Nandu Jubany, cocinero y piloto del Dakar, en una entrevista con EL ESPAÑOL.

Nandu Jubany, cocinero y piloto del Dakar, en una entrevista con EL ESPAÑOL. KH-7 / Mediagé Comunicación

Motor

Nandu Jubany, el chef estrella Michelin que sueña con correr el Dakar: "Lo difícil es convencer a la familia de que es seguro"

Barcelona
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Thierry Sabine, en el año 1978, decidió fundar la carrera de motor más especial y extrema del mundo. Este piloto francés, estando en el desierto del Teneré, al norte de África, se perdió durante varios días viviendo la experiencia más increíble de toda su vida. Tanto le marcó aquella vivencia que se propuso crear una carrera para que otros pilotos pudieran experimentar esa sensación que él había tenido. Y así fue cómo nació el Rally Dakar

Durante los primeros años, el Dakar consiguió conservar su esencia más pura, la de ser una auténtica experiencia de supervivencia plena en mitad del desierto africano. Ganar era prácticamente lo de menos. Lo que realmente valía es que cualquier enamorado del motor se enfrentara al desierto y le ganara la batalla consiguiendo escapar de él para llegar a la meta de Dakar.

Sin embargo, con el paso de los años, la aventura fue dejando paso a la competitividad y hoy en día el Rally Dakar es una carrera en la que miden sus fuerzas los mejores pilotos del planeta. No obstante, todavía sigue quedando espacio para esas historias de pilotos aficionados que 'se juegan' la vida con tal de cumplir su sueño.

Uno de los casos más llamativos sin duda alguna es el de Nandu Jubany (Monistrol de Calders, 1971), uno de los cocineros más importantes de España, reconocido incluso con una estrella Michelin, y que busca el gran reto de terminar el Dakar en categoría de coches como ya hiciera en el año 2018 en motos. En aquella edición, venciendo al desierto de Sudamérica. 

Nandu es un enamorado del motor desde que era tan solo un niño. Criado en la cuna de otros grandes pilotos y de uno de los rallys más importantes de Europa, el Rally de Cataluña, su vida ha crecido por un camino muy diferente al de la competición. Sobre todo desde que a los 18 años fue nombrado jefe de cocina del Urbisol, el restaurante familiar. 

A partir de ese momento, la carrera de Nandu despegó por completo, aprendiendo de grandes genios de la cocina como Juan Mari Arzak, Martin Berasategui, Carles Gaig o Faust Terra. Y poco a poco, consiguió convertirse en uno de los chef más reputados de nuestro país hasta ser el creador del imperio Can Jubany, abriendo su primer restaurante en el año 1995 junto a su mujer Anna Orte.

En estos momentos posee diez restaurantes, entre otros negocios, gran prueba de su virtuosismo en los fogones. Y es precisamente este éxito el que le ha permitido también cumplir uno de sus grandes sueños, convertirse en piloto amatauer y acudir a carreras como el Rally Dakar. Tras probar esta experiencia en 2018, Jubany regresa ahora con un proyecto más ambicioso, ya que el próximo 3 de enero tomará en Bisha la salida para realizar su primera participación en coches.

Acompañado de su copiloto Marc Solá, intentará completar el exigente recorrido planteado por David Castera a los mandos de su buggy 4x2 MD Optimus en un proyecto que cuenta con el apoyo de la empresa KH-7, la cual respalda a otras estrellas de la carrera como Laia Sanz o Isidre Esteve.

Ahora, a pocas horas de arrancar una nueva edición del Rally Dakar, la sexta que se celebra en Arabia Saudí, Nandu Jubany se sienta con EL ESPAÑOL para hablar de su peculiar historia y hacer balance de todo lo que han sido estos meses previos en los que este proyecto ha ido tomando forma gracias a personas como Pep Vila, Nani Roma, Gerard Farres o Pep Palau entre muchos otros. Jubany parte con el objetivo de disfrutar, de aprender y, sobre todo, de ser el primer chef con estrella Michelin que consigue completar la prueba. Y si se puede, intentando dar mucha guerra entre los pilotos amateur de la categoría 4x2.

