Si hay una leyenda que brilla con luz propia año tras año en el Rally Dakar, esa es Laia Sanz (Corbera de Llobregat, 1985). La misma luz que desprende la sonrisa con la que se presenta ahora tras su brillante participación en la carrera más dura del mundo. Y es que la piloto catalana, más allá de su espectacular resultado, no esconde que regresa a España muy satisfecha con las sensaciones vividas

Esa sonrisa, que resplandece como gran protagonista durante toda esta entrevista mientras su Astara 02 Concept la protege entre las dunas del desierto, es la mejor cura para las heridas que abrió un nefasto 2023 plagado de mala suerte. Sin embargo, después de la tormenta siempre llega la calma, también en Arabia Saudí, y en un Dakar sin grandes contratiempos, la piloto del equipo Astara ha podido sacar a relucir su madera de campeona, su calidad para pelear con los mejores de tú a tú y su raza para crecerse ante las adversidades con menos herramientas que muchos de sus rivales. 

Laia sigue escribiendo una de las páginas más heroicas de la carrera más difícil del mundo y es que ha sumado una nueva participación sin abandono. Ya van 14 de 14, algo que no está ni siquiera al alcance de los más grandes héroes de esta prueba. Además, en esta edición ha firmado la 15ª posición en la general, su mejor registro desde que dio el salto a las cuatro ruedas, y ha terminado en el podio de la categoría de los 4x2, los coches con dos ruedas motrices, junto a su inseparable Maurizio Guerini.

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Sin embargo, de todo este Dakar que a Laia le ha hecho reencontrarse con el espíritu más puro de la carrera, la piloto española se queda con la sensación del deber cumplido, con el margen de progresión que todavía ve y con la certeza de haber demostrado que merece un proyecto entre los grandes para soñar sin límites.

Recién llegada hace unos días desde Arabia, Laia Sanz habla con EL ESPAÑOL sobre estas dos semanas en el desierto, sobre la tensión, sobre la soledad de una etapa maratón de 48 horas en el Empty Quarter, sobre el papel creciente de la mujer en el mundo del motor e incluso sobre la muerte, en recuerdo al añorado por todos Carles Falcón.

Laia Sanz, piloto del Dakar, durante una entrevista con EL ESPAÑOL Cristina Villarino / EL ESPAÑOL

Lo primero de todo Laia, ¿qué tal estás? ¿Te ha dado tiempo a descansar un poco después de tanta paliza?

Sí, bueno... (risas) Muy bien. Contenta porque cuando va bien vuelves con buen ánimo aunque no me ha dado mucho tiempo de descansar. He estado un par de días en casa y luego haciendo cosas que es normal, pero bien. He vuelto contenta y con la sensación de haber hecho bien los deberes. Feliz y orgullosa de lo que hemos hecho.

¿Cómo de duro ha sido este Dakar?

Ha sido duro. Ha sido sin duda el más duro de Arabia que creo que era algo que yo al menos echaba de menos porque las primeras ediciones en Arabia habían sido muy rápidas, pero al final para mí estaba perdiendo un poco el mérito de acabar. Y sí, el año pasado hubo un punto más de dureza y este año otro más. Y a mí me gusta. Me ha gustado mucho por la etapa de 48 horas, más kilómetros... A mí me ha gustado. Al final un Dakar tiene que ser duro y tiene que ser difícil acabarlo.

Tú tienes la experiencia del Dakar en América del Sur, ¿qué diferencias notas con estos últimos Dakar en Arabia? ¿Cuál te gusta más?

Llevamos ya cinco en Arabia, pero es difícil comparar. Yo creo que en Sudamérica era más duro. Este año quizás ha sido parecido, pero hasta ahora había venido siendo un poco más rápido este. Allí se hacía más duro por la altitud, porque había días que corríamos a 4000 y pico metros, el cambio de clima... Porque aquí algún año ha hecho frío o lluvia, pero es siempre más estable. Allí un día estaba a 50 grados y al día siguiente estaba a -5 cruzando los Andes. Entonces para mí eso hacía que la dureza fuese muy grande. Y luego los enlaces allí eran mortales.

