Fernando Alonso copa todos los titulares sobre las 500 Millas de Indianápolis desde hace meses. El sueño de conquistar la tercera joya de la Triple Corona se ha convertido en una de las grandes atracciones de esta emblemática carrera del automovilismo estadounidense.
Junto al asturiano en pista rodará otro español. Oriol Serviá, a sus 44 años, ha sido confirmado in extremis por el equipo Schmidt Peterson Motorsports, con el que ya participó en la Indy500 en el año 2016, edición en la que salió décimo y acabó duodécimo la carrera. Esta vez la formación se ha asociado con MotoGator y Team Stange y el piloto catalán lucirá los colores de Lucas Oil en su monoplaza, con el dorsal 77.
"Trabajo y me preparo todo el año para esta carrera, así que es irónico que anunciemos el programa tan tarde", dijo Serviá. "Estoy orgulloso de volver a representar a Lucas Oil y no podría estar más emocionado por presentar al mundo a MotoGator y a Team Stange, del que oiréis mucho muy pronto", añadió.
Un clásico de la Indy
Al contrario que Alonso, Serviá es todo un veterano en Indianápolis. Este 2019 correrá la prueba por undécima vez con el sueño de lograr superar el cuarto puesto conseguido en 2012 a los mandos de un monoplaza del equipo Dreyer & Reinbold, el mejor puesto jamás logrado por un piloto español en esta prueba.
Al margen de la prueba de Indianápolis, Oriol Serviá es todo un clásico del automovilismo estadounidense. El piloto nacido en Pals (Girona) decidió emigrar a los Estados Unidos en 1998 para competir con el equipo Dorricott Racing el campeonato Indy Lights. Aquel año acabó seis veces entre los diez primeros clasificados, finalizando séptimo en la clasificación general y dando comienzo a una larga carrera en el automovilismo estadounidense.
Este 2019, al igual que en 2018, Serviá no forma parte de la parrilla habitual de la IndyCar pero vuelve a ser un fijo en la cita de Indianápolis. Al igual que Alonso, contará con la única experiencia que logre en los test oficiales de la Indy500, aunque para el catalán no supone un problema. "Es curioso que la carrera más dura del mundo sea asimismo una carrera en la que puedes llegar y ganar. Todo porque tienes diez días de ensayos, pueden aprender el coche, recuperar los automatismos, tener confianza, compenetrarte con el equipo. Así que no correr durante toda la temporada, aunque me gustaría hacerlo, no quiere decir que no puedas ganar", explicaba en declaraciones a soymotor la pasada temporada.
Polémica con su casco
La veteranía de Serviá se une a un punto polémico y reivindicativo del que el piloto catalán siempre ha hecho gala. El pasado año, Oriol generó gran polémica en España debido al diseño de su casco.
En plena efervescencia política por las consecuencias del procés y el 1-O, Oriol Serviá presentó un nuevo diseño para su casco que incluía la cuatribarrada amarilla y grana con las líneas prolongándose a lo largo de su cabeza. Además, en el lateral izquierdo del casco, como ya hiciera en 2010, aparece la cara de Salvador Dalí, uno de los artistas más universales de Cataluña y de España. Sin embargo, el detalle en el que todo el mundo se fijo fue un lazo amarillo que aparece en la parte inferior trasera del mismo.
El piloto no tardó en reaccionar en su cuenta de Twitter a los insultos y críticas por el diseño de su casco. "Algunos mensajes con odio asesino que recibo por tener en mi casco un lazo que opina sobre mi desacuerdo con una prisión preventiva durante 6 meses por un caso político solo clarifica la desproporción de todo el asunto. En mi opinión, claro está, y cada uno libre de la suya", aseguró en un tuit el pasado año opinando sobre la situación en la que se encontraban Jordi Sànchez, Jordi Cuixart y varios de los miembros del anterior Govern de la Generalitat, entre ellos Oriol Junqueras o Raül Romeva.
No ha sido la primera vez que Serviá se ha visto envuelto en la causa independentista catalana. En 2015, formó parte del amplio abanico de deportistas catalanes que dieron su apoyo a Guanyarem, una plataforma orientada a dar su apoyo al deporte catalán y cuyo manifiesto compartía puntos en común con los movimientos independentistas.
Las opciones de Alonso
Serviá siempre ha sido uno de los grandes defensores de que Fernando Alonso sería capaz de ganar las 500 Millas de Indianápolis. En 2017, presenció desde la pista como el asturiano se quedó tirado por culpa del motor Honda, poco antes de que él acabara contra el muro y se esfumaran sus opciones de victoria. En aquel año, los dos pilotos españoles, junto con el nipón Sato, fueron los grandes favoritos durante la prueba, pero finalmente el japonés se llevó la victoria y el catalán y el asturiano acabaron abandonando.
El catalán ya afirmó hace un año que veía a Alonso volviendo a Indianápolis: "Ya le dije yo que le iba a enganchar. No le veo viniendo toda la temporada a la Indycar, pero si se da las mismas circunstancias...". Del paso del asturiano por la Indy en 2017, Serviá solo guarda un mal recuerdo: que fuera nombrado mejor debutante de aquel año.
"La verdad... Un poco feo, deberían haber hecho un co-rookie del año como en otras ocasiones. Un novato de verdad como es Jones, comparado con un doble campeón del mundo, en un equipo sencillito (Dale Coyne Racing), y comparado con Andretti, ganador los últimos años, que terminando tercero no se le dé reconocimiento como gran rookie es un error, desde mi punto de vista. Los dos fueron impresionantes, los dos", explica en una entrevista en El País.
Ya queda menos para que dé comienzo la 103º edición de las 500 Millas de Indianápolis. Durante toda la semana los participantes rodarán en varias sesiones de entrenamientos libres antes de que el viernes se decida el orden de la parrilla para la carrera del próximo domingo 26 de mayo.
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