La carrera de Fórmula 1 celebrada en el mítico circuito de Spa, en Bélgica, ha levantado ampollas en el 'Gran Circo', especialmente en una parrilla que ha quedado muy decepcionada con la gestión que hizo dirección de carrera de la situación. Todos estaban de acuerdo en que las condiciones eran extremas y que no se podía correr, pero se podía haber manejado de una forma más coherente, solo aplicando el sentido común.
Al final, la lluvia provocó que se terminara viendo una pantomima en una temporada en el que la Fórmula 1 ha vivido ya que casi de todo con una carrera a dos vueltas en Bakú, con un solo coche formando en la parrilla de salida de Hungría, Lewis Hamilton, y con la ya famosa clasificación sprint de Silverstone.
Solo quedaba por vivir lo sucedido en el Gran Premio de Bélgica, con un retraso de más de tres de horas por la lluvia y una formación de solo dos vueltas detrás del coche de seguridad y todo marcado por una bandera roja que impedía ningún movimiento. Una situación que no era culpa de nadie, pero que ha terminado generando una situación de malestar generalizada.
Tal y como algunos pilotos afirmaban, en especial Carlos Sainz, correr en esas condiciones era prácticamente imposible. No se podía ver a unos cinco metros hacia delante por el impresionante espray que levantaban los monoplazas en una pista completamente encharcada. Eso, unido a la alta velocidad, podría haber provocado un desastre. Además, los ánimos estaban ya caldeados tras el accidente de Lando Norris en clasificación, a pesar de que se trataba de un error de conducción del británico.
Precisamente por eso, porque era inviable correr en esas condiciones ahora que la Fórmula 1 prima la seguridad por encima de cualquier cosa, no era necesario vivir semejante bochorno y se debía pensar en unos aficionados que llevaban horas bajo la lluvia por ver a sus ídolos. Pero la Fórmula 1 solo pensó en el dinero.
El enfado de Hamilton
Y así lo ha hecho saber Lewis Hamilton, uno de los beneficiados con la celebración de esta pseudocarrera ya que, de haberse celebrado una prueba normal y de haber quedado tercero, la diferencia de puntos le habría hecho perder el liderato del mundial. Pero el británico considera que no se deberían haber repartido puntos, solo se dieron la mitad, y que el dinero debería regresar a los aficionados que se quedaron sin su espectáculo preferido.
"Estoy realmente decepcionado por los fans, les han robado una carrera y deberían devolverles el dinero. Ha sido una mala decisión de la F1, pero aquí el que habla es el dinero por lo que si unos lo cobran, que lo cobren también los fans". Palabras realmente contundentes de todo un siete veces campeón del mundo que se encuentra líder del campeonato y que busca su octava corona.
Por su parte, Michael Masi, como cabeza visible de dirección de carrera, intentó escurrir el bulto como buenamente pudo: "No había posibilidad de posponer la carrera hasta mañana. Obviamente, desde la perspectiva de la FIA, y junto con la F1, la seguridad es primordial para los pilotos, los equipos y todos los espectadores".
Masi intentó explicar así la decisión de llevar a cabo esa pantomima de dos vueltas que al final terminó siendo un fracaso y que casi parecía una burla hacia los aficionados para que pudiera ver algo: "Tenemos nuestros asesores meteorológicos que nos dijeron que había una ventana final que podía funcionar, por eso y de acuerdo con los equipos sacamos a todos por si acaso funcionaba, pero volvió el mal tiempo y nos superó".
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