Por qué España sólo consigue una medalla cada 18 pruebas: sólo invierte la séptima parte que Italia
España y el sueño imposible de Barcelona 92: el programa ADO cambia de nombre pero carece de dinero y modelo.
13 agosto, 2024 02:05París echó el cierre de los Juegos Olímpicos de 2024 este domingo y con ello comenzó la olimpiada de Los Ángeles 2028. Tras el furor de la competición llega el momento del análisis y la preparación de otro ciclo olímpico.
En el caso de España, París 2024 ha dejado una cosecha de 18 medallas (5 de oro, 4 de plata y 9 de bronce). El análisis simplista, y optimista, diría que la delegación española ha superado la cifra lograda en los dos últimos Juegos (Rio 2016 y Tokio 2020), pero analizando los datos fríamente y a fondo, España ha vuelto a quedarse corta.
La mejor cosecha de medallas en unos Juegos Olímpicos de verano fue en Barcelona 1992. La delegación nacional recogió 13 medallas de oro, 7 de plata y 2 de bronce hasta alcanzar los 22 metales, nunca superados hasta la fecha: ni el total de medallas, ni el número de oros, ni en el puesto en el medallero final (6º).
Comparando esta cifra histórica con lo obtenido en París, los cuatro metales de distancia en el total (8 si contamos solo los oros) no parecen una distancia tan abultada y se podría pensar que la actuación ha sido similar, pero una vez más hace falta ver los detalles a fondo.
En Barcelona 92 hubo 257 disciplinas que repartieron medallas, en París 2024 hubo 329 (un 28% más). En los JJOO de 1992, España lograba una medalla por cada 11,68 pruebas, en cambio, en los Juegos recién terminados de París la cifra crece hasta las 18,27, es decir, la presencia de deportistas españoles en el podio se reduce, habiendo más opciones de medalla hemos logrado menos.
Además, la delegación olímpica española en París ha sido la más numerosa de la historia, sin tener en cuenta la de Barcelona 1992 en la que al ser anfitrión España, el equipo nacional debía contar con presencia en cada una de las pruebas aunque el deportista no hubiera logrado la clasificación por éxitos deportivos. En total, 430 deportistas españoles compitieron en Barcelona 92.
A París viajaron 383 deportistas (193 mujeres y 190 hombres), superando los 321 de Tokio, los 306 de Río de Janeiro y los 323 de Sídney 2000 (récord de participantes hasta la fecha). Este dato refrenda el argumento de que el deporte olímpico español no ha firmado el rendimiento esperado en estos Juegos.
Un largo camino
Hasta Barcelona, España había ganado un total de 26 medallas (5 oros, 12 platas y 9 bronces) en los 16 Juegos Olímpicos de verano de la era moderna disputados hasta aquel verano de 1992. Los 22 metales en aquellos Juegos en casa fueron una explosión para el deporte olímpico sin precedentes fruto de una alianza público - privada, que tampoco se ha igualado jamás.
En 1988 se crearon las llamadas becas ADO. Un programa con inversión pública y privada que destinó a los deportistas con el objetivo de mejorar su rendimiento para Barcelona 92.
En aquel ciclo olímpico, cada empresa que entraba a patrocinar el programa ADO asumía el apoyo de una disciplina deportiva. Cada corporación invertía entre 30 y 150 millones de pesetas (entre 180.0000 y 900.000 euros). Entre las empresas que participaron estaban Coca-Cola en atletismo, Leche Pascual en natación, Seat en ciclismo, Bimbo en tenis y Renfe en piragüismo.
Ese primer ciclo fue un gran éxito para el deporte español, con el plan ADO alcanzando una financiación récord de 79 millones de euros, la más alta en su historia. Sin embargo, en el ciclo olímpico siguiente, para los Juegos de Atlanta 1996, la financiación se desplomó a 33 millones de euros, lo que representó una caída del 56% respecto a la inversión inicial en Barcelona.
La inversión empresarial ha ido disminuyendo de manera constante cada año, lo que ha obligado al CSD a incrementar su aportación. En 2019, el CSD representaba el 56% de los fondos totales, cifra que ascendió al 61% en 2019 y al 62% en 2020. Para 2021, el porcentaje alcanzó el 79%. Desde la crisis de 2008, la disminución de la inversión privada ha sido notable.