El piloto Nandu Jubany junto a su copiloto Marc Sola.

El piloto Nandu Jubany junto a su copiloto Marc Sola. KH-7 / Mediagé Comunicación

Reconozco que es la primera vez que entrevisto a un cocinero. ¿Te gusta a ti el tema de las entrevistas, de estar con los medios y de sentirte parte de la carrera de esta manera?

No es lo que más me gusta. Está clarísimo que gracias a vosotros y gracias a la comunicación tenemos la posibilidad de ir al Dakar. Pero a mí me gusta estar dentro del coche, dar gas, estar con mi copiloto perdido en las dunas o donde sea más que las entrevistas.

El Dakar es la grandeza de pilotos como Carlos Sainz, la historia de superación de Isidre Esteve o el romper barreras como hace Laia Sanz. Pero el Dakar es tan grande que también hay espacio para vuestras historias. ¿Eso es lo mejor que tiene esta carrera?

Yo creo que una parte importante de esta carrera es de los amateurs, de la gente que sueña en correr esta carrera alguna vez, las que podamos. El Dakar es lo que es porque hay gente como nosotros, gente que es aficionada, que hace su oficio, que es electricista, que es carpintero, que es cocinero, que tiene una pequeña empresa o una empresa grande, pero que su sueño también es ir al Dakar y poder terminar esta carrera que en principio tiene que ser épica.

¿De dónde le viene a Nandu Jubany su afición por el motor?

Desde que era muy, muy pequeño. Yo creo que también es la zona donde estoy, que es la cuna de pilotos como Arcarons, Nani Roma, Marc Coma, Gerard, Farrés... Muchos. Yo no sé si es que hay muchas curvas y que por allí pasaba el Rally de Cataluña o que se han hecho muchas carreras durante muchos años... Yo vivía en un pueblecito muy pequeño que se llama Monistrol de Calders que pasaban por allí cada año los mejores pilotos de rallyes del mundo.

Íbamos a ver a aquellos coches que eran increíbles, por ejemplo a Carlos Sainz los primeros años con el Ford Sierra Cosworth, y yo creo que viene de esa época, de cuando éramos muy pequeños. Aquello se te queda y ya no lo puedes soltar. Los que somos de gasolina y de dar gas... Ya no podemos hacer nada más.

Tú ya sabes lo que es el Dakar porque lo corriste en motos en 2018. ¿Qué aspiraciones te llevaron a correrlo entonces y qué aspiraciones te llevan a hacerlo ahora?

Bueno, es distinto. Yo creo que al principio era un sueño hacerlo en moto. Yo soy muy de motos. Yo hacerlo en coche no lo tenía como un sueño porque pensaba que nunca lo podría hacer porque es muy caro. Es difícil encontrar los sponsors y la gente que te ayude, un copiloto, el equipo y todo. Y este año he encontrado la receta perfecta. Gracias al esfuerzo de mi mujer y de mi familia. También de mi equipo, que gracias a ellos puedo estar tranquilo y puedo ir al Dakar.

Tenemos un proyecto que es grande, que nos funciona, nos va bien y hemos encontrado sponsors que creen en nosotros y que quieren estar de nuestro lado. Empezaremos este año, pero hemos comprado un coche para dos o tres años y nuestra idea es hacerlo. Veremos si lo pasamos bien, si terminamos, porque puede ser un Dakar que el primer día te vayas para casa o puede ser un Dakar que termines al final de una manera épica y que lo pases muy bien y te enganche para toda la vida.

Todos sabemos que hay un riesgo. Al Dakar hay que tenerle respeto, pero nunca miedo.

Eres una persona que tiene su vida estructurada, una vida de éxito, con muchas responsabilidades y con muchas empresas. ¿No sientes un poco de vértigo al ir a una carrera que no es una broma y donde aunque no quieras te la juegas? ¿Sientes un poco esa adrenalina?