Yo recuerdo la época de moto de cada día despertarme a las 03:00 de la mañana. Pero este año creo que se ha puesto al nivel de América. Lo único que quizá echo un poco de menos es a la gente porque allí el rally raid es mucho más conocido, tienen más afición al motor... Creo que ahora ya se están despertando en Arabia y cada vez vemos a más gente, más público en las etapas. Pero sí es verdad que lo de Sudamérica era brutal y se echa un poco de menos.

¿Quizás era un poquito más fácil llegar para la gente de allí hasta el recorrido por el que pasaban las etapas y en Arabia está todo un poco más perdido?

Sí... Pero al final en Argentina hay una afición por los rallys brutal que quizá en Arabia todavía no tienen esa cultura. Sí que cada vez ves más gente que te saluda por la calle, que al principio eran como más cerrados, y ahora les ves mucho más interesados. Cada vez hay más gente en las etapas, pero lo de allí era una locura. También es más difícil viajar a Arabia por el tema del visado para la gente que quiere ir a verlo. En Sudamérica era más asequible. Venía más gente incluso también de Europa a verlo.

Ya son 14 de 14. Ves a pilotos como Carlos Sainz, como Al-Attiyah, como Loeb y no tienen esos registros y a Laia Sanz le da igual una moto que un coche que siempre termina. ¿Cómo valoras tú esta hazaña?

Sí, es algo muy complicado. Además, te das cuenta cuando ves a pilotos tan grandes que han hecho grandes resultados, pero no los han terminado todos... Y al final no es solo terminarlos, porque quizás si fuese a un ritmo de ir de paseo sería más fácil terminarlos porque tienes menos opciones de que te pasen cosas. Pero yo estoy muy orgullosa porque los he terminado todos compitiendo, estando en motos muchos años entre los 20 primeros y ahora en coche, donde obviamente está habiendo un proceso de adaptación, pero que este año ya hemos hecho buenas etapas y hemos ido a buen ritmo.

Claro, ¿cómo valoras el haber vuelto a terminar este año, pero compitiendo de tú a tú con los mejores prácticamente siempre?

Estoy muy contenta por eso. Sí es verdad que en la segunda semana tuvimos problemillas que no nos dejaron acabar de brillar en ninguna etapa. Estuvimos toda la primera semana delante de Christian Lavieille que al final hizo el 12. Y por varias cositas que nos permitieron acabar, pero no nos dejaron hacer etapas limpias, la segunda semana perdimos algunas posiciones. Pero aún así, orgullosos de la carrera que hemos hecho, sobre todo de las sensaciones. El resultado es bueno. Lo hubiese firmado antes de empezar, pero siempre quieres más.

Tenemos mucho margen de mejora, pero ya estamos luchando con los buenos.

Y luego, sobre todo, me quedo con la sensación de ir en una etapa cuarta hasta el kilómetro 50 que tuvimos un problema, y entre los diez primeros también estuvimos ahí rodando a ritmo de los de delante en muchos momentos. Entonces me quedo con eso. Eso quiere decir que tenemos mucho margen de mejora y que estamos luchando con gente que corre con coches muy buenos, que está todo el año haciendo carreras. Para mí sacar ahí un poco la cabeza en alguna etapa está muy bien.

¿Dirías que ha sido tu mejor Dakar? ¿O no lo pones a la altura del 9º puesto 2015?

No, porque para mí el 9º puesto de 2015 todavía es irrepetible. Creo que también para estar más adelante necesitas tener mejores herramientas. Con las herramientas que hemos tenido hemos hecho muy buen Dakar, lo hemos sabido aprovechar. Es un coche que va muy bien, pero obviamente es un dos ruedas motrices. No puedes luchar contra los 4x4 y aún así lo hemos hecho bien. Y como digo, nosotros probamos el coche un día y medio antes del Dakar, cuando hay gente que está todo el año haciendo miles de kilómetros con el coche. De momento vamos por el buen camino, pero obviamente yo quiero estar más adelante que creo sinceramente que puedo estarlo.

