Situación muy peligrosa la que se ha vivido este domingo durante la carrera de MotoGP en Montmeló. Fabio Quartararo luchaba por los puestos de podio durante las últimas vueltas cuando, de repente, se inquietaba encima de su moto. El motivo era que su mono estaba abierto y, de hecho, perdía su pechera que protege esta zona del cuerpo ante las caídas. El francés acabó el Gran Premio en esta situación, perdiendo una posición con Jack Miller finalmente.
Como le ocurrió en Jerez, a Quartararo le pasa algo cada vez que corre en España. Si allí fueron sus antebrazos y el síndrome compartimental agudo, en Cataluña fue un mono defectuoso que se abrió en las últimas vueltas. Era líder del gran premio y se dejaba adelantar primero por Miguel Oliveira, que sería el vencedor final. Después llegaría Johann Zarco y haría lo mismo. Trató de que la Ducati de Miller no le sobrepasara, pero justo ocurrió ese desdichado instante.
El galo se trataba de proteger en las rectas metiéndose aún más debajo de la parte delantera de su moto, pero aún así tenía problemas. Hacía lo que podía para mantenerse normal encima de su carenado. Mientras tanto, estaba luchando con Miller para no perder su posición. Finalmente, sería cuarto y el piloto se lamentaba cuando llegaba a los boxes. Después de cruzar la línea de meta, Quartararo se pudo subir el mono, algo incomprensible.
Esta circunstancia provocó que no hubiera una moto japonesa en el podio por primera vez en la historia. La KTM de Oliveira y las dos Ducati de Zarco y Miller hacían que las europeas copasen los tres primeros puestos del Gran Premio de Cataluña. Gran trabajo el de la compañía italiana, pero más aún para la factoría austriaca donde Dani Pedrosa está haciendo una extraordinaria labor para desarrollar estas motos.
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