El próximo domingo se disputará en Monza el Gran Premio de Italia, el número 14 de la temporada, y Sebastian Vettel ya ha sido protagonista antes de que el semáforo se haya puesto en verde. El piloto alemán protagonizó una de las imágenes más curiosas en los días previos a la carrera al estrellar su Ferrari en unas barreras de protección durante una exhibición organizada por la Fórmula 1 con motivo del Gran Premio. 

A la exhibición también asistieron el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari), los pilotos de Sauber-Alfa Romeo Charles Leclerc y Marcus Ericsson y los de Toro Rosso-Honda Pierre Gasly y Brendon Hartley.

Tras el golpe, y lejos de preocuparse, Vettel saludó a la afición que se congregó en las calles de Milán, que no dudó en sacar sus teléfonos para inmortalizar el sonrojante momento. Y es que poco importan los cuatro títulos mundiales, también los mejores tienen un mal día.

"Ferrari fue el mejor coche sobre la pista"

En el terreno deportivo Vettel espera hacer buena la victoria en el pasado Gran Premio de Bélgica y seguir recortando distania a Hamilton, que lidera el Mundial a 17 puntos del alemán. El jefe de de Mercedes, Toto Wolff, reconoció el triunfo de Vettel el pasado fin de semana, y no está convencido de que su equipo pueda repetir su doble podio del año pasado en Monza, carrera en la que Hamilton acabó primero por delante de su compañero de equipo, Valterri Bottas: "La carrera en Spa mostró claramente que el Ferrari era el mejor coche sobre la pista, tanto en términos de rendimiento como en la gestión de neumáticos".

Además, Wolff confesó que al coche le faltó velocidad desde la primera vuelta: "Al final, simplemente no fuimos lo suficientemente rápidos como para amenazar a Vettel después de que había tomado la delantera en la primera vuelta".

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