La Fórmula 1, como negocio que está detrás de un evento deportivo, siempre está rodeado de críticas. Algunas pueden ser internas, a nivel de pilotos o de equipos. Otras pueden ser incluso sociales, como las que se originaron tras las protestas por los crímenes racistas producidos en Estados Unidos. Y otras pueden ser incluso medioambientales, debido a la recomendación que se le ha hecho a una competición tan importante de reducir su impacto contaminante en todas sus vertientes.
Sin embargo, al fin y al cabo, las críticas que más daño terminan haciendo son las que hieren directamente al propio evento. No hay Fórmula 1 sin espectáculo y no hay espectáculos sin competitividad e igualdad. Por ello, ante la ausencia de espectáculo se produce una catarsis económica que obliga a todos a replantearse hacia donde va una competición en la que ya se sabe el final. El dominio aplastante de Mercedes durante tanto tiempo ha dejado a la Fórmula 1 casi sin alicientes.
El sobrenombre que mejor le va a este deporte es el de 'Gran Circo', porque se trata de un espectáculo enorme que va dando vueltas por el mundo. Sin embargo, esa rueda que no cesa de girar se ha olvidado el espectáculo en casa y muchos empiezan ya a estar hartos de que temporada tras temporada, las promesas de cambio se queden vacías.
La crítica de Haas
En esta línea se ha expresado en las últimas horas un activo Gene Haas, que se ha propuesto darle la vuelta a la Fórmula 1 como un calcetín. El propietario de la escudería en la que pilotarán este año Mick Schumacher y Nikita Mazepin asegura que el rumbo que ha tomado el 'Gran Circo' en los últimos años ha acabado con cualquier rastro de espectáculo, convirtiéndose en algo aburrido para los aficionados.
Haas asegura que la deriva que ha tomado el negocio, con un equipo tan dominador como Mercedes "ha matado la Fórmula 1", ya que a nadie le interesa formar parte de una competición o seguir un evento deportivo que ya sabe cómo terminará y que será así carrera tras carrera y temporada tras temporada salvo que algo extraño ocurra que rompa con lo establecido por la rutina.
La realidad es que el empresario estadounidense, que algo sabe de negocios, tiene toda la razón porque más allá de las sensaciones que todos tienen, los datos también confirman estas sospechas. Mercedes ha ganado los últimos siete campeonatos del mundo de pilotos, seis con Hamilton y uno con Nico Rosberg. Además, en esos siete años, los alemanes se llevaron también el título de constructores.
Por si esto fuera poco, ese dominio se confirma aún más de manera que en cinco de esos siete años, un piloto de Mercedes ocupó el primer lugar de clasificación y el otro el segundo. Es decir, un doblete que no solo les da el título sino que anula por completo la batalla. El único de los títulos que estuvo disputado hasta el final en los últimos años fue el que precisamente Rosberg le ganó a Hamilton, confirmando así que ni siquiera hay batalla entre los coches más poderosos de la parrilla porque Bottas no tiene el nivel suficiente.
La crítica no solo se centra en las continuas victorias de las 'flechas plateadas', auténticos dominadores de la 'era híbrida', sino que además ni siquiera hay disputa por ese cetro, aunque luego el ganador casi siempre fuera el mismo. El motivo de este resultado final es, evidentemente, el gran trabajo del equipo Mercedes, capaz de crear un motor altamente eficiente, el más potente y que más se adapta a todos los circuitos, y que además tiene una fiabilidad nunca antes vista. Se trata de la máquina más perfecta jamás creada en la Fórmula 1, de la cual se conoce el inicio de su reinado, pero no el final.
Crimen en la F1
Como apuntaba el propietario del equipo Haas, la Fórmula 1 ha muerto desde el primer momento en el que se quedó sin espectáculo, en el punto en el que se convierte en algo estéril y previsible y que tiene un final cantado. El 'Gran Circo' siempre ha sido considerado como uno de los mayores espectáculos del deporte y del motor. Por eso, siempre ha sido generador de beneficios para la empresa organizadora, en este caso Liberty Media, para las ciudades organizadoras de Grandes Premios y para los muchos patrocinadores atraídos por el lujo y el éxito.
Sin embargo, eso está llegando a su fin tal y como ha confesado la propia Fórmula 1, que ya se ha puesto manos a la obra para intentar resucitar y revitalizar su negocio ante el miedo de que pueda terminar cayendo en la vulgaridad. La realidad es que la F1 dejaría de ser lo que es si no es un mundo exclusivo, atractivo y espectacular, pilares tan importantes de su idiosincrasia como la mecánica, la velocidad o la ingeniería.
Además, cabe destacar una cosa y es que ya hasta para Mercedes, su liderazgo tan arrollador se ha convertido en un problema, ya que una Fórmula 1 predecible no es beneficiosa para nadie. Sus victorias, a pesar de hacer historia, se han dejado de valorar con el mérito que realmente tienen. Ni sus pilotos ni su monoplaza reciben el reconocimiento que merecen y eso hace que sus conquistas queden deslucidas.
