Tras los abandonos de Carlos Sainz en la categoría de coches y de Joan Barreda en motos, además de todos los problemas que ha venido registrando Cristina Gutiérrez en T3, a España solo le quedaba una bala en la recámara. Era la de Gerard Farrés, que venía ilusionando a toda la afición con su impresionante escalada en T4.
El catalán, de menos a más en este Rally Dakar, venía lanzado para asaltar la general. Se llevó la victoria en la décima etapa y se quedó a tan solo 6 minutos de la cabeza, colocado en una tercera posición que parecía asegurarle, al menos, un lugar en el podio. Sin embargo, tal y como decía 'Farreti' al término de la undécima etapa, "otra vez el Dakar te da con la mano bien abierta".
Esa es la realidad que vive el motorsport español que se ha quedado con las ganas de una victoria general en este 2023 después de haber partido rumbo a Arabia Saudí con una armada nacional plagada de estrella. Farrés se lamentaba tras haber perdido más de una hora este jueves por culpa de una pieza "que no vale ni cinco euros".
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Se trata de un electroventilador que se ha roto de su CAN-Am destrozando todas sus aspiraciones de ganar su primer Touareg. El vehículo se sobrecalentaba constantemente y ha obligado a Gerard y a su copiloto Diego Ortega a tener que parar a cada metro para evitar el desastre hasta que han podido encontrar a un competidor que les ha ofrecido agua para poder rebajar la temperatura.
Una desgracia inenarrable
El de Manresa llegaba apenado al campamento tras haber vivido un auténtico calvario que le ha dejado sin opciones de luchar por el triunfo y relegado al sexto puesto de la general en la categoría de T4. El de South Racing soñaba fuerte con su gran éxito y este golpe ha sido un mazazo importante, aunque seguirá luchando por escalar posiciones en la general y por seguir cosechando éxitos parciales.
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"Hemos estado parados por un problema mecánico. Un ventilador que no cuesta nada se ha roto con las vibraciones y ha hecho que el coche se calentara y perdiera agua. Hemos tenido que ir parando y arrancando hasta que hemos encontrado un coche con agua y le hemos podido pedir. Diego luego ha hecho un invento que nos ha permitido llegar".
A pesar de la desgracia vivida, Farrés no perdía su característica sonrisa y es que el de Manresa es la alegría del vivac. Sabe que ha perdido, salvo milagro propio y catástrofe del resto, todas sus opciones de triunfo, pero seguirá peleando por dar la mejor versión de sí mismo: "Ahora la sensación es de rabia, de impotencia, pero esto es el Dakar, las averías forman parte de eso".
Gerard y Diego se sitúan a 1 hora, 6 minutos y 20 segundos del líder Rokas Baciuska, quien se encuentra copilotado por el también español Oriol Vidal. Con la ilusión que no han perdido por participar en una carrera que consideran su vida, saldrán a por la duodécima etapa con la ambición de seguir peleando.