Para el ciclo olímpico de París 2024, el CSD rebautizó el plan ADO como 'Plan Team España'. El proyecto recibió 50 millones de euros en el trienio 2022 - 2024, unos 16 millones de euros anuales. La dotación, aprobada en el Consejo de Ministros, es gestionada por el Consejo Superior de Deportes (CSD) quien se encarga de repartir las becas a través de cada de las federaciones para que estas se lo hagan llegar a los deportistas.
Depender del CSD tampoco es una ayuda para el deporte olímpico. La situación del organismo no pasa por su mejor momento y la falta de estabilidad es un lastre más al olimpismo español.
Desde que Pedro Sánchez asumió la presidencia del gobierno, ha habido cuatro ministros de Cultura y Deportes: Maxim Huerta, José Guirao, José Manuel Rodríguez Uribes y Miguel Iceta. Actualmente, el deporte está bajo la dirección del Ministerio de Educación, encabezado por Pilar López Alegría.
Durante este período, cinco personas han ocupado la presidencia del Consejo Superior de Deportes: María José Rienda, Irene Lozano, José Manuel Franco, Víctor Francos y José Manuel Rodríguez Uribes. Además, se han nombrado cuatro directores generales de Deportes: Mariano Soriano, Joaquín de Arístegui, Albert Soler y Fernando Molinero.
La financiación
El pasado domingo, Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español, reconocía que París 2024 no ha dado "el resultado esperado", pero también daba un dato que refleja la realidad del deporte olímpico español. "El dinero, en euros, que recibió el deporte para el ciclo de Río, en 2016, es el que en pesetas se dio en 1992".
"No es el esperado, pero es un buen resultado. A partir de ahí hemos de preguntarnos qué queremos, definir el modelo que aplicamos, y sostenerlo en el tiempo", explicó Blanco que lanzaba un dardo al CSD de José María Uribes. "No tengo el poder de decisión, pero sí la palabra para movilizar al deporte y lo voy a hacer".
La reclamación de Blanco responde a que en otros países la gestión de las ayudas y las inversiones en el deporte olímpico corresponde al Comité Olímpico de cada nación, en lugar de ser gestionado por un organismo gubernamental que después delega en las federaciones. La actuación directa y simplificar la forma de actuar sería una primera medida lógica, viendo lo que sucede en otros países.
La inversión en otros países es descomunal si se compara con los 50 millones invertidos por España en el trienio 2022-2024. Gran Bretaña (65 medallas, 14 de oro) anunció 352 millones de libras (algo más de 400 millones de euros) para este mismo periodo previo a París 2024 (presupuesto compartido entre el comité olímpico y paralímpico), la delegación británica vio como su presupuesto se incrementó desde los 345 millones de libras invertidas para el periodo previo a Tokio 2020.
El británico no es el único comité olímpico que contó con una dotación superior a la española. El presupuesto del COE es unas siete veces menor que el de Italia (40 medallas, 12 de oro) o Japón (45 medallas, 20 de oro), más de cuarto veces menos que el de Brasil (20 medallas, 3 de oro) o tres veces menos que, Canadá (27 medallas, 9 de oro) o Australia (20 medallas, 11 de oro).
En cuanto a inversión, España se encuentra a la altura de países como Finlandia (sin medallas en París 2024), Suecia (con 11 medallas un puesto por detrás nuestro gracias a los 4 oros obtenidos), Nueva Zelanda (que obtuvo 20 medallas, 10 de oro, y acabó en el puesto 11º del medallero) y Bélgica (que obtuvo un total de 10 medallas, 3 de oro, y acabó en el puesto 25º).
El modelo
Los datos dan a entender que, pese a no haber una correlación matemática, más inversión trae consigo un mayor rendimiento y más éxitos que se traducen en preseas en el medallero olímpico. Pero ¿hace falta dinero únicamente para subir en el medallero de Los Ángeles 2028?
Como es lógico, la respuesta es 'no'. Cómo gastarlo también es clave. Uno de los primeros problemas que se ven a simple vista analizando el viejo programa ADO o el nuevo 'Team España' es que se recompensa el éxito, es decir, son más becados quien más campeonatos ganan.
