Sebastien Loeb no levanta el pie. El piloto francés está decidido a buscar la segunda plaza de la general y de momento se está mostrando intratable. Ha ganado las últimas cuatro etapas del Rally Dakar y ya son cinco éxitos en la presente edición. En su carrera, acumula 21 triunfos mientras sigue esperando a llevarse su primera general.
El piloto francés voló por las dunas de un Empty Quarter que está siendo un poco decepcionante. Se había vendido antes del inicio como un desierto inhóspito y que podía dar un vuelco a la carrera, pero de momento está siendo el escenario del paseo triunfal de un Loeb que ha puesto velocidad de crucero y que no afloja.
Ya comentó el piloto francés al término de la décima etapa que siguiendo las trazas de las motos, quienes ruedan siempre por delante, no parece difícil orientarse dentro de las dunas y que es cuestión de dar gas hasta el final para pelear por las etapas. Así lo ha hecho en las últimas dos jornadas en las que ha vencido a pesar de abrir pista.
La etapa de este jueves, mucho más larga que la del día anterior, estuvo marcada por alguna gran duna que podía presentar dificultades, pero sobre todo por las enormes llanuras que había entre ellas y que les permitía ir con el pie a fondo durante muchos kilómetros, haciendo la jornada casi una carrera de velocidad. Todo lo contrario a lo que se esperaba antes de llegar al 'temido' desierto.
Decepción en el desierto
La primera etapa de la maratón dejó sensación de una cierta decepción porque se esperaba una batalla por la supervivencia, pero ha sido una jornada más relajada de lo normal. La batalla de 275 kilómetros no ha estado exenta de sustos para el vencedor, quien tuvo un percance al desllantar y tener que buscar un lugar seguro para efectuar el cambio de rueda. No obstante, eso no puso en duda su triunfo.
De momento, la experiencia del Empty Quarter está quedando marcada por la naturaleza más blanda de sus dunas y por un sol que sí complica algo más la lectura de las crestas de las mismas, haciendo algo más peligrosas las caídas ante la incertidumbre de lo que está por venir. Pero Loeb, que ya es un experto en esto del Dakar, está dictando sentencia y no dio opción a los otros pilotos que salieron a dar gas, especialmente Chicherit, que fue segundo, y a Mattias Ekström, que buscaba redimir los males de Audi al ser el único piloto de la escudería alemana que queda en carrera.
En la general, Nasser Al-Attiyah, aunque no lo parezca, sigue compitiendo en este Dakar. Sin embargo, su renta superior a una hora le permite ir paso a paso y sin hacer ruido mientras ya acaricia su quinto Touareg. El qatarí completó otra etapa sin sobresaltos y sin arriesgar para ir tachando días en su calendario particular.
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Loeb completó la jornada en menos de tres horas y consiguió recortar seis minutos a un Moraes que se aferra a su segundo cajón del podio. No obstante, su renta es ya de solo 10 minutos, por lo que habrá batalla hasta el final. Nasser domina con 1 hora y 21 minutos sobre el brasileño y con 1 hora y 31 minutos sobre el francés. Lategan cedió y ya está a casi 20 minutos del podio.