No, para mí siempre ha sido un hobby. Evidentemente todos sabemos que hay un riesgo. Aunque no tiene nada que ver este riesgo en coches o en moto. Tenemos que vigilar y estar a lo que estamos. Pero al final esto va de adrenalina y es lo que lo hace tan impresionante. No sabes cómo va a ir y tienes que tener respeto, pero nunca miedo.

¿Y es difícil convencer y transmitir eso a la familia y a la gente que tienes cerca?

Esto es lo más difícil porque yo les digo que es muy seguro, pero sabemos todos que no es tan seguro y que es fácil tener algún problema. Pero bueno, ellos también ven que yo soy feliz preparando y montando este proyecto y que tenemos inspiraciones y que tenemos que vivir. Yo creo que en la vida tienes que perseguir los sueños, hacer lo que te guste y sobre todo tener ilusión por hacer cosas. Y la verdad es que me hace mucha ilusión. Esto me encanta.

Me decías antes que uno de los grandes inconvenientes de ir al Dakar es lo que cuesta. ¿Cuánto cuesta montar un proyecto como el tuyo?

Este coche cuesta 360.000 euros. Y correr el Dakar y el Rally de Marruecos estamos hablando de alrededor de unos 300.000 euros. Más los vuelos, más los entrenamientos, más el coche que tienes para entrenar... Es complicado, vale mucho dinero, necesitas sponsors y tiempo también para buscarlos.

Yo creo que tengo una gran suerte de que en mi oficio soy conocido, sobre todo en Cataluña, y enseguida, sin buscar mucho, ha habido amigos que se han ofrecido a compartir este viaje conmigo. Y esto te lo hace mucho más fácil. Y teniendo amigos como Pep Vila, Nani Roma, Gerard Farrés o Marc Solá que está a mi lado ayudándome... Ellos me lo ponen mucho más fácil porque hacen que yo puedo seguir con mi trabajo y me ayudan mucho teniendo todo a punto para poder ir a entrenar, a buscar esos sponsors, a preparar todo lo que es necesario... Sí, fácil no es.

¿Y el proyecto está montado para dos o tres años y va a depender un poco de tu feeling?

Sí claro. Mira, fuimos al Rally de Marruecos y lo hicimos muy bien, salió todo muy bien. Corrimos un rally en Tàrrega, nuestro primer rally de tierra, y quedamos segundos en scratch. Luego depende. Si yo este año en el Dakar, el segundo día o el primer día hago tres volteretas y me tengo que ir para casa... Seguramente que el feeling no va a ser el mismo que si llego al final en una buena posición y me lo paso bien. Yo creo que si me lo paso bien van a salir dos o tres Dakares más mínimo porque te engancha y si lo hacemos bien nos ayudarán más. Entonces yo creo que nos podemos ver unos cuantos años.

Nandu Jubany durante uno de sus servicios.

Nandu Jubany durante uno de sus servicios. Can Jubany

El Dakar que conociste fue el Dakar de Sudamérica. ¿Qué crees que te vas a encontrar de diferente y qué te han contado de cómo es ahora en Arabia Saudí?

Aquí lo que se echa en falta es la afición. Allí, cuando llegábamos a los pueblos, a los sitios donde había población, casi no había ningún kilómetro que no hubiera gente animando. En Sudamérica era brutal. Cuando llegamos a La Paz, que es una capital grande, había millones de personas esperando. Esto contrasta con Arabia Saudí, que tiene el dinero para traer esta competición, pero hay muy poca afición.

Estaremos muchas, muchas horas y muchos kilómetros sin ver a nadie. Pero también me dicen que es un sitio ideal para hacer esta carrera porque es precioso por donde vamos a pasar, es duro, hay mucho desierto y hay mucho para ver. En general, a todo el mundo le gustan mucho los recorridos y la experiencia de Arabia Saudí.

Hablábamos antes de cuánto cuesta económicamente un proyecto como este. Pero ¿y cuánto tiempo cuesta desde que tienes la idea hasta que pones a punto el coche y llegas hasta ahora que estáis a las puertas del Dakar?

