Las opciones reales de Fernando Alonso de ganar las 500 Millas y alcanzar la Triple Corona
El piloto asturiano se enfrenta ante la que puede ser su última oportunidad de lograr la mítica prueba de Indianápolis, con poca preparación, pero con un coche a la altura.
13 agosto, 2020 00:28Noticias relacionadas
Fernando Alonso vuelve a la competición. Este hecho ya es motivo de alegría para el mundo del automovilismo porque el asturiano es una persona especial. Un piloto de los que ya no quedan, tanto por lo que hace en los circuitos como por lo que hace fuera. Es un corredor diferente, alguien que no se conforma, que tiene tanto talento que puede abarcar casi cualquier disciplina y hacerlo bien. Por eso regresa a la Indy, porque tiene entre ceja y ceja completar uno de sus últimos retos personales. Quiere ganar la Triple Coronay salir campeón en la 500 Millas de Indianápolis.
El 2020 de Fernando Alonso puede ser de lo más curioso, pero da buena muestra de la infinita capacidad que tiene el asturiano para adaptarse a cualquier tipo de coche y de la ambición que tiene por seguir compitiendo y por seguir ganando. Nada le detiene, nada le es suficiente, por eso, a pesar de ser Campeón del Mundo de Fórmula 1 y de Resistencia, de estar considerado como uno de los mejores pilotos de la historia, su deseo es el de seguir creciendo y el de seguir poniéndose a prueba.
Además, la afición, los espectadores, son un mero elemento formativo dentro de su paisaje, porque él no corre para demostrar nada a nadie, si no que lo hace para demostrarse a sí mismo que puede ser bueno en aquello que se proponga, y de paso, eso sí, hacer disfrutar a su gente. Fernando Alonso es élite, y como tal, quiere vencer en su tercer intento de lograr las 500 Millas de Indianápolis, un reto que se le resiste y que en este atípico año puede conseguir, a pesar de que parte con muchos hándicaps que solo su talento puede vencer.
La alianza con el equipo Arrow McLaren SP puede ser la clave que le aúpe definitivamente al olimpo del automovilismo, ese que ya lidera junto a los pilotos más grandes de la historia. Y es que, pocos son capaces de comenzar un año corriendo, y brillando, en el Rally Dakar, cumplir el sueño de toda una afición volviendo a la Fórmula 1 y casi terminarlo compitiendo en una prueba tan diferente como las 500 Millas de Indianápolis, pero así es ‘Magic’ Alonso.
Un camino lleno de problemas
Fernando Alonso consiguió viajar y llegar a Estados Unidos para poder conocer cuál será su nuevo coche para competir en las 500 Millas de Indianápolis. Sin embargo, el asturiano podía pensar que lo difícil comenzaría cuando arrancase la prueba, pero nada más lejos de la realidad, las complicaciones comenzaron desde el mismo momento en el que intentó viajar al continente americano, hecho que ha supuesto toda una odisea para el asturiano y que le pone una pizca más de heroica al estado en el que llega Fernando a un reto tan complicado.
Alonso tuvo problemas con el pasaporte de entrada y necesitó solicitar un acceso para deportistas profesionales que implicaba un proceso largo, lento y farragoso en un momento en el que el piloto tenía de todo menos tiempo, ya que su llegada a Estados Unidos para poder subirse al coche lo antes posible era urgente. Sin embargo, consiguió solicitar su permiso en California, y tras ser validado en Madrid, consiguió volar y aterrizar en suelo americano.
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Fernando llegó, pero no sabía si lo haría así el reto para el que había viajado, y es que la IndyCar no ha sido ajena a la crisis por el coronavirus. Las dos últimas pruebas del campeonato, previstas para los días 8 y 9 de agosto en Mid-Ohio, se tuvieron que suspender, dejando en solitario en el calendario a las 500 Millas, la próxima prueba por disputarse tal y como indica el orden establecido. Sin embargo, ya son diez las carreras que la organización del campeonato ha tenido que cancelar o mover de fecha para ir celebrando una competición que está siendo de lo más atípica y surrealista.
Lo que sí se confirmó es que la carrera será sin público, así como todo el proceso de entrenamientos libres y clasificación que tendrán lugar en el óvalo de Indianápolis, el más representativo y reconocible del mundo. De esta forma, esta será la primera carrera en toda la trayectoria profesional de Fernando Alonso en la que participe sin público en las gradas, algo a lo que ya están acostumbrados, por ejemplo, sus compatriotas del ‘Gran Circo’.
