Rugía la grada de Nashville, escenario de un final de temporada trepidante en la IndyCar. Alex Palou logró en el óvalo su tercer entorchado del certamen estadounidense. El catalán sigue recorriendo su camino, el que le ha llevado a convertirse a sus 27 años, 5 meses y 14 días en el segundo tricampéon más joven de la historia. 

El español se vio relegado a partir desde el 24º puesto tras ser 15º en una sesión que definía la parilla. Una mala vuelta. añadido a la sanción de nueve posiciones que arrastraba por cambiar el motor, condenó al catalán. Aunque remontó hasta la undécima plaza y aseguró su corona sobre un Will Power que dejó escapar sus opciones de triunfo cuando sufrió un problema con su cinturón de seguridad y regresó del pit lane a pista último y con cinco vueltas.

"Estoy muy orgulloso de esto, ha sido un año impresionante y estoy feliz de llevarme el título a casa. Cada temporada tengo más hambre. Cada vez que ganas, tienes esa sensación de felicidad que te empuja a seguir luchando y a volver a estar ahí arriba, tanto en una carrera como en un campeonato. Quiero volver a estar aquí el próximo año y quiero volver a estar en esta rueda de prensa con otro anillo", comentó Palou nada más bajar del monoplaza.

El catalán siempre anheló estar en la máxima competición de monoplazas americana, la prefería antes que la Fórmula 1. Así lo aseguraba en cada entrevista desde bien joven, cuando tenía 20 años. Dos antes de que su vida cambiara por completo con su llegada a la Súper Fórmula Japonesa, el mayor certamen de monoplazas asiático.

En su curso de debut en Asia fue tercero con 3 triunfos y 10 podios, pero no contento con ello, continuó explotando en las World Series V8 3.5, conquistando una victoria, tres podios y dos poles en solo seis carreras. Se ganó entonces el derecho a competir en las últimas pruebas de F2, la antesala de la Fórmula 1, con Campos Racing.

De Japón a Estados Unidos

Sin el mejor coche, destacó. Puntuó y llegó a liderar durante unas vueltas la prueba en Jerez. Y en Abu Dabi compartió equipo con Lando Norris, actual aspirante al título en el Gran Circo. El británico no pudo con él. Se ganó el asiento para disputar los test de la Super Fórmula japonesa, máxima categoría nipona. Brillar en el país del sol naciente le selló el pasaporte a Estados Unidos, donde en la tercera carrera sobre suelo estadounidense logra subirse al podio.

Ya en las 500 millas de Indianópolis cruzó conversaciones con Ganassi, dueño del equipo que lleva su apellido, uno de los más relevantes. En 2021 se convirtió en el primer español que gana una IndyCar. Durante el verano del año siguiente estuvo cerca de cambiar de aires y arribar en la Fórmula 1 de la mano de McLaren

Alex Palou celebra su título de campeón de la IndyCar EFE

Ganassi y los representantes del piloto español entraron en un conflicto legal que puso en juego su reputación y su trayectoria en EE UU. Pero las aguas se encauzaron antes de la última carrera de la temporada, aunque ya no tenía opciones de revalidar su corona. La volvió a conseguir en 2023 y dio continuidad en la presente edición. El piloto que llegó a Estados Unidos sin patrocinador, ha cumplido el sueño americano hasta en tres ocasiones.