El Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 fue una moneda al aire. A unos les salió la cara, como a Max Verstappen, que consiguió su primera victoria en el Principado y que se coloca como líder del Mundial. También fue cara para un 'Checo' Pérez que cuajó su primera gran carrera con los de Milton Keynes. Red Bull, gracias a la actuación de sus dos pilotos, es el nuevo líder del Campeonato de Constructores.
Sin embargo, la cruz le cayó a Mercedes que tuvo una carrera completamente nefasta. Valtteri Bottas, que tenía la segunda posición en la mano tras la no salida de Leclerc, tuvo problemas muy importantes en su primera parada a boxes con una rueda que se quedó completamente encajada y que le impidió volver a pista después de estar más de un minuto peleando en el pit lane. Los únicos puntos para los de Brackley llegaron por parte de un Hamilton que solo pudo ser séptimo.
En el capítulo de los españoles también hubo una cara y una cruz. Carlos Sainz sumó su primer podio vestido de rojo Ferrari tras un fin de semana perfecto a nivel personal. Por su parte, Fernando Alonso pasó muchos apuros y quedó encerrado en la parte baja de la tabla. Un resultado que ha sorprendido mucho teniendo en cuenta las expectativas generadas.
Quizás sea una lección aprendida para el piloto asturiano y para la escudería Alpine, que se reservarán antes de lanzar las campanas al vuelo la próxima vez. Las mejoras que tenían para el trazado monegasco, y que ya habían dado sus frutos en otros circuitos, no aparecieron este fin de semana en ningún momento.
Fernando Alonso quedó fuera en la Q1 el sábado y partir desde la posición 17 no era un buen presagio a pesar de que la carrera no le fue mal del todo. Ocon no consiguió entrar en la Q3 y en la carrera consiguió rascar dos puntos al terminar noveno. Un resultado bueno teniendo en cuenta lo visto hasta el momento, pero que no deja de ser decepcionante.
El análisis de Alonso
Así de dolido, resignado y contrariado se mostraba un Fernando Alonso que había depositado muchas esperanzas en el Gran Premio de Mónaco, una prueba siempre especial en el mundial y que sin embargo ha terminado siendo una auténtica pesadilla. Mejor pensar en el futuro para los galos.
"Estoy contento por la carrera, salía 17º y acabé 13º, es difícil ganar dos posiciones en la arrancada con Tsunoda y Russell, en la tercera curva, así que se hizo lo que se podía hacer. Pero el fin de semana ha sido decepcionante en cuanto a prestaciones. Es un aprendizaje para el equipo, creo, sí. Veremos si en Bakú tenemos unas prestaciones más normales".
Tras una carrera muy difícil en la que se pudo ver a Fernando Alonso muy molesto por primera vez desde su regreso, como resucitando fantasmas del pasado, el piloto asturiano quiso felicitar a su compatriota y amigo Carlos Sainz, que sumó ese gran podio. El piloto de Alpine le lanzó también un reto que no tardará en caer, su primera victoria en la Fórmula 1.
"Estoy muy contento, en Mónaco es difícil adelantar o hacer cualquier cosa, con el cuarto del sábado se escapaba la posibilidad del podio y hoy, con Bottas y Leclerc, sabía que iba segundo y que si le pasaba algo a Verstappen sería suya la victoria. Eso tendrá que ser otra vez".
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