Ahora el problema lo plantea el propietario del circuito, Roger Penske, ya que sin público sus ganancias se desploman, ya que la Indy no vende sus derechos televisivos a precios tan caros como lo hace la Fórmula 1, y sus ingresos depende mucho de la taquilla. El empresario ya había dicho que la carrera no se celebraría con menos del 50% del aforo, y aunque ahora ha rebajado sus pretensiones al 25%, todo hace indicar que tendrá que ceder por completo si quiere que el óvalo vuelva a sentir la velocidad en su trazado.
Las esperanzas renovadas del Arrow Mercedes SP
Fernando Alonso realizará su tercer intento de conseguir vencer en las 500 Millas de Indianápolis y, por ende, de completar la Triple Corona. El piloto español ha tenido dos oportunidades de probar qué tal se adapta al óvalo de Indianápolis, pero las dos resultaron con desenlaces muy insatisfactorios, aunque por motivos muy diferentes.
El primer año, con el equipo Andretti Autosport, Fernando realizó una carrera sensacional en la que tuvo serias opciones de vencer y cumplir su sueño. Sin embargo, la mala suerte le privó de brillar en resultados y no solo en sensaciones.
Alonso se sentó en un coche completamente nuevo con poco tiempo de preparación, algo muy similar a lo que hará este año, y consiguió calificar en quinta posición, lo que le permitía situarse cerca de los puestos de cabeza para luchar por el triunfo.
Tanto es así que en poco tiempo demostró a todos su habilidad y su pericia a bordo del Andretti, al que consiguió poner líder de la prueba y luchar por el triunfo casi hasta el final. Sin embargo, tras liderar la carrera más de 27 vueltas, la mecánica de su monoplaza dijo basta, obligándole a abandonar la prueba cuando su sueño estaba tan cerca. Las opciones de triunfo eran tan reales que la desilusión fue enorme.
Sin embargo, el segundo intento tuvo un sabor todavía más amargo. El proyecto de la Indy y el reto personal de Alonso pilló al equipo de McLaren casi sin preparación, lo que se tradujo en un intento fallido y casi lamentable. El coche que le ofrecieron al asturiano, sin ninguna garantía de éxito, montado deprisa y corriendo, fue un auténtico fracaso que no le permitió ni clasificarse en los puestos que daban derecho a ocupar una plaza en carrera. Una prueba tan fallida que Alonso pensó que jamás podría volver a atacar el sueño de completar la Triple Corona.
Sin embargo, los ánimos y las esperanzas para este año son totalmente nuevas, como lo es el coche al que se subirá Fernando. McLaren ha conseguido formar una alianza valiente y comprometida con Arrow y con Schmidt Peterson, que ya sabe lo que es conseguir una pole en el óvalo de Indianápolis. Además, el equipo ya sabe lo que es conseguir podios este año, por lo que se trata de una opción fiable y con posibilidades de lograr algo muy grande, aunque la victoria seguirá siendo complicada.
El Arrow McLaren SP, que lucirá el dorsal 66, ha sido definido como uno de los mejores coches de la parrilla, capaz de funcionar durante todo el año en manos menos expertas que las de Fernando Alonso, pero con capacidad para ser regular y eficiente y situarse en las primeras posiciones de todas las carreras.
A todos los avances que trae el coche y al capital aportado por McLaren se ha unido el cambio de motor registrado en el año 2020, que pasó de ser Honda a ser Cheverolet. Además, este nuevo coche ya ha demostrado ser rápido en otros óvalos como el de Texas o el de Iowa, e incluso ha rozado victorias como la de Patricio O’Ward en Road Atlanta, donde consiguió la pole, pero donde falló con la estrategia en la parte final de la prueba.
Todos estos ingredientes, unidos a la experiencia y el talento de Fernando Alonso, hacen pensar que esta vez sí, el piloto español tiene muchas opciones de coronarse como campeón de las 500 Millas de Indianápolis y de completar así la Triple Corona tras sus victorias en el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, además del Mundial, y las 24 Horas de Le Mans.
Un reto mayúsculo
El reto de Fernando Alonso es muy grande, especialmente por las condiciones en las que llega. El asturiano, hasta que se vuelva a subir en su nuevo monoplaza, habrá completado más de un año sin conducir un coche de competición de similares características, algo que para cualquier otro piloto sería un abismo.
