El piloto Enric Saurí, de 33 años y miembro del equipo Motos Gaspar, ha muerto este sábado durante las 24 horas de Montmeló. Sufrió un accidente en la curva uno del Circuito de Cataluña mientras pilotaba una Yamaha con el número 54. Se salió de la pista atravesando la escapatoria en diagonal e impactó contra las protecciones.
Las lesiones que le produjo el impacto, de carácter crítico, llevaron a que fuese objeto de un traslado medicalizado avanzado por vía terrestre hasta el Hospital General de Granollers, donde ya no se pudo hacer nada por su vida.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, el equipo de Saurí representa a una tienda de motos de Granollers (su localidad natal) de la que es socio. Deja mujer y un hijo de corta edad. Según se comenta en el paddock, su accidente, sufrido en torno a las 13:20-13:30 de este sábado, ha tenido lugar porque se ha quedado sin frenos.
El piloto ya disputó las 24 horas el año pasado, luchando por los primeros puestos hasta que sufrió precisamente una caída. Tal y como ha anunciado el Circuito de Cataluña, se guardará un minuto de silencio en su honor en la ceremonia del podio de esta edición, sin cava. En la prueba también participa David Salom, primo de Luis Salom, el piloto de Moto2 fallecido en junio del año pasado también en un accidente sucedido en Montmeló, en su caso en la curva 12.
La muerte de Salom fue la que inició la polémica que ha acompañado al Circuito de Cataluña durante este último año. Tras el trágico suceso, los pilotos de MotoGP decidieron emplear en su prueba el trazado de Fórmula Uno en lugar del suyo. Buscaban evitar la curva donde sucedió el accidente, aunque la decisión no gustó a todos.
Tres semanas después, en Assen, la Comisión de Seguridad del Mundial barajó dos posibles cambios en Montmeló: mantener el trazado de Fórmula Uno adaptando dos curvas a MotoGP (moviendo la grada) y poniendo grava o simplemente ampliar la escapatoria de la curva 12. Permanecieron las discrepancias y se supo poco más del tema hasta que, a finales de este mes de junio, se hizo pública una suerte de ultimátum: o se hacían obras más serias en el circuito o no se corría allí en 2018.
Esto quiere decir que ya se habían hecho algunas modificaciones (unos 300.000 euros de inversión), pero estas no convencieron a los pilotos. Después de los entrenamientos libres del último Gran Premio de Cataluña, se plantaron. Tanto como para que el CEO de Dorna, Carmelo Ezpeleta, confirmase el malestar generalizado.
"En el Circuit de Barcelona-Catalunya tienen que hacer las obras. Ahora mismo no está homologado para formar parte del campeonato del mundo en 2018. Tienen que realizar una propuesta de las obras que tienen que realizar y ahora mismo no la tenemos. La Comisión de Seguridad dicta que tienen que hacer una propuesta de cómo resolver los problemas que se les presentaron”, aseguró una de las cabezas visibles del Mundial de motociclismo.
Se debían invertir unos cuatro millones de euros para ampliar la escapatoria de la curva 12 y derribar una de las gradas. No cabía duda: se querían chicanes nuevas y seguras. Desde Montmeló captaron el mensaje y cedieron a las exigencias de los pilotos: las tan esperadas obras fueron anunciadas esta misma semana.
"Tal y como hemos hecho en los últimos 25 años, haremos todo lo que hay que hacer. Para nosotros no hay ninguna polémica. Por lo tanto, poner en duda el Gran Premio de Cataluña del próximo año no tiene ningún sentido", reconoció el presidente del Consorcio del circuito, Vicenç Aguilera.
Fue precisamente en la presentación de las 24 horas de Montmeló, la carrera que ha vuelto a poner de relieve la tan demandada necesidad de modificaciones (mejorar la curva 12 y reasfaltar el circuito por primera vez desde 2007). "Estamos trabajando y, cuando tengamos las cosas ordenadas, lo explicaremos. No podemos anticipar cosas que no están decididas ni acordadas", dijo también Aguilera. Quizá esta nueva tragedia sirva para adelantar los acontecimientos.