Disputó nueve ediciones en moto y transitó en la élite del Dakar hasta que un accidente en la Baja Almanzora en 2007 le obligó a olvidarse del sueño de ganar el rally más duro del mundo tras sufrir una lesión medular aguda al fracturarse las vértebras T7 y T8.
“Cuando me estaba recuperando tras el accidente pasé de pensar en todo lo que ya no podría volver a hacer, como montar en moto, a pensar en las cosas que sí podría seguir haciendo y creo que soy un afortunado al poder estar aquí, compitiendo y dedicándome a esto. Cuando volví al Dakar entendí que no era suficiente con participar, sino que quería volver a ser competitivo”, ha reflexionado Isidre Esteve durante la presentación en el Campus Repsol de su proyecto deportivo para la próxima edición del Dakar, que arrancará el 6 de enero en Lima (Perú) y concluirá 14 días después en Córdoba (Argentina).
En su regreso a la élite del Dakar, donde el piloto español espera concluir entre los 20 primeros en el 40º aniversario del rally ideado por el francés Thierry Sabine, volverá a contar con el apoyo de Repsol como cuando competía en moto. “Isidre es un piloto competitivo y experimentado. Este proyecto está unido a su persona y a los valores que representa, con los que se identifica Repsol: esfuerzo, dedicación, superación, trabajo en equipo, ilusión e innovación”, ha señalado Lucas Angellini, director de lubricantes, asfaltos y especialidades de Repsol.
Esteve llega al Dakar dispuesto a plantar cara desde el inicio gracias al Repsol Rally Team y a la estructura de Sodicars Racing. “La pasada edición [en la que finalizó trigésimo cuarto] quería comprobar si nos sentaba bien competir en las dunas y en la altura. Era el mejor test posible. Una vez que terminó vimos que había que volver, pero preparados. Mi ilusión es dar los mismos pasos que di en motos”, ha valorado el piloto español, que contará con el prototipo 4x4 BV6 con el que podrá medirse con los grandes gracias a su motor BMW 3 litros biturbo diésel de 340 CV, a su chasis tubular, carrocería de carbono y cambio secuencial. El mismo concepto que emplean Toyota y Mini para poder encarar con seguridad las dunas. “Ya podemos saltar y dar gas al aterrizar”, ha señalado.
“Estamos en el camino y la dirección correcta. Somos testarudos, persistentes... porque hemos creído que podíamos hacerlo, a pesar de las dificultades en el camino. Ahora ya tenemos un verdadero coche de carreras. Todo el conjunto es mejor y nos permitirá ser más competitivos. Mi gran ilusión es repetir en coche lo mismo que hice en su momento en moto, es decir, formar parte de ese reducido grupo de pilotos que tienen opciones de ganar etapas y carreras”, ha dejado claro el piloto de Oliana (Lleida), que volverá a contar con Txema Villalobos como copiloto tras una preparación que ha pasado por la Baja Aragón y Rally OiLybia de Marruecos con cerca de 4.000 kilómetros a sus espaldas.