Tras el error de Hamilton en la salida, Nico Rosberg consiguió la victoria en Japón conduciendo con un brazo fuera, sin esforzarse ni arriesgar lo más mínimo en la enésima demostración de la superioridad de su montura que es ya equiparable a los grandes mitos que en otras ocasiones ha aplastado a la competencia.
Mercedes, con su W07, ha conseguido erigirse como ejemplo de perfección y de excelencia a la hora de diseñar y desarrollar un monoplaza desde su chasis hasta su unidad de potencia, algo que tan sólo Ferrari ha conseguido a lo largo de la historia de la Fórmula 1.
Si bien Mercedes y Ferrari han sido los únicos en alcanzar la supremacía como constructores integrales, otros ‘ensambladores’ como los llamaba Enzo Ferrari han conseguido crear monoplazas que han marcado la historia y que aún a día de hoy estremecen en el paddock con nombrarlos. EL ESPAÑOL repasa la historia de los mejores monoplazas de la historia de la F1 a los que se debe sumar por méritos propios el Mercedes W07 campeón del mundo.
2016 Mercedes AMG: F1 W07 Hybrid (15 victorias, de momento)
El coche que acaba de conquistar el mundial de constructores para Mercedes se llaman W07 y constituye la última obra maestra de la Fórmula 1 Híbrida en su formato inicial antes del cambio normativo de 2017.
El W07 destaca por su insuperable capacidad de adaptación a prácticamente cualquier trazado gracias a unas elaboradas suspensiones que han aprovechado las lecciones aprendidas del FRIC antes de su prohibición, consiguiendo emular su funcionamiento gracias a un tercer amortiguador delantero de tipo hidráulico que evita el balanceo del monoplaza y permite exprimir al máximo su sofisticada evolución a golpe de microaerodinámica.
El perfecto equilibrio del chasis marca tendencias a base de victorias sin importar el tipo de goma que Pirelli ponga a disposición. Además de motor y aerodinámica, Mercedes suma la mejor interpretación del reglamento aprovechando el pliegue de las normas usado para favorecer a Manor, que ha permitido a los alemanes usar un ‘subchasis’ en la parte frontal para albergar su extraordinaria suspensión.
Todo lo anterior unido a la mejor y más potente unidad de potencia conforma un paquete que se ha impuesto de la mano de Hamilton y Rosberg en todas las carreras, menos dos hasta el momento.
2013 Red Bull: RB9 (13 victorias)
La culminación de la visión de Adrian Newey (que lo ha ganado todo en tres equipos diferentes) sobre lo que debe ser la máxima expresión del automovilismo alcanzó la quinta esencia con el RB9.
A pesar de las trabas de la FIA a los escapes soplados, Newey y Rob Marshall lograron, gracias al efecto Coandă, superar todas las trabas para que el “Hungry Heidi’ de Sebastian Vettel arroyara por completo la temporada que pondría fin a los motores atmosféricos, aquellos del sonido inigualable.
Como todos los Red Bull victoriosos, el RB9 se vio envuelto en polémicas sobre mapas motor especiales, fondos planos flexibles y un largo etcétera. La FIA verificó el monoplaza pero no pudo parar el impecable trabajo de perfeccionamiento que los de Milton Keynes habían puesto en escena y con el que conquistaron trece victorias sobre diecinueve carreras, todas ellas de la mano de Sebastian Vettel.
2004 Ferrari: F2004 (15 victorias)
2004 fue el año de la consagración de Schumacher que ganó doce de las trece primeras carreras logrando su séptimo título y el quinto consecutivo para la Scuderia.
Los conceptos del F2002, que abrieron una nueva era fueron culminado en el F2004 un monoplaza que aún da miedo a los mas viejos del paddock como consecuencia de su dominio sobre el flujo aerodinámico y la perfecta utilización de nuevos materiales en los componentes claves de la mecánica del monoplaza.
