Mercedes se quita por fin la careta y asume sus errores. La escudería germana, dominadora de la Fórmula 1 durante la primera parte de la era híbrida, empieza a reconocer sus fallos y a dejar atrás su orgullo. El pasado año había dos tendencias. Seguir el éxito de Red Bull y ponerse a la cola de los austriacos, o seguir hacia delante con el proyecto del W13 con la esperanza de que hubiera un cambio de registro que no se produjo.
La situación fue crítica para ellos, ya que a pesar de que terminaron la temporada al alza, tuvieron que conformarse con ser el tercer equipo de la parrilla, también por detrás de Ferrari. Verstappen estuvo en otra guerra diferente. Ante esta circunstancia, muchos pensaron que Mercedes daría un giro de tuerca en 2023 abandonando su particular concepto para adoptar un modelo más convencional y así prosperar.
Pero fue al contrario. Pudo más de nuevo el orgullo y el W14 fue una evolución del W13, el famoso monoplaza que pretendía romper con la F1 de los pontones. Durante muchas semanas, y ante la vista de otro fracaso, se pensó en avanzar un segundo concepto, esta vez con pontones, para intentar revertir la situación y buscar resultados. Pero Toto Wolff y Hamilton descartaron esta idea.
Sin embargo, poco a poco, Mercedes va variando la concepción inicial del W14 tras asumir que se han equivocado. Y los resultados se empiezan a notar en la pista. Tras la debacle en Bahréin y Arabia Saudí, las mejoras empezaron a hacer efecto en Australia. Russell coqueteó con la victoria hasta que tuvo que abandonar y Hamilton se consolidó en la segunda plaza. Lo más normal es que ambos hubieran terminado en el podio de no ser por la avería del joven talento británico.
Pero tras dos carreras a la zaga de Aston Martin, en Albert Park fueron superiores. Los brotes verdes se vieron en Brackley y no en Silverstone. Y ahora, Mercedes espera haber encontrado una vía para reforzar su crecimiento a través de una nueva suspensión que dé mayor comodidad en el monoplaza tanto a Hamilton como Russell.
James Allison, jefe técnico de los germanos, confirma estos avances, los cuales están centrados sobre todo en mejorar el feeling que Lewis tiene con el coche. Como el año pasado, Russell vuelve a estar más adaptado al monoplaza que su compañero. Allison ha explicado que están logrando un mayor equilibrio en el coche que se traducirá en una conducción óptima diseñada para ofrecer mejores resultados.
Nueva suspensión para el W14
"Estamos trabajando en algunas partes mecánicas nuevas, algunos componentes de suspensión diferentes, que creemos que modificarán el equilibrio actual del coche, convirtiéndolo en más manejable y que mayor confianza a los pilotos". El reto ahora de los alemanes es confirmar en Bakú el salto dado en Australia. No obstante, saben que será un fin de semana particular al haber carrera al sprint y al tener menos sesiones de entrenamiento. Por eso, acertar con el set up base será clave para empezar marcando la diferencia.
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Tras un inicio desastroso de temporada, una vez más, que llevó al equipo incluso a pedir perdón a sus aficionados, en Mercedes empiezan a notar el aire fresco y renovado. Tanto es así que hasta sus pilotos, especialmente Russell, celebran la tendencia cambiante: "En este momento estamos trabajando muy duro en los cambios. No voy a revelar demasiado, debemos asegurarnos de que funcionen como se espera".
El británico se sincera, puede que demasiado, y revela la magnitud del mal invierno que han tenido en declaraciones recogidas por Motorsportweek: "Probablemente estemos mejorando más en las últimas dos o tres semanas que durante todo el invierno, pues desarrollamos claramente en la ventana equivocada".
Trabajo en el túnel del viento
Mientras Allison confirma que están obteniendo buenos resultados en el túnel del viento para conseguir más downforce adaptando su W14 al patrón marcado por Red Bull, algo que no van a reconocer, Russell se confiesa y se congratula de que su equipo haya podido ver los fallos antes que el año pasado para cambiar la tendencia.
"Todos creímos que, durante el invierno, estábamos haciendo lo que era correcto porque era una evolución de lo que hicimos durante el año. Nos tomó por sorpresa ver la falta de rendimiento en Bahréin y por eso cambiamos rápidamente nuestro enfoque".
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Para el británico, lo visto en Australia confirma que han encontrado el buen camino, aunque no celebra más de la cuenta: "No me voy a sentar aquí y decir que somos increíblemente optimistas". Pero sí reconoce que empiezan a tocar teclas positivas: "Todo lo que diré es que estamos haciendo mejoras y eso debería traducirse en el tiempo de vuelta. Vamos en la dirección correcta. Se trata de gestionar las expectativas y centrarse en uno mismo y en ese desarrollo".