El nuevo presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, ha llegado pisando fuerte. El sustituto de Jean Todt al frente del 'Gran Circo' y que formará equipo junto a Stefano Domenicali y a Ross Brawn, ha cargado contra Lewis Hamilton por lo que ha considerado una ofensa. El británico no decidió no acudir a la gala de final de temporada de la Federación Internacional del Automovilismo.
El motivo del piloto inglés estaba claro. No quería participar de lo que consideraba un circo montado por la organización que a su juicio le había quitado un título que le pertenecía, el que iba a ser el octavo de su palmarés y que hubiera significado superar el récord de Michael Schumacher.
Sin embargo, esa hazaña tendrá que esperar como mínimo hasta el año que viene, aunque puede que no se produzca nunca. De momento, quien sí estuvo presente para levantar su primera corona fue Max Verstappen, que se dio un baño de masas ante los suyos en una gala más discreta de lo habitual por las restricciones de la Covid-19.
El enfado de Mercedes con la FIA es importante y por no solo llamó la atención de Hamilton, sino también de Toto Wolff, máximo responsable de la escudería y quién debía recoger el título de campeón de constructores. Quien sí fue, precisamente para recoger el galardón, el octavo consecutivo, fue James Allison, director técnico del equipo, que estuvo acompañado por un Valtteri Bottas que no se quiso perder su última gala como miembro de los de Brackley.
Lo que puede parece algo habitual en otros deportes, en la Fórmula 1 es poco menos que un escándalo, ya que los tres primeros de la clasificación están obligados a personarse en la gala. Por lo tanto, Hamilton se expone ahora a una sanción económica. La FIA, que estrena nuevo presidente, deberá decidir si la ejecuta.
Sulayem pasa al ataque
"Las reglas son las reglas al fin y al cabo. Así que vamos a mirar de qué lado se emplean las reglas técnicas. ¿Estaba él en una infracción? Tengo que investigarlo. Por supuesto, tendremos que seguir también nuestras reglas. Pero mientras tanto, no nos impide hacer que un campeón se sienta bien con el deporte, ya sabes. Es fácil ser amable con la gente. Y es barato ser amable. Y también lo es motivar a la gente. Pero definitivamente, si hay alguna infracción, no hay perdón en esto".
Sulayem parece muy claro en su propósito y no está dispuesto a hacer concesiones ahora que está en los primeros momentos de su nueva etapa al frente de la FIA tras el adiós de Todt después de más de 12 años vinculado a este organismo. Aunque el nuevo presidente entiende a Hamilton y lo que ha pasado desde aquella fatídica última vuelta en el trazado de Yas Marina, no parece dispuesto a hacer contemplaciones.
"Sé que Lewis está muy triste por lo que pasó y una palabra que diría es que está roto. Pero tenemos que ver si hubo alguna infracción. No puedo decirlo por ahora. Sólo hace unas horas que soy presidente y acabo de empezar a dar respuestas sin revisar los hechos. Tenemos que ser proactivos. Tenemos que mejorar en todos los aspectos. Como piloto estaría muy molesto durante una época, pero con el tiempo todo este asunto se enfriará".
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