Situarse en 1977 en 2017 es una tarea difícil. No es que solo hayan pasado 40 años, sino que todo ha cambiado radicalmente en la sociedad. Y en el deporte, más. Poco se parece el fútbol de entonces con el de ahora, al igual que el baloncesto, el tenis... y el motociclismo.
Es en el mundo del motor en el que mejor se pueden ver los cambios, claramente para bien. Unos circuitos más seguros, unas motos más modernas y unos pilotos con más sistemas de seguridad y más experiencia que entonces. Todo más profesional. Antes había otro filosofía: se buscaba pasarlo bien, disfrutar y hacerlo sin tener en la cabeza cada día las estadísticas.
Ese fue el caso de Ángel Nieto, que nunca pensó en superar a Giacomo Agostini, el único piloto capaz de superar al español en números de Mundiales (15 del italiano, 12+1 del español) y un amigo. "Ángel, me debes una carrera", escribe Agostini en EL ESPAÑOL este viernes.
Con la muerte de Ángel Nieto, y el comienzo de su leyenda, recordamos aquellas carreras inolvidables, tan diferentes a las de ahora, con aquél blanco y negro que marcó a una generación y que representaba a otra España que intentaba abrirse paso como podía y en el que pocos triunfaban en el mundo del deporte. Nieto era uno de ellos.
El primer podio del mejor piloto español de siempre llegó en 1967, en el histórico circuito de Assen. Acabó segundo en 50cc, categoría en la que ganaría seis veces.
1969 fue el año en el que Ángel Nieto comenzó a deslumbrar. Ganó por primera vez un Gran Premio (en Alemania) y se proclamó campeón del mundo con Derbi. Sería el primero de los 12+1 que tanto le encumbraron.
Ángel Nieto siguió ganando. Lo hizo otras cinco veces más en 50cc (1970, 1972, 1975, 1976 y 1977) y siete en 125cc (1971, 1972, 1979, 1981, 1982, 1983 y 1984). Además fue cuatro veces subcampeón y, en total ganó 90 Grandes Premios (27 en 50cc, 62 en 125cc y 1 en 80cc).
Ángel Nieto también ganó 23 Campeonatos de España en diferentes categorías y unido a sus grandes éxitos mundiales le hicieron ser el piloto querido, admirado y respetado que fue desde sus inicios hasta la eternidad.