Este reparto según la meritocracia parece lógico, pero puede provocar un efecto bloqueo en los deportistas que quieren impulsarse desde abajo. Si no ganas, no te ayudan. Es decir, que un deportista que dependa de la ayuda para llevar a cabo su deporte no podrá hacerlo si sufre una lesión, si tiene un mal resultado o si está empezando (por buena que sea la proyección que se le supone).
Es lógico apoyar el talento, impulsar a que los buenos sean mejores, pero el relevo generacional es clave. Es por esto que desarrollar la base del deporte, impulsar el talento debe ser una necesidad básica para crecer.
Definir el modelo es clave antes de pensar cuánto invertir. Modelos como el estadounidense se basan por ejemplo en el deporte universitario. Más de 1.000 estudiantes-atletas de la NCAA (la asociación de deportes universitarios), antiguos y actuales, han participado en París 2024 representando a más de 100 países, casi 400 de ellos haciéndolo con EEUU.
El 'Team USA' es un modelo único. Una factoría que calcula recaudar cerca de 500 millones de dólares de forma filantrópica en el periodo 2021-2028. A lo que hay que añadirle marketing y derechos audiovisuales que le colocan como el Comité con más inversión, sólo quizás superado por el chino del cual no se conocen datos, pero se puede prever que se trate de otra cantidad millonaria dado los resultados obtenidos.
Un modelo a la altura de lo que podría alcanzar España es modelo italiano. El país transalpino ha repetido en París 2024 las 40 medallas obtenidas en Tokio 2020, pero con dos oros más (12) y tres platas más (13).
Desde la década de 1950 (antes de los JJOO de Roma 1960), el Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI) estableció acuerdos con diferentes cuerpos militares del país para crear grupos deportivos vinculados a cada uno de ellos.
Al principio, estos grupos no eran profesionales y no fue hasta el año 2000 que se estableció una reglamentación clara. Con el tiempo, el apoyo financiero del estado permitió que se convirtieran en un refugio para los deportistas, ofreciéndoles la oportunidad de desarrollarse como atletas mientras garantizaban su futuro laboral.
Para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, el CONI destinó 150 millones de euros en la preparación de sus atletas, lo que se tradujo en un récord histórico para Italia: 40 medallas en total.
Cerca del 70% de los atletas de la delegación italiana pertenecen a alguno de los ocho grupos deportivos militares. Estos incluyen cuatro de las Fuerzas Armadas (Ejército, Marina, Fuerza Aérea y Carabinieri) y tres de la Policía ('Fiamme Oro', 'Fiamme Azzurre' y 'Fiamme Gialle'), además del cuerpo de bomberos ('Fiamme Rosse').
Este sistema ha alcanzado su máximo esplendor en estos Juegos. Aunque Italia ya había ganado medallas antes de formalizar estos grupos deportivos, la gran cantidad de metales obtenidos en esta edición, y la pasada en Tokio 2020, ha silenciado muchas críticas internas que cuestionaban la financiación estatal para el entrenamiento de deportistas integrados en las fuerzas de seguridad.
Para ingresar en estos cuerpos, los aspirantes deben pasar por un sistema de oposiciones, con límites de edad entre los 17 y 34 años. Antes de presentarse, deben haber logrado ciertos éxitos deportivos y superar pruebas físicas, que suelen ser más exigentes que las de los demás miembros del cuerpo, además de exámenes teóricos. La frecuencia de estas oposiciones varía según el cuerpo.
El sistema ofrece una gran motivación para los atletas, ya que al ingresar, se incorporan a la base del cuerpo con un salario modesto y un reconocimiento limitado. Sin embargo, durante el ciclo olímpico de cuatro años que dura su contrato, tienen la oportunidad de ganar éxitos, romper récords y obtener medallas que les permitan avanzar en su carrera y mejorar su posición dentro de la estructura militar.
En España ya existen casos similares como el de Fran Garrigós, militar de formación -sargento reservista del Ejército del Aire y del Espacio, que ganó la medalla de bronce en judo (-60 kg) o el de Saúl Craviotto, bronce en K4 500m en París 2024 (la sexta medalla olímpica en su palmarés) que forma parte del cuerpo de la Policía Nacional destinado en Gijón.