La Fórmula 1 del futuro ya ha llegado. A pesar de que este año el campeonato ha dado un giro hacia la competitividad y hacia la lucha entre diferentes pilotos y se ha puesto fin a la tiranía de Mercedes, el panorama es todavía más alentador de cara al 2022. Con esa expectativa regresó Fernando Alonso o continuó Sebastian Vettel, con la de poder competir con coches que ofrecieran una máxima igualdad y oportunidades para los más hábiles.
Esos cambios, reflejados en una nueva normativa mucho más atractiva, estaban pensados para entrar en vigor en el año 2021, pero la crisis de la Covid-19 provocó que tuvieran que aplazarse durante una temporada. Ahora que se aproxima el 2022, la Fórmula 1 no solo ha conformado ese nuevo reglamento que potencia la competitividad, sino que ya ha presentado por fin lo que será el nuevo 'Gran Circo'.
El sueño de una lucha todos contra todos con coches más futuristas, de piezas más básicas y, sobre todo, ahorrando presupuesto y mirando más por el medioambiente. Para adentrarse en la nueva Fórmula 1 es necesario conocer algunos de los aspectos más importantes que van a cambiar de cara al próximo curso y que harán de la F1 una experiencia inigualable.
Las diferencias aerodinámicas
Uno de los factores más importantes será la simplificación de la aerodinámica a través de la nueva dinámica de fluidos en la Fórmula 1. Uno de los objetivos principales era terminar con esas zonas de aire sucio que se creaban en persecución entre unos monoplazas y otros que impedían en muchas ocasiones los adelantamientos y que dificultaban poder rodar detrás de otro coche o incluso en paralelo.
Ahora, la Fórmula 1 entra aquí en un nuevo paradigma gracias a una serie de modificaciones en la parte exterior del monoplaza para cambiar la manera de fluir y circular las diferentes corrientes de aire cuando se alcanzan velocidades tan altas. Solucionando este problema, se daba mayor cabida a las batallas y a los adelantamientos y, por ende, al espectáculo.
Para contribuir a este aspecto también llegan las nuevas modificaciones en el llamado efecto suelo. Los fondo planos de los monoplazas también se han modificado con estructuras más grandes y más rectas, que han reducido la distancia de las partes bajas de los monoplazas hasta el suelo. Con las modificaciones que se han llevado a cabo se considera que se han pasado de pérdidas del 35% de la carga aerodinámica cuando se está a 20 metros del coche de delante a solo el 4%. Cuando esa distancia se reduce, las pérdidas pasan del 47% al 18%.
Con estas nuevas modificaciones no solo se mejora el rendimiento del Fórmula 1, sino que va también en beneficio del piloto, que recibe un feeling mucho más positiv del monoplaza que se vuelve más manejable. Esa mejora de conducción permite poder arriesgar más dentro de la pista en esos duelos donde ambos corredores van al límite. Otra mejora que se espera como una gran ventaja de cara al espectáculo.
Además, los nuevos monoplazas, al reducir también su distancia hacia el suelo y con la presencia de nuevas modificaciones en la zona de los neumáticos, también han mejorado sus condiciones de agarre y han reducido las turbulencias que recibe el monoplaza. Una línea más para permitir que el talento de los pilotos sobresalga del resto de elementos que dificultan la lucha cuerpo a cuerpo en la pista.
Una Fórmula 1 más futurista
El simple diseño de los nuevos monoplazas ya lleva implícita una línea más futurista en su exterior, con acabados redondeados en la zona más cercana al cock pit, con una parte delantera y un morro que tiene una cierta caída en forma de tobogán que hace su apariencia mucho más llamativa y agresiva. De hecho, estos nuevos monoplazas han sido definidos como unos coches perfectos para las carreras y la competición.
Sin embargo, esta línea futurista no solo ha estado presente en los rasgos generales del coche, sino que tiene su punto más importante en los alerones, tanto el trasero como el delantero. Por delante, piezas de gran tamaño divididas en cuatro que cruzan el monoplaza de un extremo a otro. Además, dominadas por formas curvas y por una terminación en forma de flecha, con un carácter también agresivo y buscando un factor más aerodinámico.
Además, los dos extremos del alerón están flanqueados por dos especies de aletas que marcan el nuevo rumbo de dirección este Fórmula 1 tan espectacular. En la parte, trasera, un alerón de considerable altura, pero con una hendidura en la zona de central para seguir controlando esos flujos de aire que circulan a través del coche.
Sin embargo, se incorporan dos pequeños alerones más que se sitúan junto a las ruedas delanteras en lo que es otro de los grandes cambios y avances que presentan estos nuevos monoplazas. Además, se han incorporado las nuevas llantas de 18 pulgadas que también jugarán un gran papel en esa nueva forma de agarre que tendrán los monoplazas del próximo curso, algo que ya pudo ser probado con los nuevos neumáticos de Pirelli por muchos de los pilotos de la actual parrilla.
Estos nuevos neumáticos y la reconfiguración de toda la carga aerodinámica en la zona delantera del monoplaza serán grandes implementaciones que tendrán que mostrar todo su potencial el próximo curso. Además, esa nueva línea aerodinámica tendrá también una importante referencia a un estilo más retro gracias a la recuperación del famoso efecto suelo, que cobró importancia en la Fórmula 1 a finales de la década de 1970, con coches diseñados efectivamente en forma de alas de avión al revés, creando enormes cantidades de carga aerodinámica al ser empujados hacia la pista.
Menos dinero, más lucha
Los otros grandes aspectos que entrarán en juego serán la reducción presupuestaria, el mantenimiento de las unidades de potencia del presente año y el intento por hacer del 'Gran Circo' un universo más sostenible, partiendo por los nuevos combustibles que intentarán seguir mirando por el medioambiente.
Los nuevos presupuestos tienen un plan de reducción que ya se ha aplicado en el año 2021 y que se seguirán reduciendo de cara a 2022 y sobre todo de 2023 a 2025, cuando se produzca el recorte definitivo. De momento, en 2022 se situarán en unas cantidades que, a pesar de que no han sido totalmente confirmadas, estarán en torno a los 130 millones de euros, después de haber sido rebajados de los 140 en años anteriores.
Lo que no se modificará son las unidades de potencia, que serán las mismas que en el año 2021 y que ya han dejado una gran igualdad en la parrilla, con Red Bull siendo capaz de alcanzar a Mercedes y con una gran lucha entre escuderías como McLaren, Ferrari, Aston Martin, Alpha Tauri o Alpine. Y todo debido a las nuevas congelaciones de motor que imperarán en el nuevo circo para centrar los cambios en otros aspectos.
Seguirían siendo las actuales unidades turbo-híbridas de 1,6 litros. Lo que sí habrá son algunos componentes más estándar en el sistema de combustibles. Además, sensores adicionales para que la FIA pueda controlar mejor las unidades de potencia de todos los equipos y sus respectivos comportamientos y rendimientos.
En ese aspecto, el mayor cambio llegará en la utilización de combustibles más sostenibles. La normativa actual obliga a utilizar un combustible que contiene un 5,75% de biocomponentes. En el próximo curso, ese porcentaje crecerá hasta el 10% con la entrada del CombustibleE10 que utiliza etanol, el cual debe ser un biocombustible de segunda generación fabricado de forma sostenible, lo que significa que tendrá una huella de carbono casi nula. Muchos cambios con el objetivo de volver a hacer a la Fórmula 1 más competitiva. El sueño y el objetivo son una lucha de todos contra todos por el título donde los más hábiles puedan mostrar su supremacía.
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