No está siendo una temporada fácil para Ferrari. Todos los caminos apuntaban a que, por fin, este año sí que había verdaderas posibilidades de conseguir el campeonato. Y lo cierto es que todavía quedan 11 carreras y mucho por decidir, pero los circuitos pasan y Carlos Sainz y Charles Leclerc no están más cerca de Max Verstappen. Todo lo contrario.
Este fin de semana, en el Gran Premio de Francia, el circuito de Paul Ricard fue testigo de los problemas que ha tenido Ferrari durante todo el año condensados en una sola carrera.
Pero mucho antes de que comenzara la carrera las cosas ya se habían torcido para Sainz. A pesar de estar haciendo los mejores tiempos en los entrenamientos, el español pagó el peaje de haber cambiado el motor de su F1-75, su centralita y otras partes del monoplaza. Una situación que le relegó a la cola de la parrilla, saliendo en el 19º puesto.
Aun así, Sainz no se rindió y realizó una espectacular carrera en la que acabó 5º después de realizar 19 adelantamientos. De hecho, Carlos Sainz fue el piloto del día en el Gran Premio de Francia, pero la sensación con la que acabó el piloto madrileño fue agridulce. El motivo era que se vio con opciones de podio y esas esperanzas se vieron arruinadas por un pit-stop que en Ferrari consideraron que era la mejor opción.
"No, ahora no", se quejaba Sainz cuando le ordenaban hacer la parada a diez vueltas del final. El español se 'retiraba' de la batalla con Checo Pérez por el tercer puesto y en su regreso a pista se veía detrás de un grupo de rivales a los que debería volver a adelantar: Ricciardo, por tercera vez, y Norris y Fernando Alonso, por segunda.
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Aun así, tras la carrera, Sainz trató de no echar más picante al asunto: "Hemos tomado la decisión segura que era parar en vez de quedarnos sin rueda hasta el final", decía Sainz tras la carrera. "Habrá que analizar con calma si era la mejor decisión, pero igual yo en el coche tenía una impresión diferente. El equipo tiene más datos y al parecer perdía posición hasta con Fernando, aunque mi sensación en el coche era que no tenía nada que perder, que era tercero con aire limpio, pero ellos tienen más datos", añadía.
El piloto español ha acumulado buenos resultados esta temporada, tanto que ya ha conseguido ganar un Gran Premio por primera vez en su carrera, lo consiguió en Silverstone y ahora quiere más, pero su propio equipo no se lo está poniendo fácil.
Ferrari se defiende
Mientras tanto, desde Ferrari se han justificado. Mattia Binotto, jefe de la escudería, aseguró tras el Gran Premio que "estamos muy seguros de que fue la mejor, lo correcto, porque no estábamos seguros de que pudiera llegar al final de la carrera con ese juego de medios, y por seguridad era lo mejor".
Y añadió: "Además con el ritmo de desgaste que llevaba, más los cinco segundos de sanción, no hubiera podido aguantar el tercero ante Russell y Checo, no llevaba el ritmo como para abrir ese hueco, con lo que intentamos esa nueva parada para probar y asegurar unos puntos muy importantes para el equipo y para él, además de la vuelta rápida. En el calor de la carrera, Carlos no tenía toda la información como para juzgar la situación".
Binotto, por último, resumió el fin de semana así: "Salimos con confianza total en nuestro coche y pilotos. Hicimos la pole, la vuelta rápida y éramos líderes, lo que demuestra la fortaleza del equipo. Tenemos que sonreír porque Hungría va a ser como Francia, y hay que ser positivos porque nuestro objetivo no solo es ganar, sino el doblete".
Unas expectativas ambiciosas, pero que no están acabando de reflejarse en el asfalto. El otro damnificado este fin de semana ha sido Charles Leclerc. El piloto monegasco es segundo en la clasificación en el Mundial y se encuentra a 63 puntos de Verstappen. Un domingo que fue especialmente doloroso porque Leclerc se encontraba liderando la carrera en la vuelta 18 cuando una avería en su pedal hizo que se saliera de la pista y chocara contra las barreras. Fuera de la carrera.
La radio emitida por televisión fue confusa, porque inmediatamente después de estrellarse, Charles Leclerc gritaba porque el pedal del acelerador estaba atascado. Pero el monegasco intentaba regresar a la pista con la marcha atrás, y era entonces cuando su pedal no funcionaba por las consecuencias del golpe con las protecciones. El accidente había sido culpa suya, como después aclararon él mismo y su equipo. Un error de piloto en el peor momento.
"Un error. Un error. Digo que estoy al nivel más alto de mi carrera pero si continúo haciendo esos errores, es inútil estar a tan alto nivel. Estoy perdiendo demasiados puntos. Fueron siete en Imola y 25 aquí, porque éramos el coche más rápido de la pista. Si perdemos el Mundial por 35 puntos sabré de dónde vienen. Es inaceptable, necesito superar este tipo de situaciones. Es mi error y si sigo cometiendo errores así no merezco ser campeón", dijo el piloto sobre su accidente.
Un error de piloto
"Apreté demasiado y perdí el tren trasero. Ha sido un fin de semana muy difícil, cuando hace tanto calor es difícil ser consistente. Cometí un error en el peor momento", zanjó Leclerc. Incluso Mattia Binotto, jefe del equipo, lo subrayó para descartar cualquier avería en el F1-75: "Fue un error de piloto. Luego, sin entrar en los detalles, siente que el acelerador no funciona cuando intenta poner la marcha atrás".
Aun así, el piloto de Ferrari ha acusado en otras ocasiones a su equipo de no tomar las mejores decisiones, como en el Gran Premio de Mónaco, donde Leclerc partía en la pole y acabó cuarto. En ese caso Ferrari no supo ver el momento idóneo para cambiar a los neumáticos de lluvia intermedia, lo que supuso el primer error del equipo. "Se pueden cometer errores, pero hubo demasiados errores", indicó Leclerc en clara referencia a su equipo.
De hecho, el equipo italiano dijo que llevaría a cabo una investigación detallada en su fábrica de Maranello para comprender en qué fallaron en la estrategia del mencionado Gran Premio.
"Nos preocupa la fiabilidad, se trata de un factor clave", admitió Mattia Binotto, jefe de la Scuderia, tras una nueva rotura de Leclerc en el GP de Azerbaiyán. "El año pasado dimos un gran paso con el sistema híbrido y durante este invierno nos centramos en el motor de combustión. Ahora parece que eso nos está pasando factura", añadió el italiano, que deberá buscar ahora soluciones si no quiere que se le escapen los dos campeonatos antes de lo previsto.