No hay más que ver cómo en los últimos tiempos, Mercedes ha sido más protagonista por 'escándalos' extradeportivos que por sus puros éxitos en los circuitos. La tormentosa renovación de Hamilton y Toto Wolff, las críticas recibidas por Bottas tras su perfil bajo y su debilidad o el plagio recibido por parte de Force India, este año Aston Martin, y su 'Mercedes rosa', han provocado que los de Daimler ocupen más portadas y más titulares por aspectos 'negativos' que por haberse convertido en uno de los mejores equipos de la historia con la racha más triunfal que se recuerda.
Aviso a la parrilla
La crítica de Gene Haas que ha vuelto a reabrir el debate sobre el espectáculo y la competitividad en la Fórmula 1 ha apuntado hacia Mercedes por su fiabilidad y su potencia y hacia las leyes que no han servido para reducir estos avances. Sin embargo, no solo señala a los campeones por su situación actual, sino que también mira al resto, que no han sabido coger su estela.
El mensaje del empresario estadounidense también va hacia equipos como Alpine, y su motor Renault, Ferrari o Red Bull, y su motor Honda, ya que ellos deben ser quienes se pongan las pilas para reducir esa distancia. Haas no confía en las leyes que se puedan plantear para contener el crecimiento o la supremacía de Mercedes, sino que cree que deben ser el resto de equipos quienes reduzcan esa enorme diferencia.
2021 y 2022 son dos años marcados como el principio de esa nueva igualdad tan ansiada en la Fórmula 1 desde hace muchos años. Todos buscan construir el mejor coche, pero los reinados de Ferrari con Schumacher, Button con Brawn GP, Vettel con Red Bull o Hamilton con Mercedes no han traído más problemas a esa famosa igualdad tan esperada y buscada.
De esta ecuación se podría sacar a equipos como Alpha Tauri, filial de Red Bull, o Aston Martin y McLaren, que el próximo año llevarán motor Mercedes y que tendrían muy complicado ganar a los actuales campeones. Sin embargo, la escudería de Lawrence Stroll ya ha dejado caer su deseo de asaltar el título en el futuro con la intención de convencer a Hamilton para que se una a su proyecto a través de una lluvia de millones superior a la que le han ofrecido los alemanes.
Esta situación que provoca un grave riesgo para la Fórmula 1 ha dejado también una lectura muy preocupante y es que el pesimismo se ha apoderado de la situación actual y pocos confían en que los cambios que van a llegar en el año 2022 sean realmente eficaces para que la batalla recupere su vigor y su antigua atracción. Si 2022 resulta siendo también una decepción, la Fórmula 1 estaría contra las cuerdas.
No se rinden
Sin embargo, lejos de lo que pudiera parecer, la Fórmula 1 no se rinde y no se limita a caer en el desánimo que se ha generalizado tras la extensión de ese pesimismo que ha inundado un 'Gran Circo' que cada vez tiene menos luz y menos color. La Fórmula 1 se ha propuesto elaborar un plan de estudio para intentar darle la vuelta a la situación y recuperar todo el terreno perdido.
Por ello, los años 2021 y 2022 serán decisivos para la Fórmula 1. La intención no es acabar con el reinado de Lewis Hamilton y Mercedes, especialmente con el interés de que supere a Michael Schumacher con la repercusión que eso le daría a la propia Fórmula 1. De momento, ya se han llevado algunos planes para mejorar la competición y el espectáculo de cara a la próxima temporada.
El equipo liderado por Stefano Domenicali, nuevo CEO del 'Gran Circo', quiere introducir las carreras al sprint en 2021. La idea ya ha sido planteada a los equipos, los cuales están de acuerdo, aunque no ha sido aprobada hasta que se presente un proyecto más claro y concluyente sobre el tema. La idea es que la clasificación tenga lugar los viernes, dando así más interés a este día de competición, que estas carreras al sprint se produzcan los sábados y que su finalización marque el orden de salida de la carrera de los domingos.
Además, se repartirían más puntos, ya que el sábado se darían la mitad de los puntos que se entregan los domingos, de manera que el ganador recibiría 12,5 puntos, la mitad de los 25 que se lleva el ganador de cada Gran Premio ahora. Estas carreras serían de 100 kilómetros, es decir, más o menos de un tercio de una carrera normal. El inconveniente de esta medida es que Mercedes siga dominando estas minipruebas y que Hamilton, en lugar de llevarse 25 puntos cada fin de semana, se lleve casi 40.
Otras de las medidas que se ha pensado es la de las parrillas invertidas, aunque ese proyecto no ha prosperado debido a la negativa de los equipos. Domenicali y su grupo de trabajo, junto a Liberty Media y la FIA, siguen trabajando para buscar muevas mejores y nuevas formas de añadir espectáculo, las cuales se unirán a leyes como la reducción presupuestaria y el límite salarial o los cambios que se llevarán a cabo en unidades potencia y combustibles de los próximos años. Para 2021, las mayores innovaciones se realizarán en el aspecto aerodinámico y en el fondo plano de los monoplazas. De cualquier forma, el debate está abierto y la F1 ha recogido el guante para evitar que el negocio entre en una alerta máxima.
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