La historia de Laia Sanz en esta edición del Rally Dakar se escribe mucho más allá de un puesto, de un resultado y mucho más allá incluso de estar ya en la segunda etapa. La historia de Laia se escribe solo con haber volado a Arabia Saudí y haber tomado la salida, y tendrá su final soñado cuando consiga cruzar la meta de la última etapa y regresar de nuevo a Jeddah, ciudad desde la que partió la carrera.
Esa será la gran victoria de Laia Sanz, incluso por encima de llegar la primera a la meta, reto que podría conseguir y que lleva persiguiendo durante muchos años a pesar de que la competencia en la categoría de motos es de las más feroces de todo el rally, casi incluso por encima de la que se vive en el mundo de los coches.
No obstante, Laia no se rinde, tal y como ha demostrado en este 2020 tan duro para todos y que para ella lo ha sido especialmente. Hace algo menos de un mes comunicó la que ha sido para ella una de las peores noticias de su vida. Los médicos le diagnosticaron la enfermedad de Lyme justo después del confinamiento, lo que ponía en riesgo su participación en la presente edición del Rally Dakar, su gran objetivo año tras año.
Esta enfermedad está provocada por la picadura de una garrapata y provoca síntomas comunes en otras enfermedades. Por ello, es tan difícil de detectar. Los síntomas más comunes son sarpullidos en la piel, dolores de cabeza, fatiga y fiebres. Cuando los médicos consiguieron dar con lo que estaba atormentando a Laia, el proceso ya había comenzado, pero su recuperación para estar presente en el Rally Dakar sería complicada y repleta de medicación.
Sin embargo, con mucho esfuerzo, Laia consiguió llegar hasta Arabia Saudí para tomar la salida en Jeddah en la primera etapa donde firmó un meritorio 30º puesto a casi 40 minutos del ganador, Toby Price. No obstante, lo realmente importante era estar allí después de todo lo sufrido y ser parte de la carrera más bonita, apasionante y exigente del mundo.
Poco a poco, Laia se va encontrando mejor en la carrera, va entendiendo mejor el funcionamiento de su Gas Gas y va obteniendo resultados más positivos para su equipo, el Gas Gas Factory Team, que siempre han estado a su lado y que le han apoyado en esta complicada travesía que ha sido la enfermedad de Lyme, su mayor rival.
En la segunda etapa, que ha tenido lugar este lunes entre Bisha y Wadi Ad-Dawasir, Laia ha recuperado sensaciones y ha mejorado con creces su posición, cruzando la meta en el lugar 23 a 28 minutos del ganador, el también español Joan Barreda, que ha conseguido resarcirse de sus malas sensaciones del primer día y dar un potente vuelvo a la clasificación general.
Laia Sanz, emocionada
Con el objetivo de seguir subiendo puestos en la clasificación general, pero, sobre todo, de disfrutar la carrera, Laia Sanz afronta el reto de completar este Dakar, seguramente al que más difícil ha tenido llegar en los últimos años, y eso es mucho decir para una corredora que es historia de esta carrera.
"Parece mentira, pero he ido cogiendo ritmo y velocidad en una etapa más rápida. Me he sentido más cómoda con la moto, con la navegación y el roadbook (libro de ruta), así que estoy contenta. Ya es un éxito haber terminado dos etapas. La de hoy era dura, la de ayer también era física. Estoy contenta y espero llegar al final".
Así de feliz y emocionada se encontraba tras la finalización de la segunda etapa una corredora que ha hecho historia en esta carrera durante tantas ediciones, pero que en este 2021 está afrontando la prueba de una forma totalmente distinta, sabiendo que solo el hecho de estar presente ya es una de las mayores victorias de toda su carrera profesional.
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