2002 Ferrari: F2002 (15 victorias)
En la era Michael Schumacher, Ferrari dominaba a placer el mundial gracias a un monoplaza imbatible que permitió al Káiser ser primero o segundo en todos los Grandes Premios salvo en Malasia, donde ‘tan sólo’ fue tercero.
El monoplaza, fruto del trabajo de Ross Brawn, Rory Byrne y Paolo Martinelli, gracias a su reducido peso, insuperable aerodinámica e incomparable capacidad de abordar las curvas ganó quince carreras entre 2002 y 2003 tardó en debutar en el mundial.
El proyecto sentaba las bases de la nueva Fórmula 1 al incorporar nuevas tecnologías como la caja de cambios que reducía drásticamente peso y dimensiones tras encapsularla en titanio. El proyecto requirió más tiempo del previsto siendo el F2001 el encargado de defender los colores de Maranello durante las dos primeras carreras de la temporada adjudicándose la victoria en el GP inaugural.
1992 Williams: FW14B (10 victorias)
Diez victorias sobre 16 dejan clara la superioridad del proyecto de Williams que permitió a Nigel Mansell ser el primer piloto en ganar nueve carreras en una misma temporada gracias al sistema de suspensión activa.
El monoplaza británico propulsado por un V10 Renault contaba con un suspensión activa que nivelaba el coche en cada curva manteniendo siempre la altura ideal. A esta maravilla de la técnica se sumo el control de tracción y caja de cambios semiautomática avanzando los sistemas electrónicos que usan los coches hoy en día.
1988 McLaren-Honda: MP4/4 (15 victorias)
Los duelos entre Alain Prost y Ayrton Senna que Fernando Alonso quiere revivir tras su regreso a McLaren son los que hicieron al equipo de Woking entrar en la leyenda en los años 80.
Gordon Murray y Steve Nichols diseñaron uno de los iconos de la Fórmula 1, que ganó todas las carreras del mundial menos el GP de Monza, donde Ferrari salvó el honor en medio de duelo por su fundador Enzo Ferrari. El secreto del monoplaza residió en un proyecto concebido específicamente para el V6 Turbo japonés que usaba suspensiones push-rod en el eje trasero, como todos hoy en día pero que en la época fue una revolución.
1978 Lotus: 79 (8 victorias)
El legendario y genial Colin Chapman diseñó el primer monoplaza que abriría una nueva era en la que un factor se convertiría desde ese momento en esencial: la aerodinámica del efecto suelo. El Lotus-Ford 79 de 1978 fue el primer coche en incorporar el efecto suelo como aspecto esencial de su diseño.
Mario Andretti conquistó el título dominando a placer un mundial con un coche que se pegaba al suelo como nunca antes se había visto antes, gozando de un margen que pocos antes habían vivido en la Fórmula 1.
1975 Ferrari: 312T (6 victorias)
Para Niki Lauda, actual director no-ejecutivo de Mercedes que ahora celebra su tercer mundial con la marca alemana, 1975 fue “un año increíble” en el que gracias al Ferrari 312T de Mauro Forghieri conquistó su primer mundial.
El ingeniero de Modena diseño la serie 312 para Ferrari que se caracterizaba por su cambio transversal (de ahí la T del proyecto) unido al poderoso doce cilindros. Los diferentes 312 conquistaron cuatro campeonatos del mundo de constructores y tres de pilotos con Lauda y Jody Scheckter entre 1975 y 1979.
1953 Ferrari: Tipo 500 (7 victorias)
El secreto del éxito de este monoplaza que comenzó a escribir el nombre Ferrari en el libro de oro de la F1 residía en un motor de cuatro cilindros en linea montado por detrás del eje delantero dotando al bólido de un reparto de peses extraordinario.
En el lejano 1952 la Fórmula 1 tan sólo tenía tres años y la retirada de Alfa Romeo obligó a los organizadores a mezclar el campeonato con la F2. Aún así Ferrari se impuso en siete Grandes Premios de la mano de Alberto Ascari, seis de ellos consecutivos.