El domingo 5 de diciembre, el Jeddah Street Circuit se estrenará como Gran Premio de la Fórmula 1. Una parada en el calendario que estuvo ligada a la polémica desde que se conoció la apuesta por este GP de Arabia Saudí. Todavía queda algo más de un mes para que se celebre, pero la carrera vuelve a ser noticia por el código de vestimenta que se ha impuesto a mujeres y hombres para acudir a la cita.
Este particular dress code que imponen desde Arabia Saudí para los que quieran estar presentes en el Gran Premio de la F1 no es la única polémica que ha surgido alrededor de la carrera. El circuito se presenta como el más rápido de la historia, pero este no es el problema, el 'pero' que se pone está relacionado con la seguridad y también con los pocos tramos viables para adelantar del trazado.
Aunque eso no es lo que más ha preocupado a los pilotos o a los aficionados. El mayor problema al que se ha tenido que enfrentar el GP de Arabia Saudí tiene que ver con los Derechos Humanos y la lucha por la igualdad. Precisamente, el británico Lewis Hamilton es el abanderado de este movimiento y es que el siete veces campeón del mundo es todo un activista, en especial en materia de racismo.
Polémico desde el origen
El Gran Premio de Arabia Saudí se disputará en un área turística de 30 kilómetros en la costa de Yeda. Precisamente, la ciudad en la que comenzará el Rally Dakar. El trazado ha sido habilitado en un circuito urbano, que se espera que sea permanente a partir del año 2023. La Fórmula 1 lo 'vendió' como una pista que "abrace el paseo marítimo".
El primer problema viene porque todavía no ha acabado de construirse. Lo esperado es que se llegue a tiempo para ese primer fin de semana de diciembre y es que el Jeddah Street Circuit promete ser el más rápido de la historia de la F1. 6175 metros de longitud diseñados por el arquitecto Hermann Tilke.
Los plazos están de lo más ajustados y aunque se dice que será un trazado en el que se puedan realizar pocos adelantamientos, según Khalid Bin Sultan Al Faisal será todo lo contrario: "Nuestro objetivo es que sea una carrera emocionante. No queremos que sea una de esas carreras aburridas en las que no hay adelantamientos".
"Estamos organizando un Gran Premio de F1 porque queremos brindar emoción. Y lo que puedo decirles es que estamos haciendo todo lo posible para que sea así", explicó Khalid Bin Sultan Al Faisal hace varias semanas. Y es que en el circuito se espera superar los 250 km/h, con hasta tres zonas de DRS.
"Queríamos hacer algo especial, una carrera diferente, la mejor carrera", agregó el presidente de la Federación nacional. Porque este Gran Premio de la F1 es un gran escaparate para Arabia Saudí, país que desde hace ya un tiempo intenta a través del deporte llegar al público y blanquear ciertos comportamientos que son del todo rechazados en Occidente.
Las dudas sobre si podrá llegar a disputarse la carrera en Yeda continúan, mientras que los pilotos desde el principio no vieron con buenos ojos la elección de Arabia Saudí como parada del Mundial. Tras el anuncio el pasado mes de noviembre de 2020, las redes sociales se inundaron de mensajes para boicotear este Gran Premio.
#BoycottSaudiGP ha sido el hasthag utilizado para rechazar la celebración del Gran Premio de Arabia Saudí. Y es que organizaciones como Human Rights Watch o Amnistía Internacional califican al país árabe como "violador continuado de los derechos humanos".
De hecho, en febrero de este mismo 2021 hasta 45 asociaciones diferentes habían pedido a Lewis Hamilton que encabezase el movimiento de boicot al citado GP. Todavía no se sabe qué sucederá ese primer fin de semana de diciembre, pero los ánimos están caldeados y el último movimiento de Arabia Saudí ha calentado incluso más los ánimos y todo por su controvertido código de vestimenta.
Dress Code de otro siglo
Los circuitos urbanos siempre presentan un especial atractivo, como ocurre con los de Mónaco y Bakú. Ahora llega este de Yeda, en el que los pilotos miran de reojo la seguridad del circuito, al existir, de momento, pocas zonas de escape en caso de accidente. Por lo que se espera que el safety car sea un especial protagonista de la carrera. Pero si algo es motivo de preocupación para todos es que Arabia Saudí es conocido por las numerosas sanciones en materia de violación de los DDHH.
LGTBI, racismo o feminismo. La lucha por la igualdad que tan importante es en otros rincones del mundo, parece pasar a un segundo plano cuando se habla de naciones como la de Arabia Saudí. Y esto es algo que se pone de relieve después de confirmarse el polémico código de vestimenta que se impondrá a los hombres y mujeres que acudan al Gran Premio de la F1.
Desde la organización se ha prohibido a los hombres acudir sin camiseta, con ropa de tirantes, pantalones cortos o vaqueros rotos. La única opción para ellos es el pantalón corto, algo que aunque llamativo, puede estar dentro de un dress code para algún evento puntual. La polémica llega por el código de vestimenta que se refiera a las mujeres.
Al igual que ellos, las mujeres no pueden vestir pantalones rotos, pero tampoco faldas, shorts, cualquier tipo de vestido, ya sea con escote o sin él, y tampoco bikinis. En resumen, nada de mostrar ninguna parte de su cuerpo. Y esto no solo engloba a las aficionadas o aficionados, sino también a cualquier miembro de la organización, pilotos y miembros de los equipos.
Estas exigencias van en consonancia a lo que se pide cuando cualquier turista entra al país, aunque, como ocurrirá por esas fechas, las temperaturas puedan sobrepasar los 30 grados. Además de, por supuesto, no poder realizar muestras de afecto en público o utilizar un lenguaje que pueda ser considerado como inadecuado en Arabia Saudí. Tampoco se servirán bebidas alcohólicas en el Paddock Club.
Aunque en relación con este código de vestimenta que se impone en Arabia Saudí para el Gran Premio de F1, cabe recordar lo que sucedió en la Supercopa de España que se celebró en dicho país. Entonces, la presencia de Isabel Díaz Ayuso fue de lo más comentada por no portar niqab, por llevar las mangas de su vestido largo remangadas y por no abrocharse el último botón de este.
La presidenta no llevaba ni este tipo de velo, ni tampoco Hiyab o Shayla que cubren el pelo y solo dejan visible el rostro, aunque desde septiembre de 2019 las mujeres no están obligadas a vestirlo. Eso sí, otra cosa es el estricto código de vestimenta que ahora también conoce la Fórmula 1.
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