Concretamente, desde el Bump Day de la Indy500 de 2019, último momento en el que el asturiano tuvo la oportunidad de dar unas vueltas con un monoplaza. Además, ‘Magic’ lleva sin competir desde que en el mes de enero completará con nota su primer Rally Dakar, una competición infinitamente diferente a la Indy e infinitamente diferente a todo lo que había realizado hasta el momento. Sin embargo, a Fernando nada le asusta.
El nuevo piloto de Renault ha tenido que llevar a cabo una preparación totalmente diferente a la habitual, a la que han realizado otros pilotos y a la que a él mismo le hubiera gustado realizar, sin posibilidades de subirse al coche y casi sin poder utilizar el simulador, por lo que el momento en el que Alonso se sienta dentro de su monoplaza para los primeros tests comenzará una cuenta atrás imparable que frenará el día 23 agosto con el inicio de la carrera y con el sueño de la Triple Corona en juego.
Lo cierto es que la entrada de Arrow ha cambiado por completo las aspiraciones de Fernando, que mira con otros ojos sus opciones para este año después de la catástrofe que supuso correr con un equipo tan inexperto como McLaren como el año pasado. Sin embargo, la nueva escuadra que se ha creado está curtida en batallas de este tipo, con mucha hambre de darle la mejor máquina a un piloto tan universal como Alonso y con una organización que funciona como un reloj suizo.
A pesar de que Alonso no ha podido tener la mejor preparación posible y que su corta experiencia respecto a otros rivales no le hace estar en los favoritos de primera línea, el asturiano ha estado pendiente del equipo y de la nueva alianza desde la distancia, por ello ya sabe que tendrá que aprovechar al máximo los días de test y clasificación para poder llegar al día 23 de agosto con las mayores garantías posibles, a pesar de que tenga que confiar mucho en su talento natural.
Por si esto fuera poco, esta podría ser la última oportunidad de Fernando Alonso de llevarse una prueba tan prestigiosa como lo son las 500 Millas de Indianápolis, al menos de momento. Los dos próximos años se encontrará inmerso en el Mundial de Fórmula 1 con Renault, además de finalizar su contrato con McLaren, por lo que será muy difícil compaginar ambas disciplinas a pesar de que en la compañía de Woking pretenden seguir contando con él durante al menos tres años más. Lo cierto es que en este 2020, Alonso se encuentra ante un momento único para vencer y cerrar así un círculo dorado más en su carrera.
Para Fernando, los siete meses que lleva sin competir no parecen ser un hándicap ni mucho menos grave, ya que se muestra confiando y con mucho aprecio por el trabajo que ha realizado, asegurando que llega en unas condiciones físicas óptimas. El asturiano afirma también que no es un reto como el Dakar, donde cada kilómetro era algo desconocido, si no que aquí sabe a lo que se enfrenta a pesar de sea un trazado de lo más especial.
El asturiano ha dedicado muchos meses desde la distancia a prepararse su cuerpo y su mente para un reto tan mayúsculo como este, así como a conocer al equipo, ver cómo trabajan en carrera y saber por qué los resultados han sido tan buenos, llegando a sumar muchos puntos y poles durante la temporada.
Además, llegar a la prueba sin tener que hacer el Mundial de Resistencia también asegura que le ha permitido llegar más relajado. Además, este año contará con un nuevo factor de éxito, la presencia en carrera de su nuevo ingeniero de pista, el afamado Craig Hampson, que ya ha logrado cuatro títulos de la IndyCar. Quien volverá a formar parte del equipo de Fernando, y también del resto de pilotos, será su consejero en otras ediciones, el brasileño Gil de Ferrán.
A Fernando no le gustó que los test del mes de abril y que los test de simulador se cancelarán debido a la situación sanitaria que ha vivido el mundo, pero las cosas han sucedido así y, como tal, tendrá que afrontarlas en unos diez días que prometen ser frenéticos, de mucho estrés, de muchas pruebas y de muchas esperanzas puestas en el talento del asturiano y en la nueva alianza formada por Arrow, Schmidt-Peterson y McLaren que parece haber dado con un coche que realmente le da opciones a Fernando de soñar con todo.
Solo falta vez qué tal se adapta el asturiano a su nuevo monoplaza en los primeros días de prueba y dejar volar la imaginación hacia un nuevo hito del mejor piloto de carreras de la historia de nuestro país. La confianza, siempre puesta en ‘Magic’ Alonso.
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