¿Cómo valoras el crecimiento que has tenido este año y el cambio respecto a todo lo que te pasó en 2023?

Creo que el año pasado fue un cúmulo de mala suerte y de problemas no nos dejaron correr. Yo lo decía antes de irme, que este Dakar lo que quería era disfrutar y este Dakar se ha notado que lo hemos hecho. El año pasado no tuvimos ni una etapa limpia en todo el Dakar, entonces era muy difícil ver el nivel o dónde podía estar. Todo el año de Extreme E también te hace crecer, aunque no hago muchas carreras como otra gente, pero creo que he dado un paso adelante y sigo viendo que todavía nos queda por aprender y que podemos estar más arriba.

¿Cómo valoras también el rendimiento del equipo este año?

Yo creo que el equipo Astara ha estado bien porque ha hecho un buen trabajo. Creo que hemos mejorado en un coche que es mejor y que da más garantías. Era un coche nuevo, con un motor turbo más eficiente y se ha hecho muy buen trabajo, sobre todo los mecánicos que han estado súper bien y que eran mecánicos que conocían también mejor el coche, que eso es vital en un Dakar, tener esa experiencia. Toda la gente del equipo ha hecho un buen trabajo de estrategia, de plantear la carrera y de ayudar.

La piloto Laia Sanz durante una entrevista con EL ESPAÑOL Cristina Villarino / EL ESPAÑOL

Aunque corres con los más grandes, tu categoría es la de 4x2. ¿Cómo le explicas a la gente la diferencia que hay entre tu coche, por ejemplo, y el de Carlos o el de Al-Attiyah cuando os enfrentáis a los diferentes puntos de la carrera?

La diferencia básicamente es que tenemos tracción solo a las ruedas de atrás. Antes sí que eran muy superiores en las zonas rápidas a los 4x4, pero ahora desde que existe la categoría T1 Plus, los 4x4 tienen prácticamente el mismo recorrido de suspensión. Diría que prácticamente la única ventaja que tiene el buggy es que este coche lleva el auto inflado de las ruedas. Puedes cambiar la presión desde dentro, puedes ir regulándola y esto sirve para compensar un poco la desventaja que tienes en las dunas. Pero aún así, por muy deshinchado que vayas en las dunas, los 4x4 tienen muchísima tracción y son mucho más rápidos, sobre todo en zonas lentas. Luego, en etapas rápidas, se compensa un poco más. Pero sí es verdad que en dunas estás muy por debajo de los 4x4.

Entrando un poco en la materia de lo que ha sido este año la carrera, ¿cómo recuerdas esas tres primeras etapas de tanta piedra y que os las habían pintado bastante complicadas?

Me alegré de no ir en moto porque sinceramente el primer día, los 200 últimos kilómetros, eran todo piedras y veías ya a los de las motos fundidos. Al final fue durillo y creo que a mí me ha gustado este Dakar también porque no ha sido solo un Dakar de correr y ya está, sino también de saber gestionar los pinchazos, el coche, la mecánica... Entonces ha sido un Dakar que me ha gustado. No era solo ir a fondo como los últimos años que hemos estado haciendo un poco de World Rally Car, salir a fuego toda la etapa. Obviamente se va muy a fuego, pero hay que pensar y hay que cuidar el coche. Incluso una etapa en el Empty Quarter nosotros tuvimos que aflojar mucho porque se disparaba el consumo y te quedabas sin combustible. Esto es una carrera de gestión y de navegación.

Un poco más adelante llegó esa famosa etapa de 48 horas en el Empty Quarter. ¿Qué te pareció ese invento?

