El fichaje de Carlos Sainz por Ferrari ha sido una de las grandes noticias en el mundo de la Fórmula 1 durante la cuarentena. El piloto español dejará McLaren al final de esta atípica temporada 2020 para ocupar el asiento que dejará libre Sebastian Vettel en uno de los monoplazas de Maranello.
El madrileño cumple el sueño de muchos pilotos de la F1 y se unirá a la selecta lista de pilotos que se han vestido del rojo Ferrari y pilotado uno de sus coches en el Mundial de Fórmula 1. Pero a pesar de lo bonito que pueda sonar el futuro, Carlos tiene por delante aún una temporada muy complicada con un número incierto de Grandes Premios y con el duro reto de igualar los éxitos de la temporada pasada, algo clave para McLaren si la escudería de Woking quiere afrontar en los próximos años el reto de acercarse a los equipos de arriba de la parrilla.
La relación entre Sainz y McLaren no se ha visto debilitad a pesar del anuncio. El madrileño estuvo en contacto desde un primer momento con los máximos responsables de Woking que siempre han tenido claro que no podrían competir contra la llamada de Ferrari y entienden la decisión de Carlos. Pese que su relación tiene fecha de caducidad todos parecen dejar la puerta abierta al futuro y saben que en un futuro sus caminos pueden volver a cruzarse.
En McLaren confían en la capacidad de concentración de su piloto y en que hará todo lo que esté en su mano por ellos hasta la bandera a cuadros del último Gran Premio. Tal y como contaba la periodista deportiva Noemi de Miguel, en una entrevista en EL ESPAÑOL: "Le conocemos lo suficiente como para saber que es uno de los pilotos más trabajadores, más centrado, que se encarga de que su entorno, ingenieros, mecánicos y toda la parte de su equipo, sea estable y esté centrado en la competición. Precisamente todos los eventos con medios los ha querido hacer antes para que una vez arranque la temporada seguir tratando de sacar los mejores resultados posibles".
El peso de 2019
El gran cambio entre 2020 y 2019 para Carlos Sainz no será el anuncio de su fichaje por Ferrari o la consiguiente presión mediática a todo lo que haga en la pista y fuera de ella. El problema para el piloto español es que la temporada pasada se posicionó como uno de los pilotos de cabeza y este año el listón está más alto.
Sainz tiene el reto de igualar el sexto puesto que logró en la clasificación final de pilotos el año pasado gracias a una temporada increíble y a los problemas internos en Red Bull y tiene también el reto de igualar o, puestos a soñar, superar el podio del Gran Premio de Brasil.
El rendimiento del piloto español en pista será beneficioso para él mismo y para McLaren. Carlos logrará galones antes de desembarcar en Ferrari y los de Woking necesitan afianzar su cuarto puesto en el mundial de constructores y hacer visible que siguen avanzando en su plan de reestructuración y que se acercan un paso más a los grandes equipos.
Ferrari observa
Los de Maranello llegaron al fallido Gran Permio de Australia el pasado mes de marzo con pocas esperanzas de poder superar a los intocables monoplazas de Mercedes y tras el parón por el coronavirus poco parece haber cambiado salvo el terremoto de la salida de Vettel y la llegada de Sainz de cara a 2021.
Aunque para muchos la temporada está perdido, Ferrari sabe que no cometer fallos será clave en esta mini-temporada que se disputará en 2020. Es por esto que en Maranello se afanan en trabajar con Vettel y Leclerc para evitar nuevos roces en polémicas que afecten al rendimiento en pista de ambos como ya pasó en 2019.
Por el momento tanto el piloto alemán como el monegasco parecen centrados en su trabajo y evitan cualquier tipo de polémica.
"Me alegra volver al coche después de un descanso aún más largo que el habitual de invierno. También me alegró mucho ver a todos los chicos del equipo por fin. Fue genial volver a obtener esas sensaciones de un coche y hacerlo en una pista tan espectacular. Realmente creo que Mugello merece ser sede de un Gran Premio de Fórmula 1", dijo Vettel tras un test privado de Ferrari hace unos días.
Aunque he estado bastante ocupado con las carreras virtuales durante este largo descanso, necesitaba volver a tener esa impresión física de velocidad. Poder conducir en un circuito tan espectacular como Mugello, por primera vez al volante de un coche de Fórmula 1, ayudó a que este día fuera aun más memorable", explicaba Leclerc.
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