el presente que tener la tranquilidad de que lo que viene es igual de bueno, o incluso mejor, que lo que ya se tiene. 

Por ello, en el deporte de alto nivel, y especialmente en el fútbol, está tan de moda que los jóvenes den el salto cada vez más pronto. Es lo que ha sucedido en los últimos años con futbolistas como Pedri, Gavi, Lamine Yamal o Pau Cubarsí. Como se puede comprobar, España es un país que es garantía de talento sea cual sea la edad del DNI de sus futbolistas. 

Pau Cubarsí celebrando la victoria en los JJOO

Pau Cubarsí celebrando la victoria en los JJOO Reuters

Recientemente, la Selección se ha proclamado campeona de Europa después de cuajar un torneo formidable en el que muy pocos le daban crédito. Un equipo sin experiencia, plagado de jugadores jóvenes y con un entrenador que tampoco tenía bagaje en un torneo de tan enormes proporciones. 

Un éxito, el de los Lamine, Nico Williams, Unai Simón y compañía, que invita a pensar de la mejor manera posible en el presente, pero también en el futuro. Ya que se trata del mejor equipo de Europa, pero plagado de talento aún por explotar. Y es que, el equipo de De la Fuente, apenas tiene una media de edad de 27 años. Y buena parte de su núcleo duro ni siquiera llega a esas cifras. 

Lo más sorprendente de todo es que antes de que esa calidad haya entrado en su cuesta abajo, ya asoma con fuerza una generación capaz de asumir ese relevo desde mañana mismo. Es la generación de los Fermín, Baena, Sergio Gómez y compañía. La España olímpica, como no podía ser de otra manera, apenas tiene una edad media de 22 años. Es decir, un lustro menos que la joven España campeona de Europa. 

Las normas de los Juegos Olímpicos indican que a la disciplina del fútbol masculino deben acudir jugadores menores de 23 años y que solo 3 de los integrantes de la selección podrán superar esa cifra. Plazas que normalmente van a parar a estrellas veteranas o a los mejores del panorama nacional. Sin embargo, el conjunto de Santi Denia ha sido un equipo rara avis en este aspecto. 

Solo dos jugadores han roto la barrera de los 23 años. Juan Miranda, lateral izquierdo del Bolonia, y Abel Ruiz, nuevo delantero del Girona. Y lo han hecho por solo unos meses, ya que ambos se han colgado el oro en París con 24 'primaveras'. Unos números que demuestran que el cuerpo técnico ha apostado por un bloque compacto de una misma generación que ya pide paso a pesar de que sus 'hermanos mayores' todavía están en edad de dar mucha guerra. 

De hecho, lo ideal sería que ambos equipos pudieran acudir a los torneos internacionales con la posibilidad, utópica, de que hubiera una final 100% española. No obstante, la opción real y lógica de combinar los dos equipos campeones invita a soñar con un presente y un futuro de muchos éxitos para el deporte español. 

Fermín y Baena, los nexos

En todo gran proyecto debe haber un líder. O incluso varios. Y una de sus funciones es la de hacer de nexo entre todas las partes de un equipo. En este sueño de la España de presente y de futuro hay dos jugadores que son los encargados de hacer de eslavones entre la generación del hoy y la del mañana. Ellos son Fermín López y Álex Baena

Las dos jóvenes estrellas, uno desde el FC Barcelona y otro desde el Villarreal, han cerrado un verano de ensueño sumando el título de la Eurocopa y el oro de los Juegos Olímpicos. Hitos por los que muchas estrellas pelean a lo largo de sus carreras y que ellos han conseguido en apenas unos días. 

Álex Baena y Fermín López con la medalla de oro olímpica.

Álex Baena y Fermín López con la medalla de oro olímpica. Reuters

El papel de Fermín y de Baena en la Eurocopa fue testimonial, pero tenía su porqué. Fueron llamados por Luis de la Fuente por su valía y calidad, pero el plan que se esperaba de ellos no era ser decisivos en el campo al nivel de algunos de sus compañeros. Si no aprender de los mayores las claves del éxito para después sabérselas transmitir a sus discípulos. Y así lo han hecho. 

Después de brillar en Alemania como jugadores de equipo, han llegado a París para ser los líderes y guías de una selección con hambre de oro. Una función que han cumplido a rajatabla hasta en la final. El doblete de Fermín López daba la vuelta al marcador y el golazo de Álex Baena ampliaba la ventaja antes del descanso. Sin ellos, el heroico doblete de Camello no habría servido de nada. 

Pero ese liderazgo y esa capacidad para ser decisivos no se ha visto solo en el duelo contra Francia, sino que se ha podido constatar en todos y cada uno de los enfrentamientos que ha tenido España en el torneo. Sin ir más lejos, la participación de Fermín López resume a la perfección esta cuestión. 

Seis goles marcados en seis partidos disputados a los que añade una asistencia. Una cifra que le convierte en el máximo goleador español en unos Juegos Olímpicos superando a Kiko Narváez en Barcelona 92.

Además, ha sido clave en cuartos de final anotando un doblete. Lo fue en semifinales marcando y asistiendo y en la final ha abierto el camino del oro con otros dos tantos. El ejemplo y los números del líder perfecto. Una receta que aprendió bien de sus compañeros este verano y que ha sabido transmitir a una generación, la Sub23, que llega pisando fuerte. 

Con estos logros, tanto Fermín como Baena han igualado el récord del francés Albert Rust, el único futbolista hasta el momento en tener un verano perfecto. El galo lo hizo en 1984, en la Eurocopa de su país y en los Juegos de Los Ángeles del citado año. Y ahora, cuatro décadas después, los dos centrocampistas han seguido sus pasos. 

Ellos han abierto el cajón de los récords, pero no han sido los únicos integrantes de la Selección en llevarse una valiosa plusmarca. Eric García y Juan Miranda se han convertido en los futbolistas de nuestro país con más medallas de la historia, ya que suman a este oro la plata de 2021. 

Jóvenes, pero contrastados

Otro de los puntos que destaca de esta generación llamada a grandes éxitos en el futuro es que a pesar de su juventud, la mayoría ya son futbolistas contrastados en equipos de primer nivel. Y no solo eso, sino que cuentan con un gran protagonismo en sus plantillas. 

El ejemplo más claro es Pau Cubarsí, que con apenas 17 años es central titular en el FC Barcelona. Otro caso parecido es el propio Álex Baena, uno de los líderes de un Villarreal que pelea por entrar en Europa cada año. O Sergio Camello, héroe ante Francia y referencia en ataque del Rayo Vallecano. 

Además, da la casualidad de que, durante este verano, muchos nombres de jugadores del equipo han sonado para grandes movimientos. Son los casos de Samu Omorodion, pretendido por el Chelsea, o de Sergio Gómez y su viaje del Manchester City a la Real Sociedad, o de Abel Ruiz, recién llegado al Girona, o incluso de Juan Miranda, fichaje del Bolonia. 

La Selección olímpica está de moda y demuestra en todas sus posiciones que hay motivos para ilusionarse y, lo que es mejor, para confiar en un presente y en un futuro con motivos para que los éxitos no paren. Si el presente ya tiene hechos, el relevo acaba de confirmar que han venido para quedarse.