A mí me ha gustado mucho el concepto. Obviamente si ahí tienes un problema mecánico es una faena y luego ya no te gusta. Pero sí es verdad que para mí ha sido una muy buena idea. Es verdad que logísticamente para la organización es muy complicado, pero ahí realmente estábamos tirados. Si te quedas ahí ni los camiones de asistencia llegan. Antes tú veías una etapa maratón y un equipo oficial traía su camión, rehacían el coche como nuevo por la noche y al día siguiente a fondo otra vez.

Tuvimos un problema con el embrague en el Empty Quarter y lo vimos negro para llegar a la meta.

Ahora no era así, no se podía. Por eso a mí me ha gustado mucho porque estabas solo realmente y eso mola. Y también iguala un poco los equipos más buenos con los que son más humildes. Tienes que gestionar el combustible que al final no todo el mundo llegaba bien... Nosotros tuvimos un problema con el embrague el segundo día que lo vimos negro para llegar, pero lo estuvimos gestionando y para mí fue una gran idea. Le ha dado magia al Dakar y para mí ha sido un poco la vuelta a los orígenes del espíritu del Dakar, que hacía falta.

¿Habéis tenido entre los pilotos esa sensación de que por fin David Castera y ASO dieron con la tecla de lo que querían buscar en el Empty Quarter después de lo descafeinado que quedó todo el año pasado?

Fíjate, yo lo del año pasado lo sufrí más por las condiciones en las que íbamos. Se me hizo más duro que este año, pero es verdad que este año era mucho más difícil y eran muchos más kilómetros. Una etapa de 600 kilómetros de solo arena era heavy y había unas dunas que eran difíciles de subir y más con un 4x2. Pero la sensación general, al menos hablando con compañeros, era que todo el mundo estaba bastante contento. Castera es un tío de carreras y sabe lo que hace. Como decía antes, es difícil logísticamente gestionarlo y no sé si lo van a repetir, pero yo votaría porque sí. Si a mí me preguntan, obviamente me ha gustado mucho.

¿Has tenido algún momento en la carrera que se te ha hecho tan duro que no lo has podido disfrutar?

Yo los Dakar más duros los he vivido en moto porque vas más al límite físicamente. Pero en el coche sí hay una parte que se añade al final que es la tensión. En moto normalmente, si no tienes muchos problemas, la moto no es el límite. Lo pone tu físico. Entonces aflojas o aprietas según cómo te encuentres tú. En coche sí ha habido una etapa que se me hizo muy dura más que nada porque a veces en las zonas de piedra cuesta mucho entender si vas rápido, si vas lento, a veces aflojas para no romper, pero entonces te estás sintiendo súper despacio y te da un poco como de impotencia... Entonces es ese tipo de etapas a mí me cargan mucho mentalmente. Tienes que saber encontrar el equilibrio, evitar los pinchazos y la gestión de esto para mí es lo que más me cuesta.

La piloto Laia Sanz durante una entrevista con EL ESPAÑOL Cristina Villarino / EL ESPAÑOL

Una de las imágenes del Dakar fue la vuestra llegando con tres ruedas prácticamente, ¿cómo son esos momentos dentro del coche y cómo vives esa tensión?

Pues fue una faena porque además esa etapa nos jugábamos la segunda plaza en la categoría de dos ruedas motrices. Esa etapa el año pasado, que fue la segunda, fue una hecatombe. Este año era la penúltima y tenía claro que no teníamos que correr porque era una etapa de piedra y no podíamos pinchar. Y pinchamos igualmente, pero al menos fuimos un poco relajados para conservar la mecánica. Y aún así, a 10 kilómetros del final, se rompió la mangueta y llegamos de milagro. Pero también creo que fuimos inteligentes porque si esa etapa la hubiésemos hecho apretando, seguramente eso nos hubiese pasado, en vez de a 10 del final, a 100, y no hubiésemos llegado. Al principio me sentía lenta en la etapa, pero luego te alegras de haber sabido gestionar bien un día tan duro.

No sé si te ha dado tiempo a hacer valoración de todo el Dakar, pero ¿qué nota te pones?

