La Fórmula 1 sigue estupefacta después de la exhibición que ha dado Fernando Alonso en las dos resalidas del Gran Premio de Azerbaiyán de Fórmula 1. Además, el asturiano se exhibió de todas las maneras y formas posibles, tanto partiendo en movimiento desde el safety car como volviendo a la parrilla de salida. Al final, el resultado ha sido muy positivo ya que la octava posición del principio ha terminado un valioso sexto puesto.
Pero si el resultado es positivo, las sensaciones personales son aún más. Fernando Alonso lleva toda la temporada pidiendo tiempo para adaptarse a su nuevo monoplaza, pero también demostrando que sus manos siguen estando ahí. Cuando todo se pone al límite, Fernando no falla y saca su magia y así lo hizo en esas ya históricas y famosas relanzadas de Bakú en las que ha llegado a ganar hasta siete posiciones.
En la primera, tras el fuerte accidente de Lance Stroll, Fernando consiguió pasar en muy poco tiempo a Latifi, Raikkonen y Valtteri Bottas dando un recital de control, tracción y velocidad punta en la recta de más de dos kilómetros en el trazado de Bakú, construido en un enclave semiurbano entre castillos y puestas de sol.
Aprovechando los rebufos y colándose por donde no cabe nadie, Fernando sacó el machete para escalar puestos antes del segundo gran accidente del día, el de Max Verstappen, que se fue también contra el muro después de un problema en sus neumáticos. Este accidente provocó más problemas, y fue ahí cuando Alonso brilló más que nunca.
Dos adelantamientos casi seguidos ante Ricciardo y Carlos Sainz, la salida de pista Hamilton y uno posterior a Tsunoda le hicieron pasar en un abrir y cerrar de ojos de la décima posición a un brillante sexto que le hace salir de Bakú con una sonrisa enorme y con la sensación, no solo del deber cumplido, sino con la sonrisa pícara del que se sabe de vuelta, disfrutando de lo que es su terreno.
El análisis de Alonso
Tras terminar la carrera, Fernando ha pasado por los micrófonos de DAZN y así ha explicado como vivió esos momentos previos donde ya advirtió a la gente de Alpine que, con solo un punto en el zurrón, bien valía arriesgarlo todo y confiar en su magia. Y así lo hizo, siempre derrochando talento en cada frenada y en cada gesto.
"Estoy contento porque salió bien. Hablé con el equipo antes de la resalida y dije 'mirar, vamos a ir a por todas, si veo un hueco me voy a meter, si perdemos un punto, o el alerón delantero o me voy contra el muro, pues mala suerte, pero vamos a intentarlo por lo menos".
"Fueron dos vueltas muy divertidas, sí que casi supieron a poco, otra resalida hubiera estado muy bien". Alonso terminó tan feliz que hasta se permitía bromear después de la que había liado. "El coche ha salido muy bien gracias también al trabajo del equipo en esto porque desde hace tres carreras estamos entre los tres mejores en este apartado y esto ayuda".
A pesar de su exhibición, Fernando quiso felicitar al equipo y celebrarlo con ellos en un día difícil por el abandono de Ocon a las primeras de cambio por problemas en su A521. Aún así, Alonso se marchó lleno de felicidad y optimismo para lo que viene por delante donde el objetivo es seguir creciendo y sumando puntos.
"Hoy ha salido todo bien, aunque todo lo preparamos siempre de la misma manera, pero hoy hemos tenido también esa pizca de suerte con nosotros, pero aún queda trabajo, porque hasta ese punto éramos aún un poco lentos y hay que seguir trabajando. Eso sí, es una pequeña recompensa que nos alegra la tarde".
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