Jorge Lorenzo nunca deja indiferente a nadie. La realidad es que su carrera como piloto de motociclismo profesional no ha sido un camino de rosas y, a través de mucho esfuerzo y talento, consiguió convertirse en un campeón. Todo ese tesón y esa valía se fue forjando durante esa trayectoria que comenzó a través de la pasión de su padre por las motos. En una entrevista con Fran Rivera en 'Espejo Público', el programa de Antena 3, ha recordado esos inicios.
"Mi padre fue el que me metió en este mundo, porque era su pasión, me construyó una moto con 3 años", le comenzó a explicar al que fuera torero. Eso sí, sorprendió cuando habló de cómo forjó el carácter que siempre ha caracterizado al campeón del mundo: "Mi padre fue como un sargento, fue como una especie de Hitler. Me enseñó muchos valores, como la disciplina o que nada sucede por suerte, sino por trabajo". Con este lema muy presente, se ha convertido en una estrella del deporte.
Ahora sigue alejado de la competición, pero no del mundo de las motos. "Soy más feliz que cuando corría, porque soy muy perfeccionista y estaba todo el día pensando en cómo ser mejor, dándole vueltas al tarro. Echo de menos ganar, siempre he sido muy competitivo desde pequeño. Siempre he tenido ese gen competitivo y a mí lo que me gustaba era ganar, más que ir en moto", argumenta el mallorquín. De hecho, confirmó que, si tuviera un hijo, "haría todo lo posible para que no fuera piloto".
Cambio físico
Eso sí, también ha llamado la atención su declaración sobre su actual estado físico. Ha admitido que una de las cosas que más le gusta ahora hacer y que antes no podía es "comer". "La moto cuanto más peso lleva encima menos corre. Tienes que encontrar el equilibrio entre tener músculo, estar fuerte y pesar poco. Cuando competía pesaba 52 kilos y ahora peso 70 kilos", explicó un Lorenzo mucho más relajado que cuando competía.
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