La segunda etapa del Rally Dakar ha dejado una de las imágenes más feas y lamentables que se recuerda en la carrera. En un tramo de difícil paso en la jornada comprendida entre Hail y Al Qaisumah, el piloto de la categoría de motos César Zumarán se quedó aparentemente atascado y sin poder continuar, probablemente con problemas en su vehículo.
Al no poder avanzar, tuvo que bajarse para intentar sacar su moto de ahí y así no entorpecer el paso de otros rivales y compañeros del resto de categorías. Pero ni siquiera le dio tiempo, ya que uno de los grandes nombres de las pruebas sobre cuatro ruedas llegó para darle uno de los sustos de vida y protagonizar la imagen más desagradable en lo que va de Rally Dakar.
Se trataba de Giniel de Villiers, quien llegó por detrás con su Toyota Gazoo Racing, el mismo coche que el líder Nasser Al-Attiyah, para golpear y atropellar a César, que quedó visiblemente dolorido y atónito por la situación tan extraña que estaba viviendo.
El corredor chileno recibió el fuerte impacto en uno de sus lados, haciéndole caer al suelo junto a su moto. Al instante, tuvo que apartarse para no ser atropellado de nuevo por De Villiers que parecía llevar demasiada prisa. Cayó justo al lado de vehículo y quedó completamente destrozado tras el terrible golpe que había recibido.
Después de su fechoría, De Villiers, cuarto en la general por detrás de Nasser, Sébastien Loeb y Luciano Álvarez, ni siquiera se paró para ver qué había sucedido o para pedir perdón a César, al cual había dejado completamente dolorido en el suelo. Siguió su camino hacia delante y continuó con el transcurso de la prueba como si no acabara de atropellar a un participante. Además, su terrible maniobra quedó grabada por las cámaras de la realización de la prueba.
Disculpas no aceptadas
A la conclusión de la segunda especial, tanto César Zumarán como De Villiers fueron a hablar con los comisarios para ver qué había sucedido y explicar la acción. Así lo explicaba el equipo del chileno por mediación de su jefe Cristóbal Guldman: "Estuvimos con los comisarios. Presentamos el reclamo, De Villiers estuvo un poco antes que nosotros y ofreció hacer una disculpa pública y darle la mano a César y sacarse una foto con él, pero eso a mí me pareció un insulto".
Lejos de aclararse la polémica, el lado de la víctima siguió se mostró reacio a aceptar las disculpas ofrecidas por el piloto sudafricano, las cuales parecían más de cara a la galería que sintiendo lo que había sido una de las acciones más feas que se recuerdan: "César tampoco aceptó eso y pedimos una penalización. Yo la verdad estaba pidiendo la descalificación, pero no sé si eso lo van a tomar así. A mí me parece súper grave, me parece que es un motivo de descalificación, pero César es el dueño del reclamo, no yo, no tengo autoridad para hacerlo". Así concluyó el jefe del equipo de Zumarán en declaraciones a T13.
Se espera ahora que la empresa ASO, organizadora de la prueba, tome cartas en el asunto y opte por sancionar a Giniel de Villiers con la descalificación de la prueba ya que los cinco minutos de tiempo impuestos parecen ser bastante poco castigo para una acción que podría haber tenido fatales consecuencias.
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