Me pongo una nota alta. No te sabría decir, pero el objetivo era volver contentos y hemos vuelto contentos. Creo que el resultado podría ser incluso mejor por estos problemitas que hemos tenido la segunda semana, pero me quedo con el ritmo y con haber demostrado que podemos luchar con gente de más adelante de lo que esperaba. Espero que tarde o temprano llegue la oportunidad de un 4x4 porque ahí sí que te puedes medir de tú a tú con los mejores. Pero igual aún así, muy contenta de haber sabido aprovechar las herramientas que teníamos. Yo creo que hemos hecho un muy buen Dakar.

Te iba a preguntar que siendo una leyenda del Dakar, este año, si a alguien le quedaba alguna duda, has demostrado lo que puedes hacer con un coche. ¿Cuándo crees que te puedes ver con un T1 Plus?

No lo sé. No sé si va a llegar o no. Yo lo único que puedo hacer es lo que depende de mí que es trabajar a tope y hacer bien las cosas. Yo creo que estoy en el camino. Luego dependes más un poco de otros factores que no controlas, pero yo al menos creo que estoy haciendo bien las cosas. Estoy aprendiendo. Creo que mi progresión en estos tres años ha sido muy buena en la Extreme E. El año pasado fui de las chicas más rápidas, entonces creo que estoy haciendo bien las cosas, lo que depende de mí y no me voy a dejar nada. Y a seguir intentándolo, ¿no? Yo siempre he tenido también que demostrar mucho en motos para ganarme una posición buena. Me va a pasar lo mismo en coches, pero por ganas no será así que hay que luchar hasta conseguirlo.

¿De momento no tienes prisa y no te marcas plazos de decir pues a lo mejor en dos años si no me sale la oportunidad me planteo otra cosa?

Obviamente, a lo mejor llega el momento que por muchas ganas que tengas no hay un proyecto bueno. Pero lo voy a intentar luchar a tope. También pasé momentos de mucha incertidumbre en motos y siempre al final, con trabajo, las cosas acaban saliendo y confío en que tarde o temprano llegue la oportunidad.

Ahora ha pasado el Dakar 2024 y el Dakar 2025 todavía está muy lejos. ¿Qué objetivos tienes para este año y cómo lo quieres plantear?

Pues ahora disfrutar un poco este Dakar, pero no hay mucho tiempo porque ya empezamos la Extreme E dentro de poco. Así que ahora ya vuelta a empezar la temporada y eso. Intentar seguir con la progresión, ayudar a tope al equipo a conseguir buenos resultados... Es un trabajo de equipo. Mejorar e intentar también al final trabajar para que vayan saliendo las cosas, no parar de correr, coger experiencia y avanzar.

Te quiero hacer una especie de reflexión. Este Dakar ha sido muy importante para España. Ha ganado Carlos Sainz y ha ganado Cristina Gutiérrez también. Imagino que estos días habrás hablado con muchos medios de todo el mundo. ¿Cuántas veces te han preguntado sobre la importancia de la victoria de Cris por el hecho de ser una mujer? ¿Contribuye el hecho de preguntar todo el rato por la importancia de que gane una mujer para normalizarlo o todo lo contrario? Nadie dice qué número de ganador hombre ha sido Carlos y de ella sí decimos sin parar que es la segunda mujer... Por supuesto que es un hecho histórico, pero ¿hay que dejar de preguntar por el número para valorar más puramente su victoria?

Al final es una anécdota, claro. Y mientras haya pocas, pues seguirá siendo una anécdota. Pero yo creo que por suerte están cambiando las cosas gracias a todas nosotras. A mí me pasó en motos y espero que algún día en coches también. Ahora en coches estamos abriendo camino y obviamente yo creo que es positivo que se hable porque creo que puede fomentar a que haya más mujeres, a que el nivel suba, a que la gente lo normalice y que no sea anécdota en un tiempo. Yo creo que las cosas han cambiado mucho desde que yo empecé en el Dakar.

