Fernando Alonso está siendo uno de los hombres de las últimas semanas. El todavía piloto de Alpine ha decidido dar un nuevo volantazo a su carrera profesional y el próximo curso cambiará de colores tras su fichaje por Aston Martin. Desde entonces, han pasado muchas cosas a su alrededor y en el entorno de la escudería francesa.
Alpine se desmorona como un castillo de naipes empalmando un ridículo tras otro. Han intentando jugar con el asturiano, acorralarle y dejarle contra las cuerdas, pero les ha salido muy mal. La estabilidad de la factoría gala pende de un hilo con la dirección totalmente señalada y con un hueco libre en su alineación de pilotos.
Desde que se conociera el nuevo destino de Alonso, muchos han intentado valorar su decisión y hablar sobre su figura. Sin embargo, pocos han conseguido hacerlo con la fidelidad y certeza que lo ha hecho Eric Boullier, quien fuera uno de sus grandes jefes en el equipo McLaren.
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Eric, que ya no forma parte de la escudería de Woking, retrata a la perfección cómo es el asturiano dentro de una gran familia. Cómo trata al equipo, cómo es su convivencia con el resto de pilotos y cómo estudia hasta el más mínimo detalle carrera tras carrera para intentar sacar lo mejor de sí mismo, pero también de todos los que le rodean.
Boullier, que ha hablado para GP Racing, echa por tierra la versión de que sea una persona que rompe escuderías. Al menos si no se le empuja a ello como está pasando en Alpine: "Nunca fue un destructor de equipos. Tiene un verdadero espíritu de equipo, pero no siempre con el piloto al otro lado del garaje. Trabaja bien en un entorno donde es el número 1 y tiene un número 2 que puede ayudarlo y pueden trabajar juntos".
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La verdadera cara de Alonso
Eric recuerda su relación con un piloto como Button, otro campeón del mundo, y con Vandoorne, quien estaba claramente por debajo de él "Cuando estaba con Jenson Button, eran lo suficientemente inteligentes como para entenderse y respetarse mutuamente. Con Stoffel, podía usar los comentarios de Stoffel a su favor y es por eso por lo que la relación funcionó. Si no puede usar un piloto a su favor, esa persona se convierte en un enemigo. Pero lo vi como el mejor constructor de equipos de todos los tiempos: es un gran competidor, está centrado en sí mismo, pero quiere incluir a todos a su alrededor para ganar".
El que fuera gran líder de McLaren habla del Alonso que conoció y que es una de las personas que mayor control ha tenido sobre este deporte en muchos aspectos: "Fernando lee cada detalle. Se esconde en su vestuario y se puede pensar que se relaja, pero la mayoría de las veces trabaja: estudia la degradación de los neumáticos de todos los coches rivales que le rodean desde los entrenamientos del viernes y el domingo sabe con qué oponentes luchar y con quién debe mantener la distancia".
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Así recuerda él cómo preparaba las carreras para sacar siempre el máximo. Era un piloto de domingos: "En las carreras, absorbe aún más detalles de las pantallas de los espectadores y utiliza esta información para obtener una ventaja. Es increíblemente fuerte estratégicamente. Es uno de esos pilotos que entiende todo el aspecto técnico del coche. No es ingeniero, pero entiende cómo funcionan los sistemas y da consejos sobre cómo funcionan mejor, sin tratar de rediseñarlos él mismo; la diferencia es pequeña, pero importante".