Los últimos días de estos Juegos Olímpicos le están dando grandes alegrías a España. Ha costado, han tardado, pero por fin han ido cayendo las medallas de oro e incluso se han llegado a juntar varias en el mismo día.
No cabe duda de que las actuaciones de María Pérez y Álvaro Martín, Jordan Díaz, Botín y Trittel, la selección masculina de fútbol o la femenina de waterpolo van a dejar un recuerdo imborrable, pero estos Juegos también quedan marcados para España por los momentos en los que se ha visto relegada a quedar fuera del podio.
Han sido demasiados batacazos de los que cuesta reponerse y que han ido haciendo mella a lo largo de tantos días de competición en los diferentes deportes. Muchas veces en las que los atletas españoles se han quedado a las puertas de tocar un metal, especialmente dolorosas aquellas en las que partían como grandes favoritos y finalmente no han podido estar entre los puestos de honor.
Ha habido historias muy crueles como la de Carolina Marín, obligada a abandonar por una durísima lesión, sorpresas que han estado a punto de confirmarse como la de Albert Torres en ciclismo en pista, o auténticos batacazos como el de la selección femenina de fútbol.
También disciplinas negras que han estado plagadas de 'casis'. El taekwondo, donde España esperaba sumar varias medallas, ha ido golpeando día tras día a España con eliminaciones tempranas y bronces perdidos. Algo similar al judo, donde las medallas de chocolate se han contado a pares, al igual que las finales perdidas en piragüismo.
Es la otra cara de los Juegos Olímpicos, la que con tan sólo una pizca más de suerte habría reconvertido el medallero de manera considerable y que deja un puntito de rabia por lo que podría haber sido y no llegó a ser.
Las disciplinas malditas
Si hay unos deportes que se hayan cebado con el deporte español esos han sido el judo, el piragüismo y el taekwondo. Hasta once diplomas olímpicos suman estas disciplinas en las que de una manera u otra los deportistas nacionales se han quedado a las puertas de las medallas.
El judo ha sido especialmente cruel con España en París. Los judokas nacionales llegaban con serias opciones de sumar varios metales al medallero, pero tuvieron que volverse como se marcharon, con las manos vacías y sin nada colgado al cuello.
Laura Martínez, Ai Tsunoda, Nikoloz Sherazadishvili y Tristani Mosakhlishvili llegaron a las puertas del bronce, a los combates en los que se decidía la última presea del podio, pero todos ellos cayeron en el momento decisivo y se quedaron sin rascar metal.
Algo similar le sucedió a dos componentes de la delegación española de taekwondo. Adrián Vicente, que iba a por el oro, cayó en el combate por el bronce tras llegar hasta allí a través de la repesca, mientras que Javier Pérez también rozó el metal pero cayó en la pelea definitiva.
El piragüismo ha sido un nido de medallas para España. De las embarcaciones nacionales han surgido hasta tres medallas con los bronces de Pau Echaniz, el C2 500 masculino y el K4 500 también de hombres, pero también ha sido un foco casi inagotable de finales perdidas.
Durante los últimos días han sido varias las embarcaciones que se han quedado fuera de las medallas pese a entrar en sus respectivas finales. Antia Jacome en el C1 200, el K2 500 masculino, el K4 500 femenino, el C2 500 femenino y hasta Miquel Travé en aguas bravas, se resignaron al diploma olímpico.
Otros puestos dolorosos
Uno de los momentos más crueles de estos Juegos Olímpicos lo vivió en sus propias carnes Carolina Marín. La onubense estaba a tan sólo unos pocos puntos de plantarse en la final y era una de las opciones más claras de oro para España, pero cuando saboreaba su pase una inoportuna lesión se cruzó en su camino.
Carolina se vio obligada a abandonar con una rotura de ligamento cruzado y, entre lágrimas, dijo adiós al torneo. El diploma olímpico ni mucho menos es consuelo, y sin duda alguna es uno de los pasajes más dolorosos de París 2024.
Otros que se quedaron a las puertas del bronce fueron los hombres del hockey masculino. En la pelea por la medalla la Selección sucumbió ante la India y se quedó sin palpar metal en estos Juegos.
En cuarta posición finalizaron también Quique Llopis en los 110 metros vallas y Mar Molné en tiro. En el caso del atleta, el diploma sabe muy bien ya que se quedó a las puertas de firmar una actuación histórica para el atletismo español, mientras que la tiradora no pudo ratificar sus buenas sensaciones en la final, donde Fátima Gálvez fue quinta.
Xammar y Brugman, en el 470 de vela, también acabaron cuartos y dejaron escapar una gran opción de medalla, mientras que Albert Torres estuvo muy cerca de dar la sorpresa en el Ómnium de ciclismo en pista. Tan sólo cuatro puntos le separaron de un bronce soñado.
Los desenlaces de Rafa Lozano y José Quiles en boxeo tampoco fueron benévolos, ni el de Rahm en golf o el de Ana Peleteiro en triple salto. A todo esto hay que añadir además lo sucedido con la selección femenina de fútbol, que perdió en la pelea por la medalla de bronce después de fallar un penalti en el tiempo añadido.
España cerrará los Juegos Olímpicos de París rozando los 50 diplomas olímpicos. Un balance que deja claro que los deportistas nacionales están entre los mejores en muchas disciplinas, pero que también falta algo más para dar un salto cualitativo y subirse más veces al podio.