¿Cómo has vivido tú todos esos cambios en el Dakar y en el mundo del motor?

Cuando yo empecé era un poco un bicho raro y ahora en el Dakar cada vez hay más mujeres, no solo en cuanto a pilotos. Antes había muy pocas mujeres y ahora ves muchísimas mujeres en los equipos y con papeles importantes. Antes las mujeres estaban en el equipo de prensa, la fisio y poco más. Ahora, por suerte, cada vez tienen roles más importantes en los equipos, hay ingenieras, mecánicas... Hay de todo. Estamos en el buen camino para que se normalice. Todavía faltan muchos años, imagino, pero se están haciendo bien las cosas.

La piloto Laia Sanz durante una entrevista con EL ESPAÑOL Cristina Villarino / EL ESPAÑOL

Este Dakar ha tenido cosas muy buenas, pero también alguna cosa muy mala. Seguramente uno de los momentos más difíciles para todos fue lo que pasó con el fallecimiento de Carles Falcón. ¿Cómo lo vivisteis desde dentro? ¿Cómo se sube un piloto a una moto o a un coche después de lo que ha pasado? ¿De dónde saca esa fuerza?

Sabíamos que estaba mal cuando tuvo el accidente y bueno, no supimos el fatal desenlace hasta al cabo de unos días. Obviamente te toca. No le conocía personalmente. Me pasaron el otro día una foto que estaba con él, pero yo no lo conocía personalmente. Entonces obviamente te toca porque es uno de los nuestros. Yo he estado en la situación de tomar esos riesgos en moto y obviamente pues piensas en su familia, en sus amigos y te deja tocado. Pero también creo que cuando estás haciendo la carrera en moto quizá te toca más incluso que en el coche. Ahí lo vives un poco más de lejos, pero en moto, obviamente cuando me he encontrado en la situación, se hace muy duro seguir. Es una putada.

Para terminar con algo más positivo, poniéndonos en la perspectiva de que todo sigue un curso normal, que el coche vuelve a tener una evolución... ¿Te atreves a dar un objetivo para el año que viene para el Dakar?

Me podría poner objetivos si supiese con que voy a correr, pero como no lo sé, al final tienes que ser realista. Depende de si vas con un 4x4, si vas con un dos ruedas motrices... Al final no es lo mismo. Intentaremos ir con lo mejor para hacerlo lo mejor posible. Yo creo que en cuanto a nivel hemos demostrado que podemos estar en los diez primeros en un Dakar. Obviamente tiene que cuadrar todo muy bien y te tiene que salir un muy buen Dakar, pero creo que este Dakar ha servido tanto para demostrar a los demás como a nosotros mismos de que podemos estar delante. Entonces ahora hay que trabajar para tener esas herramientas y conseguirlas.

¿Es posible un Top10 con un dos ruedas motrices?

Es más difícil que con un 4x4 obviamente. Pero no, no lo descarto porque yo creo que este año he empezado también a entender más el coche. El hecho de haber podido hacer etapas limpias, que el año pasado no pudimos porque siempre había alguna cosa que no nos dejaba, te permite aprender mucho. En la arena íbamos bien. Es muy difícil, pero por qué no.

Me da el feeling de que se te ha hecho corto el Dakar.

Sí, sí. A mí me ha sucedido. Lo decía el último día. Obviamente el coche sufre y llega ya al final del Dakar tocado. Pero si a mí me rehaces el coche, me lo dejas nuevo y vuelvo a empezar, lo hago seguro. Porque además tienes ese feeling de que si empezase ahora la carrera... Toda esta gente de delante se pasa el año corriendo y llega aquí al Dakar con el punto que tengo yo al acabar y te quedas con esas ganas de decir si ahora empezase el Dakar, con los kilómetros que llevamos, lo haríamos mucho mejor.

La siguiente propuesta que dure tres semanas entonces.

Estaría bien (risas).