Los Juegos Olímpicos 2024 se esfuman, pero son muchos los deportistas que han dejado su huella para la eternidad. Récords del mundo, actuaciones estelares que hicieron vibrar a propios y extraños, llegadas al estrellato... Los Juegos de París han dejado innumerables historias que nunca se borrarán y caerán en el olvido.
Una cita olímpica en la que el público volvió a las gradas (después de lo ocurrido en Tokio con el coronavirus) y fue testigo en primera persona de gestas inimaginables. De ver saltos jamás vistos, presenciar la pérdida del trono de los más grandes de siempre o de ser ver con sus propios ojos el adiós de leyendas vivas del deporte.
Han sido más de 10.000 atletas quienes han disputado la cita olímpica y todos ellos forman parte de unos Juegos sobresalientes, pero han sido un puñado de ellos quienes serán la cara visible de la competición cuando echemos la vista atrás en las próximas décadas.
Cada uno de su padre y de su madre, de distintas nacionalidades y disciplinas, pero todos con el denominador común de ser unos campeones. Nacieron para brillar en el deporte y han cumplido con creces su propósito.
Hablamos de atletas como Simone Biles, Léon Marchand, Armand Duplantis, Novak Djokovic, Noah Lyles, LeBron James, Katie Ledecky... Y muchos más. Todos ellos han escrito con letras de oro su historia en los Juegos Olímpicos.
Los reyes de París
Sin duda, quienes han estado en primer plano han sido Biles, Marchand y Duplantis. Son las grandes figuras de los Juegos Olímpicos dejando todos ellos momentos para la historia y un legado que será complicado de superar.
El primero en situarse en el primer plano fue Leon Marchand. El nadador francés ha sido toda una celebridad en París y su participación se cerró con cuatro medallas de oro, con sus sendos récords olímpicos, y una medalla de bronce en la prueba por equipos. El galo de 22 años no ha tenido rival en el agua y ha impresionado a todos superando los registros de Phelps.
Los últimos momentos de grandeza de Marchan coincidieron con la puesta en escena de Biles. La gimnasta estadounidense se estrenó por todo lo alto con tres medallas de oro y estuvo a un paso de igualar el mayor números de oros en Juegos Olímpicos. Sin embargo, obtuvo una plata en la prueba de suelo y se quedó fuera de los metales en el ejercicio de barra.
Después llegó el turno de Duplantis. El saltador de pértiga sueco dejó una imagen para la eternidad al batir el récord del mundo con una marca estratosférica de 6.25 metros. En su haber estaba la mejor marca de la historia, pero se superó a sí mismo provocando el delirio de los aficionados.
El más rápido del mundo
Los Juegos Olímpicos también han dejado nuevos reyes en disciplinas emblemáticas. En los 100 metros, el estadounidense Noah Lyles se proclamó campeón olímpico en una de las finales más ajustadas de la historia. Igualó el 9.79 del jamaicano Thompson, pero se llevó el gato al agua por milímetros.
Lyles intentó su segundo oro en la prueba de 200 metros, su especialidad, pero se tuvo que conformar con un bronce ante el insuperable Tebogo después de disputar la carrera con coronavirus.
El fin del círculo
Novak Djokovic reinó en París para conseguir cerrar el círculo de los 4 'Majors' más el oro olímpico. Lo hizo en una final épica ante Carlos Alcaraz que se decidió en dos tie-breaks. El tenista serbio dio una exhibición imponiéndose al jugador más en forma del circuito.
A 'Nole' ya no le queda nada por ganar en su carrera. A sus 37 años, el balcánico logró el ansiado premio que tanto se le había resistido. Sólo le quedaba ese paso y, después de una final perdida y tres oportunidades por el bronce, logró su objetivo.
Oro del 'LeBron Team'
Estados Unidos ha vuelto a llevarse la medalla de oro en baloncesto. No sorprende a nadie, son netamente superiores a sus rivales. El 'Dream Team' ha ganado todos sus partidos en los Juegos y ha estado liderado por LeBron James (a excepción de las exhibiciones y momentos 'clutch' de Curry en el último tramo).
'King' James logró así su cuarta medalla olímpica. Obtuvo el bronce en Atenas 2004 y fue clave en los oros de Pekín y Londres. No estuvo en Río y Tokio, pero volvió a lo grande en París para su 'Last Dance'.
Récord histórico
En el ciclismo, Remco Evenepoel entró en la historia después de ser campeón olímpico en ruta y en la prueba contrarreloj. Nadie había logrado algo así hasta ahora, pero el belga no lo hizo con una superioridad insultante.
Además, dejó una imagen icónica al cruzar la línea de meta en su segundo oro. Como si lo tuviera todo pensado desde antes de empezar la carrera, posó para la inmortalidad, consciente del hito que acababa de conseguir para el ciclismo y para el deporte en general. Posó delante de la Torre Eiffel con los brazos abiertos y mirando al cielo. Una postal para el recuerdo.
Imparable en el agua
Si Leon Marchand brilló en la natación masculina, Katie Ledecky fue la gran figura en el lado femenino. La australiana, 21 veces campeona del mundo y con innumerables récords, siguió ampliando su legado en París.
Consiguió las victorias en 1.500 y 800 metros, además de la plata en 4×200 metros libres y el bronce en 400 metros libre, por lo que ahora también presume de ser la segunda atleta más ganadora de oros en Juegos Olímpicos, igualada con la gimnasta soviética Larisa Latynina (9).
Ídolo francés
Otro de los héroes de Francia fue el judoca Teddy Riner. El galo es una de las mayores leyendas de la disciplina con un palmarés envidiable en el que suma 5 oros en Europeos, 11 en Mundiales y 5 en Juegos Olímpicos.
Riner brilló de nuevo con luz propia en París. Nunca antes se había colgado dos metales dorados en unos mismos Juegos, pero esta vez cumplió tanto en el lado individual como en equipos mixto.