Nadie se puede confiar en la batalla por el Mundial de Fórmula 1. El Gran Circo llega este fin de semana a Qatar para celebrar una prueba inédita en el campeonato y que debería haber esperado hasta 2023 para su estreno, pero ha ocupado uno de esos huecos que se han ido quedando en el calendario por la pandemia. Max Verstappen y Lewis Hamilton colisionan en una pista por la que nunca antes han rodado.
Todo puede pasar. Esa es la premisa para un Gran Premio que da el pistoletazo de salida a una recta final de la temporada en la que solo se pisarán tierras de Oriente Medio. La distancia entre primero y segundo, Verstappen y Hamilton, es de 14.5 puntos después de que el inglés recortara diferencias con su triunfo en Interlagos. Aquello fue inesperado y despertó la última polémica de una lucha por el Mundial muy caliente.
El fin de semana de Hamilton fue brillante, evitando quedar herido de muerte en Sao Paulo en cuanto a sus opciones para ganar este año su octavo título mundial. Tras recibir una sanción de cinco puestos en parrilla y ser descalificado de la clasificación del viernes por irregularidades en el DRS, a Lewis le tocó salir último en la carrera al sprint y remontó hasta la quinta posición. Eso solo le valía para arrancar décimo el domingo, pero ni con esas pudo Verstappen frenar el ímpetu del británico y su Mercedes.
La última victoria de Hamilton aprieta el Mundial, pero ha provocado cierto resquemor en Red Bull cuando se presuponía que partían con gran ventaja para llevarse la carrera. Que el Mercedes fuera tan bien en Interlagos se otorga al cambio de motor (V6) de la escudería británica. La nueva unidad de potencia se calcula que otorgó al británico hasta 20 CV extras de poder en comparación con el motor de Verstappen, que arrastra ya desde Rusia (un total de cinco carreras).
Verstappen tras la carrera de Brasil alertó: "Si Mercedes puede mantener esa potencia del motor hasta la última carrera, no tiene buena pinta. Mercedes siempre dice que tienen un gran desgaste en el motor después de dos o tres carreras, pero eso ya no nos ayuda. Para entonces el campeonato mundial ya estaría terminado". Ahora llegan dos carreras desconocidas para todos, la de Qatar y la de Yeda (Arabia Saudí), pero se espera que el motor siga siendo un factor diferencial.
Un clásico de MotoGP
Losail es un circuito de 5.380 metros, con 16 curvas (seis a la izquierda) situado a unos 20 kilómetros al norte de Doha, la capital catarí; inaugurado en 2004 para el Mundial de motociclismo; sede fija de ese campeonato desde entonces y en el que este año se impusieron los españoles Maverick Viñales (en MotoGP) y Jaume Masiá (en Moto3).
La primera carrera de la historia de la F1 que se disputará en Losail está prevista a 57 vueltas para completar un recorrido de 306,6 kilómetros.
El circuito callejo más rápido
Dentro de dos semanas se viajará hasta las orillas del Mar Rojo, donde Yeda albergará el primer Gran Premio de Arabia Saudí de la historia. Una prueba anunciada a finales del año pasado y que se disputará en la segunda pista más larga del campeonato, después de la de Spa-Francorchamps, sede del Gran Premio de Bélgica (7.004 metros). La de Arabia mide 6.175 metros, tiene 27 curvas y está llamada a convertirse en el circuito callejero más rápido del mundo.
Final en Abu Dhabi
Para la última carrera, la de Yas Marina, el Mundial podría estar ya decidido. De no ser así, el campeón se certificará en los Emiratos Árabes Unidos. Yas Marina, presente en el Mundial desde 2009, albergará la decimotercera edición del Gran Premio de Abu Dhabi. Una pista de 5.281 metros y 21 curvas a la que el 12 de diciembre está previsto que se den 58 vueltas, para un total de 306,1 kilómetros. En la que Verstappen ganó el año pasado; pero en la que nadie iguala los cinco triunfos de Hamilton. La lucha está servida.
[Más información: La Fórmula 1 completa su parrilla para 2022: así son los 20 pilotos y las 10 escuderías de la nueva era]