Pol Espargaró tiene ante sí el reto más difícil de su carrera. Este reto está claramente dividido entre vertientes y todas ellas terminan cruzándose en un punto, el de Marc Márquez y el de su futuro en el motociclismo. De su destreza esta temporada sobre la Honda dependen muchas cosas que marcarán los próximos años.
Por un lado, su fichaje por la marca japonesa supone la gran oportunidad de su carrera, una moto puntera con la que pelear por lo máximo e intentar el asalto a los podios, las victorias e incluso el título mundial. Por otro lado está la ausencia de Marc, líder de la escudería, lo que ha hecho que toda la presión en este inicio de temporada se cargue sobre él, a pesar de que que en condiciones normales estos primeros meses deberían ser de adaptación.
Y por último, llegar a Honda supone compartir box con el mejor piloto de la parrilla, el más ganador, el más competitivo y también el más luchador. Además, la relación entre ambos nunca ha sido especialmente buena, sino que ha estado basada en la cordialidad, en la tensión y en algunos roces que han tenido en la pista y que podrían volver a salir a la luz cuando Marc regrese a las pistas.
Pol no se esconde y reconoce en una entrevista con DAZN que no son los mejores amigos del mundo, que no lo van a ser y que además no es necesario que lo sean, ya que lo importante es mantener el respeto y la cordialidad y sobre todo buscar lo mejor para el equipo, y eso se consigue intentando batirse el uno al otro.
Relación con Marc
"Sin duda, la tensión deportiva con Marc va a volver pero lo afrontaremos de una manera más madura. Sobre todo, él y yo como pilotos". Pol cree que ahora su relación con Marc ha cambiado y considera que es buena, aunque la pista puede volver a avivar esa llama que creó entre ambos durante sus disputas en Moto2, cuando se formó un circo hasta peligroso entre los dos corredores españoles.
"En aquel momento, yo era muy infantil, éramos niños dándonos palos en carrera y tras ella, un micrófono delante y decías cualquier cosa. Ahora, esa rivalidad será distinta. Nuestra relación ha ido de más a menos y de menos a más otra vez en función de la competitividad que hemos tenido entre nosotros dos".
"Es normal, siempre nos hemos respetado pero ha habido momentos en Moto2, jugándonos el título, con la afición dividida y era 'o Marc o Pol', era mucho el uno contra el otro y pasó de la prensa al público y del público a nosotros. Eso envenenó mucho nuestra relación".
A pesar de que todo eso ha cambiado para mejor, Pol no quiere engañar a nadie y no promete cenas ni salidas entre ambos: "Ahora ha mejorado muchísimo, ahora tenemos una muy buena relación y no tenemos por qué ser amigos e irnos a cenar juntos... Pero dentro del box, tener una relación cordial va a ayudar a que la armonía dentro del box sea homogénea y sea buena".
Expectativas muy altas
Más allá de posibles duelos contra su compañero de garaje, Pol sabe que está ante la oportunidad de su carrera: "Nunca he tenido una oportunidad así en MotoGP. Espero redimirme. En MotoGP pasé por un satélite real, luego en un proyecto como KTM al que le tengo cariño pero donde las pasamos canutas. Ahora llego a un equipo puntero donde es 'todo o nada'".
"En el punto en el que yo decidí cambiar a Honda e ir a buscar este proyecto nuevo fue porque creía realmente que era mejor, luego ya no te puedes arrepentir porque, en ese momento, tú escoges lo que crees que es mejor para ti".
"Estoy convencido de que Honda es el mejor camino para mí. Fui a hablar con Alberto Puig y otros dirigentes y les dije que quería estar allí, creo que era mi futuro, mi futuro debía estar pasando por estar en Repsol Honda. Apostaron por mí y el futuro dirá si acertaron".
Por último, Pol explica que la presión que siente en Honda es diferente ya que opta a grandes triunfos, pero también con el respaldo de que una buena moto le permitirá estar arriba siempre, en las buenas y en las malas: "En este equipo tienes que ganar y hacer buenos resultados, pero soy sincero si digo que la presión era mayor en KTM. Aquí, en los fines de semana que esté mal puedo estar sexto y cuando esté bien, puedo ganar. Pero, en KTM, cuando tenía días buenos, rascaba un quinto o sexto. El disfrute en Honda es mucho mayor y los resultados deben ser mejores pero la moto acompaña".
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