Nico Rosberg cuelga el casco y se despide de las carreras con la cabeza alta, tras haber hecho realidad el “sueño de ser campeón del mundo de Fórmula 1”. La 'montaña' que ha escalado el alemán ha supuesto una exigencia personal tal tanto para él como para toda su familia que no esta dispuesto a repetir. En el improvisado vídeo donde se dirige a los aficionados el lenguaje corporal del piloto deja claro en algunos momentos lo duro y sacrificado que ha sido la proeza de ganar a Hamilton.
“Sólo se vive una vez y mi corazón me pide que haga esto”. Momentos antes de estas palabras Nico Rosberg cerraba sus ojos recordando la cara oculta de un deporte donde los sacrificios de quienes viven dentro del paddock pocas veces son de dominio público. El alemán ha llegado al límite, pero se ha superado a sí mismo no por ser campeón sino por tener la fuerza de apostar por otra vida habiendo llegado a la cima. Ahora toca disfrutar de su hija y recompensar a su familia, que como él lo han sacrificado todo por el título.
Se abre la veda por el asiento más deseado
Más de un piloto está pasando las últimas horas leyendo con sus abogados una y otra vez las cláusulas de su contrato con la esperanza de encontrar un hueco que le permita liberarse de sus obligaciones contractuales y poder así optar al que sigue siendo el volante más codiciado del mundial, pese a las interrogantes que el nuevo reglamento plantean de cara a la próxima temporada.
Entre todos estos pilotos el nombre de Fernando Alonso es el que más veces ha salido a la luz en los medios y las quinielas que circulan por las redes sociales. La sorprendente decisión de Nico Rosberg ha pillado al mundo de la Fórmula 1 fuera de juego en el peor momento del partido. De hecho, con el final de la temporada todos los equipos han cerrado sus plantillas de cara a un 2017 que comenzará con los test en Montmeló a finales del próximo mes. Los contratos están cerrados y blindados, pero la tentación de la estrella a tres puntas es demasiado grande como para no intentarlo.
Fernando Alonso aparece en la 'pole position' a la hora de romper un contrato que le une a McLaren pero que se paga con el dinero japonés de Honda. El asturiano no firma contrato alguno que no incluya una cláusula de rendimiento por parte de su equipo. Desde el regreso del español a McLaren, el equipo de Woking ha marcado su peor resultado en la historia en 2015, mientras que este año no han pasado de la sexta posición tras un duelo sin fin con el equipo B de Red Bull, los italianos de Toro Rosso que usaban un motor Ferrari con una año de antigüedad.
Si Toto Wolff continúa rechazando las llamadas de Max Verstappen, con el que ha protagonizado un juego de mensajes cruzados en las redes sociales, y vuelve a plantearse la idea inicial de 2014 de fichar al bicampeón español, Fernando Alonso no tendría tan complicado cambiar una vez más de chaqueta y saltar al equipo que ha dominado como ningún otro el mundial sin oposición alguna.
Rosberg deja la puerta abierta
En 2014, con la llegada de la Fórmula 1 híbrida, desde Mercedes organizaron un trueque que debía llevar a Fernando Alonso a las balas de plata mientras que Lewis Hamilton se vestiría de rojo como piloto Ferrari. Los de Maranello por aquel entonces no quisieron contar con el peculiar carácter del piloto británico decantándose por un Sebastian Vettel mucho menos incomodo a la hora de las relaciones públicas. Entonces, Fernando Alonso sólo pudo apostar por un proyecto que nació torcido por la soberbia de Ron Dennis y los errores conceptuales de Honda.
Alonso le tiene ganas a Hamilton
La guinda perfecta para resucitar la Fórmula 1 que debe cautivar a los aficionados con su nueva estética, prestaciones y reglamentación en 2017 sería el duelo en la cumbre que resuelva la herida abierta hace diez años entre Hamilton y Alonso.
En la memoria de muchos aficionados aún perviven los duelos Senna-Prost que podrían alcanzar un nuevo nivel si el británico y el español se enfrentaran de nuevo a paridad de material. Si a esto le unimos la Verstappenmanía y el potencial que Red Bull puede poner sobre las pistas el año próximo el cocktail alcanzaría una perfección mágica especialmente si Ferrari se uniera a la fiesta.
En 2007 un recién llegado irrumpió en la Fórmula 1 rompiendo los esquemas de muchos y los de Fernando Alonso de manera muy especial. El español llegaba a McLaren con sus dos mundiales recién conquistados en Renault pero descubría como el protegido de Ron Dennis era casi tan rápido como él en sus dos primeros Grandes Premios como piloto de F1.
En la tercera prueba del mundial la apuesta británica de McLaren se subía al podio mientras que Alonso era quinto. La tensión comenzó a disparase y a partir de Canada, cuando Hamilton se puso primero en el Mundial la situación interna del equipo tomó unos tintes que en Hungría harían saltar por los aires la ‘convivencia’ en pos de una guerra que terminaría con destapar el escándalo del espionaje de McLaren sobre Ferrari y terminaría con un Mundial perdido en favor de Kimi Räikkönen.
Desde entonces las carreras de ambos pilotos han seguido sendas diferentes y a pesar de que ambos han madurado y dejado atrás todo aquello el espíritu de revancha permanece.
Fernando Alonso no desperdiciará nunca ninguna oportunidad de poner en su sitio a Lewis Hamilton, mientras que el británico avisa que “le da igual a quién fichen” en Mercedes pero advierte que lo único que pide es “igualdad de derechos”. ¿Será la decisión de Nico Rosberg la clave para vivir un 2017 histórico?
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