"Las 22 medallas de Barcelona 92 pueden caer en París". Es el mantra trasladado por el Comité Olímpico Español, con Alejandro Blanco a la cabeza, desde antes del encendido de la llama olímpica en los Jardines de las Tullerías. 13 oros, 7 platas y 2 bronces, esa es la cifra a batir en la capital francesa por la delegación nacional.
El objetivo no cambia pasados los 32 años, ahí sigue el deporte olímpico español, algo estancado consigo mismo. La capital francesa presentaba su candidatura para relevar a Barcelona como ciudad más laureada para España y apagó la llama olímpica como quinta urbe en la que la delegación española se ha colgado más medalla. 18 en total. Por debajo de Barcelona 92; Atenas 2004; Pekín 2008 y Londres 2012.
Cinco de oro, cuatro de plata, nueve de bronce y... hasta 51 diplomas olímpicos. Los cuartos y quintos puestos han dejado en la orilla grandes bazas de medalla. Como Antía Jácome, la selección de fútbol femenina, Ai Tsunoda, la selección masculina de hockey, Quique Llopis, Fátima Gálvez, Ana Peleteiro, Jordi Xammar y Nora Brugman...
Jordan Díaz y una marcha triunfal
Sin olvidar la lesión de Carolina Marín cuando dominaba y estaba a medio set de la final olímpica. París deja el listón en 18 preseas, 51 diplomas olímpicos y una larga secuencia de acaecimientos que invitan al optimismo para Los Ángeles 2028. Los sueños de Jordan Díaz se convirtieron en realidad en un Saint-Denis que contempló maravillado y exaltado uno de los grandes hitos del atletismo español.
Cuya genética, estética y técnica provienen del otro lado del Atlántico. Jordan Alejandro Díaz Fortún saltó hasta los 17,86 y ascendió al cielo del triple salto español con un oro olímpico majestuoso. Como los de María Pérez y Álvaro Martín, dobles medallistas en individuales -plata y bronce respectivamente- y oro en el relevo mixto de los 20 kilómetros marcha. Los tres atletas auguran más éxitos dentro de cuatro años en Los Ángeles, si María logra convencer a Álvaro, que duda.
Se acaban 24 años de sequía
El primer día de los Juegos hacía presagiar un goteo incesante de medallas para la delegación español. Fran Garrigós fue el culpable. El madrileño, que empezó a los cuatro años en el judo para rebajar su energía, rompió una sequía de medallas prolongada 24 años en el judo español en general y 28 en el masculino en particular con su medalla de bronce.
"Estamos desbordados de alegría. Fran se merece todo. Le conocí cuando su familia afrontaba una crisis económica y le eché una mano en todo lo que pude", cuenta Quino, su entrenador, en una conversación con EL ESPAÑOL.
El mostoleño había caído en primera ronda en sus dos anteriores participaciones, tanto en Río 2016 como en Tokio 2020. Tras los últimos llegó incluso a plantearse dejarlo. Se tomó un tiempo, pero decidió volver. "Él es muy cabezón. Se plantea unas metas y las consigue. Es una persona admirable", explica Quino, su segundo entrenador, a este periódico.
Nueva disciplina, nueva medalla
El 3x3 de baloncesto, que se estrenaba en la capital francesa, también lo hizo en el medallero histórico español. La Plaza de la Concordia, epicentro de la historia universal. De guillotinas y reyes, se engalanó para entregar la medalla de plata al combinado femenino español de 3x3 tras una final, ante Alemania, que ya forma parte de los libros del deporte olímpico nacional.
Sandra Ygueravide, Vega Gimeno, Juana Camilion y Gracia Alonso de Armiño estuvieron a centímetros, los que faltaron en su última canasta, de colgarse el oro en una disciplina que se estrenaba en París y repetirá en Los Ángeles. España oposita a todo en la ciudad estadounidense.
La sorpresa de Pau Echaniz
Después de varios sinsabores en el piragüismo, emergió el estupor de Pau Echaniz en el K1 esprint slalon. Completó el recorrido de manera prácticamente impecable. Con la serenidad de un veterano y el ímpetu de un debutante. Inauguró la final, ya que se había clasificado a ella con el 12º mejor tiempo. Descendió y esperó, aunque sus golpes sobre el agua presagiaban una medalla en cocción.
Abandonó el canal de competición y abrazó una silla situada bajo una carpa de plástico que fue su cobijo durante prácticamente una hora. Lo que tardaron el resto de piragüistas en descender por el canal. Únicamente De Gennaro y Castryck, ambos al límite, le superaron. Un bronce en su debut olímpico. El español, hijo y alumno Xabi Echaniz y cuya madrastra es Maialen Chourraut, acudirá a Los Ángeles con más horas de batería y opciones reales de transformar en oro el bronce de París.
La redención del boxeo
El puerto a coronar por el boxeo español en París era alto. 24 años sin medalla en general y toda una vida en categoría superpesado. Roland Garros coronó a Reyes Pla con un bronce en categoría (-92kg) y a Ayoub Ghadfa con la plata en (+92kg). El primero, eliminado con polémica en semifinales, el segundo derrotado en la final por el invencible Jalolov.
Ambos quitaron el polvo que presidía la vitrina olímpica del boxeo español desde que Rafa Lozano lograba el subcampeonato en Sídney 2000. Precisamente, su hijo Rafa Lozano Jr y José Quiles, cayeron en cuartos de final quedándose a las puertas de las medallas.
España y el boxeo mejoran su relación, aunque deberán esperar para saber si dentro de cuatro años pueden darle continuidad en Los Ángeles. El boxeo podría caerse del programa olímpico si no encuentra una federación internacional que organice el deporte.
El culmen a una vida
La Défense Arena fue testigo de un viaje al Olimpo. El de la selección española de waterpolo femenino. Las de Miki Oca precintan el oro que culmina una serie cuyo rodaje comenzó en los Juegos de Londres 2012. En la capital inglesa lograron la plata. En Río 2016 fueron quintas y en Tokio 2020 reeditaron el subcampeonato olímpico. Hasta que llegó París. La ciudad que corona un linaje glorioso.
El epílogo memorable del combinado nacional se entiende a través de la mezcla de generaciones. Elena Ruiz -19 años-; Martina Terré -21-; Paula Camus -22-; Nona Pérez -21- e Isabel Piralkova -18- entrenan y conviven con las veteranas y triples finalistas olímpicas como lo son Laura Ester, Maica García, Pili Peña y Anni Espar que han transmitido su actitud. Bajo las órdenes de Miki Oca, de quien lleva más de una década en el proyecto del waterpolo femenino.
Al cambiar de superficie, los oros se mantienen. La selección masculina de fútbol se colgó la presea dorada tras 32 años sin conseguirlo. Y las chicas de Montse Tomé claudicaron en semifinales en su primera participación. Dos adeptos más para la próxima cita olímpica, a la que Alcaraz llegará todavía más reafirmado como líder del tenis. París cede el testigo a Los Ángeles como ciudad en la que superar los éxitos de Barcelona 92.