Si este fin de semana vivía uno de los momentos más felices de su vida al ver a su hijo ganar una carrera de la Fórmula 1, Carlos Sainz ha sufrido este jueves un duro accidente en la prueba final de las Extreme E. El piloto de 60 años vio cómo dos coches colisionaban con el suyo después de volcar con su coche del Acciona | Sainz XE Team. Johan Kristofferson fue quien más impactó contra el vehículo del español que no tranquilizó a todo el mundo hasta que se le vio salir.
Precisamente fue el coche que terminaría ganando la carrera uno del Extreme E Island xPrix. El coche de Sainz padre volcó y los dos vehículos que venían por detrás no pudieron hacer demasiado por evitar el accidente al inicio de la etapa. Cada uno optó por una ruta diferente al comienzo de la etapa y en la bifurcación en la que coincidían se produjo el choque. El piloto sueco embestía al español y tenía que correr toda la prueba en la isla de Cerdeña sin capó.
El español tardó un poco, pero consiguió salir por su propio pie. En ese momento se rebajó la tensión, ya que el golpe había sido muy fuerte. Sainz padre cojeaba, cuestión por la que ha tenido que acudir al centro médico. En cualquier caso, está consciente. El mayor problema es un dolor en la zona de la pelvis. Tendrá que acudir a un hospital para tener más detalles de la dolencia que sufre. Por suerte, todo ha quedado en un susto. Kristofferson corre para Nico Rosberg, el excampeón del mundo de Fórmula 1, que tiene su propia escudería.
El piloto español, que corre en esta competición junto a Laia Sanz, estaba teniendo una buena prueba. Este miércoles colocaron su coche en segunda posición de la general tras ser segundos en la primera clasificación, la que se disputa contrarreloj, y ganar su manga en la segunda, que se disputa en configuración de carrera. Buscaban la primera victoria del año, pero la ambición desmedida de Kristofferson les apartó de esta, así como les hizo pasar un gran susto.
Las Extreme E Series son la competición de raids que pretende cambiar todo lo que conocíamos de las carreras de raids con coches muy potentes, y muy contaminantes, para dar el paso al mundo híbrido. El objetivo de esta nueva competición, que va por su segunda temporada, es concienciar del uso de las tecnologías que poco a poco pretenden eliminar los gases contaminantes de los coches de calle, a la vez que los pilotos exhiben sus habilidades al volante por lugares exóticos y que ponen a prueba los límites del ser humano.
Todo esto nació de la idea de dos españoles. No solo el equipo y el piloto dan color español a esta competición. Alejandro Agag y Gil de Ferrán querían contar la historia de los efectos del cambio climático y la actividad humana en lugares impresionantes y remotos de todo el mundo a través de un deporte de clase mundial como es la pasión que comparten los dos: el automovilismo.