Fernando Alonso aseguró este domingo, tras ser undécimo en la primera etapa de su carrera en el rally Dakar, que fue conservador y no pilotó a fondo, ya que su estrategia es evitar errores y posibles daños hasta la segunda semana de la competición.
"Más o menos me esperaba este ritmo. Sé que tengo más en el bolsillo, pero no es el momento aún de sacarlo. Si llegamos con el coche en perfectas condiciones para esa semana, intentaremos tirar un poco más", dijo Alonso tras quedar a 15 minutos del lituano Vaidotas Zala, ganador de la etapa inaugural del Dakar.
El doble campeón del mundo de Fórmula 1 enfatizó que sus esperanzas están puestas en la segunda parte de la carrera, tras el día de descanso en Riad, cuando se prevé que el rally esté más definido y más limpio, sin tantos coches, motos y quads a las que adelantar de mitad de etapa en adelante.
"Esa es la idea: pasar estas primeras etapas sin hacer ningún exceso ni cosa extra e intentar aprender de la carrera mientras estemos en ella", comentó.
Satisfecho con el Toyota Hilux
Alonso explicó que "una primera etapa siempre es de tensión extra", pero que "el coche ha ido bien en toda la etapa", aunque "nunca va a haber un día perfecto".
"No puedo decir que haya sido una etapa sin complicaciones, porque todos las hemos tenido, y esto va a ser una constante en todo el rally. Nosotros no hemos tenido ningún sobresalto ni ningún susto. Era lo que queríamos: comenzar con un poco de precaución y sin ningún error", apuntó.
El español indicó que se siente muy cómodo al volante del Toyota Hilux, el coche ganador del último Dakar, y resaltó que sus compañeros de equipo Nasser Al Attiyah y Giniel De Villiers, con mucha más experiencia que él en el rally, tuvieron problemas mucho más graves, especialmente numerosos pinchazos.
Los pinchazos, "una cuestión de suerte"
"Yo creo que lo de los neumáticos es cuestión de suerte. En Marruecos me pasó a mí y parecía inexperiencia. Esta vez les ha tocado a ellos", recordó Alonso.
El piloto español argumentó que desde el volante es difícil saber si la piedra por la que pasa el coche es un canto que puede dañar el automóvil o es una roca redonda, por lo que este tipo de contingencias las achacó a una cuestión de suerte.
El mayor problema sufrido por Alonso en su debut en el Dakar fue un error de navegación -perdieron entre dos y tres minutos para encontrar el camino correcto- que le obligó a reincorporarse a la ruta con tres coches por delante, por lo que tuvo que bajar el ritmo durante unos minutos.
Plena confianza en Marc Coma
El asturiano señaló que en ese momento su copiloto, Marc Coma, pentacampeón del Dakar en motos, le recordó que ocurre muy a menudo en los raids.
"Está claro que yo no tengo la capacidad para dudar nada de lo que haga él. Aunque en ese momento sea frustrante por el calor del momento, te das cuenta de que cuando acaba la etapa somos siempre de los que mejor trabajamos", indicó.
Alonso afirmó que Coma y él siguen de "luna de miel" y que han sabido formar en poco tiempo una pareja efectiva para sacar adelante cada etapa del Dakar.
A gusto con vivir en una caravana
Asimismo, Alonso comentó que se siente a gusto viviendo en una caravana durante el rally porque puede ducharse y dormir al acabar cada etapa, sin necesidad de estar desplazándose a un hotel. "Me gusta el ambiente aquí y estar cerca del coche", añadió.
Destacó que las etapas requieren mucha energía mental por la alta concentración que exigen para estar atento a un montón de detalles, por encima del desgaste físico porque "el coche físicamente no es duro".
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