Hamilton lo anunciaba a su llegada a Malaysia, “debo mejorar mis salidas”. Una vez más durante esta temporada la primera curva ha condicionada gran parte de la carrera y hasta un mundial que se afronta su recta final.
Sebastian Vettel protagonizó una salida fulminante en la que tras superar a Ricciardo trató de sorprender a Verstappen primero por la izquierda y finalmente en un arriesgado interior que le llevaba hasta la segunda posición al tiempo que llegaba al vértice de la primera curva.
Como en Spa, la pista no se puede ensanchar cuando tres-cuatro coches tratan de cerrar la trayectoria. El alemán de Ferrari alargaba desde el interior mientras que Rosberg que no quería perder de vista a Hamilton llegaba desde el exterior con Verstappen en medio.
El resultado estaba cantado, Nico Rosberg arrancó la suspensión de un pasado Sebastian Vettel creando el caos que eliminaba al impetuoso piloto de Ferrari y perjudicaban seriamente a Rosberg en su lucha por el mundial.
Vettel hizo un Verstappen que Alonso aprovechó
Vettel no pudo con la presión de ver a Verstappen por delante y quiso devolverle la jugada de Spa llevándose peores resultados y las críticas de todos, incluido el holandés que clamaba vía radio “Sebastian está loco” a lo que desde el muro de boxes su ingeniero respondía con un tajante: “Totalmente de acuerdo”.
Con el coche de seguridad Rosberg comenzaba su remontada mientras que Ricciardo trataba de no perder ritmo respecto a un Hamilton que afrontaba una carrera más relajada de la esperada.
En los primeros compases de carrera Fernando Alonso volvió a sacar otro conejo de la chistera aprovechando como nadie la confusión desatada en la primera curva situándose en visto y no visto en mitad del grupo protagonizando una gran carrera donde por primera vez en el año ha podido completar en modo ataque gracias a un fantástico ritmo de carrera que le ha aupado hasta la séptima posición final.
En la vuelta 9 mientras el Haas de Romain Grosjean se defendía de la furia de Alonso sufría un problema en sus frenos que le sacaba de pista provocando una nueva salida del coche virtual de seguridad, con el consiguiente baile de coches entrando apresuradamente al pitlane. El neumático duro, el de la banda naranja, fue el favorito a partir de aquel momento por la mayoría revolucionando las estrategias de los equipos.
Mientras los de cabeza no paraban Verstappen pedía poder atacar a su compañero de equipo para tratar de insidias a Hamilton. Red Bull calmó a su piloto llamándole al box para anticipar su cambio de gomas.
El alemán marcaba los mejores tiempos superando a un Carlos Sainz que luchaba como siempre con un coche en decadencia desde mitad de temporada.
Los blandos aguantaron más de 20 vueltas
El grupo de cabeza se había saltado las visitas a boxes sorprendiendo a propios y extraños al ver a los tres primeros superar holgadamente veinte vueltas con un compuesto blando sobre un pista que llegaba a los 60ºC de temperatura, sin contar las realizadas con el mismo juego de neumáticos en clasificación.
Verstappen lideró la carrera aprovechando la primera parada del grupo de cabeza y la buena estrategia del equipo junto a un ultra-veloz cambio de gomas en la vuelta 28 permitió al holandés deshacerse del último Ferrari superviviente.
En la misma vuelta Alonso lo apostaba todo tras decir que no a la estrategia conservadora del equipo montando gomas blandas para seguir atacando el día que el motor Honda lo daba todo.
Con Hamilton líder Rosberg en la vuelta 32 trató de realizar un undercut sobre Raikkonen para aproximarse al podio y frenar la sangría de puntos pero Ferrari reaccionó llamado a Räikkönen a box la siguiente vuelta aprovechando el fallo del mecánico responsable de la rueda delantera derecha de Mercedes.
El adelantamiento fallido de Nico Rosberg en el pitalane sobre el finlandés de Ferrari obligó al alemán a superar a su rival en pista, cosa que no tardó en realizar en otra maniobra agresiva que pudo terminar con ambos pilotos fuera de pista.
Rosberg preparó su adelantamiento modificando la trazada a final de recta para realizar un interior que sorprendió a un Räikkönen que no se esperaba ver a un Mercedes entrar tan pasado. La colisión fue inevitable, pero el Mercedes es un tanque y en su segundo contacto con un Ferrari no sufrió más daños que la sanción de 10 segundos impuesta por dirección de carrera.
La incapacidad de Ferrari de aprovechar el regalo de los comisarios propició que el alemán finalmente ‘ganara’ la carrera gracias a su tercera posición final.
Con el Mercedes a la espalda una vuelta más tarde los dos Red Bull se enzarzaban en una pelea fratricida provocada por el mejor ritmo de carrera que mostraba Verstappen.
Los coches de la bebida energética provocaban un duelo que brindó espectáculo al mundo entero con los dos monoplazas en paralelo en la curva 5.
La lucha en casa Red Bull ponía una alfombra roja a los pies de Lewis Hamilton para culminar la victoria. Pero la carrera aún guardaba una sorpresa más que puede cambiar el destino del mundial.
Mercedes en llamas cambia el mundial
“No, No, No” gritaba Lewis Hamilton en la vuelta 41 en un giro de acontecimientos que ni los mejores guionistas de Hollywood hubieran podido imaginar.
A final de recta, en octava velocidad, a máxima velocidad, el motor Mercedes explotaba en llamas acabando con las esperanzas de remontada del mundial del británico que se retiraba hundido en medio de fuertes críticas a su equipo a quien denuncia por ser el único piloto entre todos los motorizados por Mercedes que sufre continuamente problemas mecánicos.
La carrera no terminó en ese momento, porque Esteban Gutiérrez perdía perdía la rueda delantera izquierda peligrosamente cuando Räikkönen llegaba por detrás. Este hecho prolongó el coche de seguridad virtual pero la carrera ya había terminado, con el último cambio e gomas simultáneo de Red Bull las distancias se mantuvieron hasta el final.