Fernando Alonso regresó a la Fórmula 1 con varios objetivos claros. El primero de ellos era disfrutar. Sin embargo, este reto traía implícito una meta, la de ganar, porque Fernando solo es feliz si pelea por ganar. Eligió para su regreso la que era su casa, la factoría Renault, y de su mano espera volver a lo más alto del 'Gran Circo'.
Ahora Renault ya no conserva su viejo nombre, sino que ha sido rebautizado como Alpine, pero para Fernando eso no cambia nada. Su regreso se produjo al comienzo de la presente temporada y todo se ha producido según lo que el asturiano tenía en mente: "Pasó lo que esperaba. Sabía qué podían surgir dificultades en mi camino. Lo vimos en la vuelta de Michael Schumacher. Después de conducir tantos coches diferentes, no sabía exactamente cómo me iría de nuevo en un coche de F1".
Fernando habla sobre su vuelta y sobre las altas expectativas que genera en una entrevista con Auto Motor und Sport: "Siempre tengo que cumplir. La gente espera ese poquito más de mí. Cuando hago lo que hace mi compañero de equipo, generalmente se ve como una decepción. Esto crea altas expectativas. Sin embargo, estoy contento con el regreso. El reto fue grande para adaptarse mental y físicamente a estos coches. Después de dos años, el cuello ya no está acostumbrado al estrés, y ya no tengo 20 años".
El asturiano se muestra sincero y ambicioso y cree que todavía no está al máximo de sus capacidades: "Yo diría que soy tan bueno como en 2018 o un poco peor. No estoy 100% satisfecho con mi rendimiento, especialmente los sábados. Todavía me resulta difícil entender dónde está el máximo de rendimiento del neumático. Si haces una preparación diferente en la salida o te encuentras con tráfico, el neumático se comporta de manera diferente cuando empujas y comienzas la vuelta. Todavía no lo entiendo del todo. Yo diría que estoy al 95%. Salvo por eso, todo bien".
"Parte del 95% es el tiempo que estuve lejos del deporte. Me faltan dos años en los que los neumáticos han evolucionado. En segundo lugar, hay una falta de confianza respecto a la dirección. Después de Bakú está mejor, pero no es algo en lo que formé parte del proyecto de desarrollo desde el principio. Me tuve que adaptar un poco. Espero que sea mejor el año que viene. Los coches también serán muy diferentes de conducir. Tal vez toda la parrilla necesite realinear su estilo de pilotaje. Ojalá pueda aprovecharlo".
Vista puesta en 2022
Es precisamente ese año que viene el que le quita el sueño a un Fernando que sigue viendo para ser campeón: "El objetivo es ganar y ser competitivo. Nunca estaré contento con el séptimo u octavo lugar. La esperanza es para 2022. Pero McLaren, Ferrari y muchos otros también esperan eso. Esa es la tarea que aún no está hecha en este regreso. Estamos trabajando en eso".
Al menos, ha podido celebrar algún éxito como la victoria de Ocon en Hungría tras una gran jornada de trabajo en equipo: "Me hace feliz porque celebrar una victoria fue bueno para la moral del equipo. Nos hemos demostrado a nosotros mismos que cuando tengamos el paquete, estaremos listos para estar en lo más alto. Las paradas en boxes y la estrategia fueron las correctas. Fue una buena prueba bajo presión".
"Mi papel es más motivar a todos. Y usar mi experiencia para señalar áreas en las que podemos mejorar. Nuestro trabajo en la pista es construir un equipo capaz de ganar un campeonato mundial. El otro es el rendimiento en la fábrica, que está un poco fuera de nuestras manos. Lo que viene del túnel de viento, de nuestros diseñadores... Confiamos en ellos".
Las experiencias de Fernando
Dentro de esa experiencia que Alonso aporta, gran parte va destinada a las estrategias: "Podría decir que la experiencia juega un papel muy importante. Pero entonces mentiría. En 2003 ó 2004 me comporté de la misma manera, leí las carreras de la misma manera. El karting fue, sin duda, una gran ayuda. Es solo un instinto que desarrollas allí. En el karting, tuve que vivir sin nunca tener material de primera. Mi familia solo tenía recursos modestos. Necesitábamos la perfección para ser competitivos. Eso agudizó algunos sentidos en una etapa temprana".
Por último, Alonso ve todavía en su figura una gran motivación que no se marchita con la edad: "No veo la edad como una limitación. En este deporte, lo que cuenta es lo que marca el cronómetro. Si hubiera regresado y Esteban hubiera sido medio segundo o un segundo más rápido, entonces tal vez me hubieran etiquetado como un soñador por pensar en ganar otro campeonato mundial. Siento que soy tan rápido como los demás.".
"Cuando tenga un coche competitivo, estoy seguro de que aportaré ese pequeño extra para luchar por el Mundial. Sé que la edad es un problema. Si Kimi se detiene, seré el mayor. En cada carrera habrá un nuevo récord más antiguo y así sucesivamente. Pero no me siento así. El cronómetro o mi motivación me dirán cuándo parar. Mi motivación me lo dijo hace dos años. Entonces yo no era el mayor. Yo no quería seguir porque tenía demasiadas cosas en la cabeza y ya no era la Fórmula 1. Era Le Mans, por ejemplo. Ahora es diferente. La motivación está ahí. Solo tengo en mente la F1".
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