Fernando Alonso le ha lanzado un órdago a la Fórmula 1 con la guerra del 'porpoising'. El piloto español se ha alineado en comunión con Red Bull y son los dos grandes defensores de no tocar nada para evitar los efectos que este problema está causando en muchos monoplazas de la parrilla.
Muchos entienden la posición de la casa austriaca, líderes en las clasificaciones de pilotos y constructores y que por lo tanto solo quieren todo continúe tal y como está para no perder su supremacía. Lo que extraña más en la postura de un Fernando Alonso que está lejos de la cabeza, pero que se ha destapado como el gran rebelde de esta causa.
El asturiano defiende que en Alpine han trabajado bien para que el 'porpoising' no les afecte y que tienen que centrar sus esfuerzos y sus recursos en mejorar otra serie de hándicaps que les afectan más que el famoso marsopeo. Por eso se mantiene fiel a esa idea de que dejar la configuración del fondo plano y de las suspensiones de los monoplazas tal y como están.
El español ya mira hacia el Gran Premio de Canadá después de encadenar dos séptimos puestos de manera consecutiva. Una posición que no es la mejor para ellos tal y como ha reconocido Fernando, pero que le sirve para haber sumado 12 puntos en dos carreras. Un botín importante que quiere ampliar.
"Fue un resultado decente para nosotros terminar séptimos en Bakú. Siento que maximizamos nuestro coche y las oportunidades que nos presentaron los abandonos de otros coches". Cierto es que esa séptima posición llegó después de que Carlos Sainz y Charles Leclerc no pudieran terminar por problemas sus respectivos F1-75.
Fernando no se detiene
Fernando reconoce que, aunque la batalla con el 'porpoising' corre a su favor, todavía tienen que entender mejor algunos aspectos del monoplaza. En especial, la diferencia que encuentran en el rendimiento de los viernes y los sábados respecto a los domingos. Está claro que el Alpine todavía depende demasiado de lo que suceda por delante para coger puntos.
"Todavía necesitamos entender mejor nuestro coche y por qué estamos experimentando diferencias entre el viernes y el domingo. No obstante, nuestro coche gestiona bastante bien el efecto rebote que tienen los coches de este año".
Alonso ha hablado una vez más sobre el 'porpoising' asegurando que el feeling que tuvo en el Gran Premio de Bakú fue muy bueno. Sobre todo a tenor de las críticas que han lanzado otros pilotos hacia la FIA tras no haber puesto todavía remedio a este problema que llevan experimentando desde el principio de la temporada: "No lo sentí demasiado –el rebote– en Bakú, así que nos centramos más en gestionar la degradación de los neumáticos, especialmente de los traseros".
El bicampeón afirma que esta circunstancia tiene que ser estudiada carrera a carrera ya que en cada circuito se experimenta de una forma diferente. Lo que descarta es que vaya a haber un consenso entre todas las escuderías en poco tiempo: "Va a ser diferente en cada circuito. Por ejemplo, en Jeddah fue muy suave y en Australia también, y nadie dijo nada allí. Va a ser muy difícil para todos los equipos ponerse de acuerdo sobre el cambio".