El Gran Premio de Bahrein de Fórmula 1 dio para mucho. Se pudo ver el liderazgo de Red Bull, la batalla entre Verstappen y Hamilton y el polémico final, el gran rendimiento de Carlos Sainz en su primera cita con Ferrari y cómo se han ido adaptando los nuevos equipos a la temporada que ya ha comenzado y que promete ser apasionante.
Sin embargo, si la primera cita de la temporada fue recordada por algo en especial fue por el regreso de Fernando Alonso al 'Gran Circo'. El asturiano dio sus primeras vueltas en su retorno al paddock tras su llegada al equipo Alpine. No fue la vuelta soñada, ya que una especie de envoltorio se coló en el sistema de frenado trasero del A521 y el asturiano no pudo completar su primera carrera teniendo que abandonar.
No obstante, a Fernando Alonso le dio tiempo a mucho en sus primeras 34 vueltas. Más espectáculo habría dado si hubiera podido completar el Gran Premio entero, pero el ovetense se marchó contento igualmente. Además, no solo disfrutó él, sino que hizo disfrutar a una afición que estaba ansiosa por ver en qué nivel y en qué estado había regresado tras su ausencia de más de dos años.
Tal y como demostró en la salida, o como ya había demostrado en una magnífica clasificación, Fernando sigue siendo el mismo que se fue y el mismo que levantó dos títulos mundiales de forma consecutiva. Un absoluto genio. Ya en los primeros metros adelantó a Carlos Sainz y puso contra las cuerdas a pilotos como Stroll o Ricciardo.
Con el español y el canadiense protagonizó varios duelos espectaculares, pero también con otros como Sebastian Vettel o Kimi Raikkonen. Fernando no le temía a nadie y eso que su Alpine no daba para más. Los aficionados no solo han recuperado esa emoción de volver a ver a Fernando al máximo, sino también ese pensamiento de que si tuviera un coche realmente competitivo estaría peleando por lo máximo, como ya hace Verstappen contra Hamilton.
Sin embargo, el disfrute no solo estuvo en la casa francesa y en todos los aficionados del motor, sino que hubo alguien que no solo disfrutó de ver a Alonso de vuelta, también aprendió y mucho. Fue el joven talento de Alpha Tauri Tsunoda, que hizo historia en Bahrein al ser el primer piloto japonés de la historia que puntúa en su debut en la Fórmula 1.
La lección de Alonso
Tsunoda y Gasly sacaron mucho partido a un Alpha Tauri AT02 lanzado, pero el nipón asistió también a una clase magistral de Fernando de la que se empapó hasta las trancas. La grandeza de Alonso se demuestra en pequeñas cosas como esta. Su vuelta no solo permite crecer a su escudería, sino también a las contrarias.
"Yo tenía a Fernando de objetivo, por supuesto, y piloté con él un par de vueltas y aprendí de él cómo gestiona los neumáticos y cómo pilota en cada curva. Después de adelantarle, intenté copiar cómo estaba pilotando y en un par de curvas mi coche iba mejor". Así lo confesaba Tsunoda a Sky Sports F1 reconociendo que había podido exprimir su monoplaza fijándose en el pilotaje del español.
"Ojalá no tenga que pilotar cerca de él la próxima vez porque quiero empezar más adelante, aunque la situación del coche de Fernando es diferente. Las cosas que aprendí de él son importantes para el futuro".
Por si esto fuera poco, el joven corredor de tan solo 20 años, que reconoció haberse mostrado emocionado por coincidir con Fernando, confesó la gran devoción que tiene su familia hacia el campeón español: "Mi padre es un gran fan de Fernando, sobre todo de su estilo de pilotaje. A mi padre le gusta cómo pilota, creo que la primera vez que le vio fue en Suzuka y dijo que era el mejor piloto de la parrilla".
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