A pesar de ser una carrera relativamente tranquila, la de Turquía fue una prueba de resistencia absoluta con mucha tensión, emoción y nervios. A lo vivido en la pista se sumaba el baile que había en boxes y la incertidumbre que había en el cielo y que provocaba dudas sobre el estado del asfalto.
Nadie tenía del todo claro si iba a llover más o menos, pero lo cierto es que, sin que cayera una sola gota de lluvia durante las 58 vueltas del Gran Premio en el trazado otomano, la capacidad del circuito de mantener el agua sobre la pista hacía que fuera una carrera en condiciones de mojado y para neumáticos intermedios.
Fernando Alonso, tras su incidente con Gasly en la primera curva, se quejó de que después de eso no pasó nada más. No obstante, algunos como Hamilton no estarán muy de acuerdo con eso. Entre otras muchas batallas como las vividas con Tsunoda o 'Checo' Pérez, el británico tuvo que vérselas con Mazepin por increíble que pudiera parecer.
Todo en la vuelta 28 cuando el piloto de Mercedes se disponía a doblar al ruso, momento en el que se llevó un buen susto. En la curva 11, un giro sencillo a derechas, el de Haas ignoró las banderas azules y cerró la puerta de sopetón a Lewis, que tuvo que levantar el pie del acelerador. Ambos tuvieron un encontronazo importante que estuvo cerca de hipotecar las aspiraciones del inglés en la carrera.
El incidente no fue investigado, pero Mazepin reconoció en Motorsport-Total tras la carrera que había obrado mal, algo que no suele hacer: "Lo siento mucho por Lewis. Me he quejado al equipo de que no podía ver nada por los espejos, y necesitaba una guía adecuada en mis oídos sobre dónde están los otros coches, porque estuve conduciendo a ciegas debido al 'spray'. Cuando hay tantos coches que te adelantan, no una, sino dos veces, es un desastre. Estoy contento de que hayamos conseguido escapar, pero veré a Lewis y le pediré disculpas". Así impone un siete veces campeón del mundo al joven más polémico y rebelde.
Hamilton y sus ruedas
Por otro lado, tras la carrera, Hamilton, que tuvo muchas discusiones con su equipo por el momento de cuándo entrar a cambiar sus neumáticos, explicó así el final de la carrera: "Es difícil. Obviamente me hubiera gustado tener neumáticos más nuevos.
"Intenté quedarme fuera todo lo posible, sabía que con los neumáticos nuevos hay una fase de graining. Luego se te va, pero yo sólo tenía ocho vueltas. Hoy hemos perdido puntos valiosos. Si me hubiera quedado fuera, no sé si hubiera estado en la misma posición. Quién sabe". Así se explicaba en DAZN el británico.
Estas palabras y sus discusiones por la radio fueron interpretadas como un ataque hacia su equipo, algo que ha querido aclarar este lunes en sus redes sociales: "He visto que parte de la prensa ha exagerado demasiado la decisión de cuándo parar en la carrera de ayer. No es verdad que esté furioso con mi equipo. Como equipo trabajamos duro para dar con la mejor estrategia posible, pero según evoluciona la carrera tienes que tomar decisiones diferentes, hay muchos factores que cambian de manera constante".
"Ayer nos arriesgamos a mantenernos fuera con la esperanza de que la pista se secaría, no lo hizo. Quería arriesgarme e intentar llegar hasta al final, pero fue mi decisión mantenerme fuera y no funcionó. Al final paramos y fue lo más seguro que pudimos hacer. Vivimos y aprendemos. Ganamos y perdemos como equipo. No esperéis que sea del todo educado y tranquilo por radio porque estoy compitiendo, todos somos muy apasionados y con el calor del momento esa pasión puede salir, como nos pasa a todos los pilotos".
"Mi corazón y mi espíritu están ahí fuera en la pista, es el fuego que tengo dentro de mí lo que me ha llevado tal lejos, pero cualquier preocupación se olvida rápido. Hemos hablado y ya tenemos ganas de la próxima carrera. Hoy es otro día para levantarse y como equipo todavía nos levantamos".
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