Yo creo que este es el mayor problema que he tenido. El problema del dinero es si lo encuentras, si lo tienes o si te lo dejan. Pero el tiempo me lo he sacado de quitar horas de dormir, de días festivos, de estar con mi familia... Al final necesitas un tiempo porque aunque me ayude Marc a llevar el coche, aunque me ayude Pep Vila a ir a conocer al equipo que te va a vender el coche, pero tienes que dedicarle mucho tiempo e invertir muchas horas para que las cosas salgan bien. Aparte de prepararte físicamente porque si enredas a gente para acompañarte y luego tú no te entrenas y todo falla porque no estás entrenado... Esto es lo peor y esto sí que me sabría mal de verdad.

¿Cómo es tu relación con Marc y cómo os habéis ido compaginando en estos pocos test que habéis podido hacer?

Marc y yo nos conocemos desde hace muchos años. Marc era un piloto muy rápido en motos y yo era muy aficionado. De hecho, yo me caí en moto en el año 2017 y me hice mucho daño y él me recogió del suelo y fuimos una hora y media detrás de él con una mano rota hasta que me llevó a la civilización donde me vino a buscar una furgoneta para llevarme a un hospital. Hace años que nos conocemos. Gerard Farrés me ayudó a buscar la gente ideal para acompañarme en este viaje y no dudamos que Marc podría ser el compañero perfecto para cuidarme, para hacerme correr, para entrenarme y para aportarme la experiencia que yo no tengo.

¿En qué se parecen la cocina y el motor? Dos mundos a priori muy alejados, pero que tú conoces desde la élite.

Se parece mucho la cocina con el motor, sobre todo al preparar un gran evento, porque tienes que escoger el equipo ideal, tienes que preparar concienzudamente cómo lo vas a hacer, ser metódico, ser trabajador, rápido, entrar en los tiempos y llegar para que sea un éxito. No puedes dejar algo a medias, tienes que llegar al final y en carrera igual. Yo creo que hay muchas similitudes.

Lo primero es mi trabajo. Pero muchas veces no tengo ganas de entrenar porque estoy cansado y mi familia y mis amigos me arrastran a seguir.

¿Y cómo se prepara una persona como tú para un Dakar? ¿Cómo es su día a día?

Lo primero evidentemente para mí es mi trabajo. Yo trabajo entre 12 y 16 horas al día. Luego pues los días de fiesta compagino para montarme en el coche, en un Polaris que tenemos. Hemos hecho bastantes horas ahí. Yo creo que casi todo lo que sé de ir en coche lo he aprendido con este buggy pequeñito y en un sitio donde es muy difícil pilotar porque hay muy poco espacio y tienes que ir muy por el sitio, si no te pegas un tortazo.

Yo creo que estas horas han ido muy bien, ha ido muy bien la parte física con Pep Palau que es un gran preparador que me ayuda, viene a casa para que no me tenga ni que desplazar. Me despierta a las 07:00 horas de la mañana tenga ganas o no y tengo que abrirle la puerta porque lo tengo delante de mi casa. No puedo escaquearme. Y luego tengo amigos que me arrastran las horas que me quedan para poder ir en bici, para poder entrenar, para poder hacer cosas que sin ellos no haría porque ganas no tengo. Muchas veces estoy cansado, pero ellos me arrastran y me dicen 'tú que te tenemos que poner en forma'.

Más allá de aprender, disfrutar y coger ese feeling, ¿cuál va a ser tu objetivo en este Dakar?

Evidentemente no se puede ganar a la gente que se dedica a esto, a los grandes profesionales que hay, pero a mí me gustaría estar de los primeros amateurs. Es decir, los que están con las mismas condiciones que yo. Tengo que estar allí.

Y me imagino que preparado para ser el más buscado luego en el vivac con lo mal que se come en Arabia, ¿no?

Bueno (risas). Ya hemos preparado bastante comida pensando que tendremos mucha gente como Nani Roma que nos vendrá a ver para ver qué estamos comiendo nosotros. Eso seguro. Pero encantados (risas).