Marc Márquez está de vuelta. El piloto del equipo Honda regresa al Mundial de MotoGP más de 110 días después desde que tuviera que ausentarse de la competición para pasar una vez más por el quirófano para tratarse su maltrecho brazo derecho. El corredor español tenía ganas de reaparecer y de volver a sentirse competitivo y no ha desaprovechado los primeros entrenamientos en el circuito de Alcañiz.
El Mundial de MotoGP hace parada este fin de semana en Aragón, en el trazado de MotorLand y qué mejor para regresar que en casa. El de Cervera ha copado todos los focos en las primeras pruebas que se han llevado a cabo y no lo ha hecho solo por su vuelta, sino también por las brillantes condiciones que ha demostrado en su retorno.
Marc se mostró muy competitivo desde el inicio y en los primeros libres demostró estar para soñar con un resultado importante al quedarse a menos de medio segundo del mejor crono, marcado por la Aprilia de Aleix Espargaró, uno de los grandes aspirantes al título que defiende Fabio Quartararo.
[El enésimo regreso de Marc Márquez: los test de Misano, un paso más en un largo camino hasta 2023]
Alegría en el box de Honda no solo por la vuelta de su campeón, sino también por comprobar que por fin, Marc parece estar en el camino idóneo para regresar a lo más alto. Ahora era Stefan Bradl quien se quedaba en el garaje y en la oscuridad del piloto probador y Marc el que regresaba a la primera plana. Era su turno, algo que Bradl no ha aprovechado durante la baja del catalán.
Desde el principio se mostró muy competitivo, como si no hubiera pasado el tiempo por él en todo el periodo que ha pasado alejado de la competición. Realizó de salida una tanda de siete vueltas y se coló entre los 10 mejores de la tabla de tiempos. Después se tomó un respiro, no es cuestión de sobrecargar ni el brazo ni el cuerpo antes de tiempo, y volvió a salir a pista para realizar una fase de seis vueltas.
[Marc Márquez, ante su regreso a MotoGP: "Las opciones de podio son de un uno por ciento"]
Aunque en esa segunda serie no consiguió mejorar su tiempo, lo importante era seguir sintiéndose bien sobre la pista, volver a adaptarse a esa Honda indomable y volver a meter el miedo a sus competidores. Marc está de vuelta y todos lo saben. Pero incluso él necesitaba comprobarlo también.
Mejorando por la tarde
Si su puesta en escena de por la mañana había sido buena, mejor fue aún la que consiguió en la segunda sesión de entrenamientos. Volvió a salir en cuanto se abrió el semáforo y rebajó sus cronos casi en un segundo. La pista había mejorado, pero Marc también. Cada curva que tomaba se sentía mucho más metido, mucho más cómodo, mucho más a gusto. Mucho más convencido de que pasar por quirófano era la decisión correcta como le había transmitido a su abuelo al principio de este nuevo largo proceso.
De salida consiguió colarse entre los tres mejores de la jornada. Una barbaridad lo de este nuevo Marc que sin duda peleará por victorias antes de que concluya la temporada en el circuito Ricardo Tormo de Cheste. Después de conseguir sentirse bien consigo mismo, pasó a probar todo lo que Honda tenía preparado para este Gran Premio y era el nuevo basculante de aluminio en su segunda moto, el cual estaba fabricado por Kalex. Aunque también le hicieron otros cambios para ayudar a la evolución de su necesitada fábrica.
Márquez consiguió terminar su participación brillando de nuevo. Se pegó a la rueda de Jorge Martín, quien tomó el relevo de Aleix Espargaró para marcar el mejor crono en los segundos libres. El ilerdense pudo haber mejorado también sus tiempos, pero cometió un pequeño error en la recta final cuando estaba mejorando todos sus parciales. Aún así, se consolidó en la octava plaza, rindiendo cerca de los mejores y siendo la mejor Honda. Nadie entiende esa moto y esa fábrica cómo él lo hace. Solo le hace falta un poco de continuidad para volver a estar cerca del podio.