Que alguien como Christian Horner reivindique que tras la llegada de Max Verstappen a Red Bull y su corta cohabitación con Daniel Ricciardo “ha elevado el nivel” del equipo y de la competición deja claro el valor de un piloto del que nadie diría que está en su segundo año de Fórmula 1 con 18 años recién cumplidos.
Max Verstappen se ha convertido en la punta de lanza de la invasión que la generación PlayStation está realizando sobre la parrilla del Mundial, a la que se acaba de unir Lance Stroll como piloto oficial del Williams FW40 (que en 2017 celebrará los 40 años en F1).
Sus 18 recién cumplidos no quieren decir que no conozca la parte dura y peligrosa del mundo de la competición que la PlayStation oculta, especialmente tras el duro accidente que sufrió en Monza a los 17 años.
Coincidiendo con el anuncio de Williams, irrumpe desde las categorías inferiores el apellido Schumacher, que ha marcado la historia de la Fórmula 1. Mick Schumacher, hijo del heptacampeón, prueba estos días en Nurburgring con el equipo Prima Powerteam para ganarse un puesto en Fórmula 3 tras haber quedado segundo en la F4 italiana y alemana.
Jóvenes e impetuosos
Los jóvenes del motor son cada vez más jóvenes, mucho más que cuando un desconocido Kimi-Matias Räikkönen debutó con Sauber entre fuertes críticas e incredulidad del 'paddock' por la llegada de un ‘cachorro’ de 22 años. Ahora, a la misma edad, pilotos como Carlos Sainz se permiten cerrar la trayectoria y mandar a la hierba a sus propios héroes de infancia (como Fernando Alonso).
Son jóvenes descarados, impetuosos y ‘contestones’ capaces de “mandar al colegio” a todo un sénior de la categoría, con nada menos que cuatro Mundiales en su haber, como Sebastian Vettel.
'Millennials' fruto de la burbuja del bienestar
La nueva sangre que comienza a fluir por las venas de la Fórmula 1 pertenece a 'millennials' criados con la PlayStation, donde frenar a final de recta y ocupar todo el asfalto no trae demasiadas consecuencias. Esto siembra actitudes que marcan un estilo y una arrogancia que en la pista se traducen en pánico para quienes osan enfrentarse a un cada día más crecido Max Verstappen.
Con una forma de ver el mundo fruto quizás de la burbuja de una época irrepetible, llena de estabilidad y comodidades, bañada de servicios gratuitos, la nueva generación se siente con derecho a todo. Representan al público al que la Fórmula 1 no está llegando y que debe garantizar las audiencias del mañana.
La necesitada revolución de la Fórmula 1 pasa forzosamente por sus manos, aunque sus comportamientos irriten tanto a los mayores que terminan por llamarlos “¡cabrones!”. Ellos han crecido al tiempo que lo hacían las redes sociales, esas que la anquilosada estructura de la Fórmula 1 no logra descifrar ni compatibilizar.
El futuro que la Fórmula E ve y la Fórmula 1 ignora
A pesar de que la Fórmula E esté a años luz en cuanto a tecnología y desarrollo de los monoplazas respecto a la Fórmula 1, la categoría creada de la nada por Alejandro Agag continúa creciendo y atrayendo nuevos socios. Como Audi, que abandona todas sus actividades en las competiciones del motor para dedicarse exclusivamente a la FE.
La realidad es que, gracias a personas como Elon Musk, la ciencia ficción del coche autónomo es una realidad que disfrutan hoy en día miles de propietarios de Tesla en los Estados Unidos. La tecnología está fusionando el mundo real con el virtual hasta un punto en el que pronto perderemos la referencia de uno u otro.
El mundo híbrido es ya una realidad en la Fórmula E, donde los pilotos tienen más potencia en su acelerador gracias al criterio de los fans en tiempo real.
El campeonato que ha arrebatado al mismísimo Bernie Ecclestone el honor de correr sobre las calles de Nueva York celebrará esta temporada un segundo ePrix en otra mítica ciudad norteamericana, Las Vegas. La clave es que esta ‘eRace’ será 100% virtual gracias a la colaboración de la empresa española Cloud Sport, que hará realidad el sueño que los fans siempre han tenido en su mente de competir contra los pilotos que tanto admiran. Los diez simracers más rápidos en el simulador Road To Vegas competirán contra los veinte pilotos titulares de la FE en Las Vegas por un bote en premios de 1 millón de dólares.
Mientras, la Fórmula 1 y los secuaces de Ecclestone siguen rastreando la red bloqueando los vídeos subidos por los usuarios, a la vez que la FIA los publica de tal forma que la gente no puede insertarlos en sus 'timelines'.