A los pilotos finlandeses se les ha llamado ‘voladores’ por sus proezas y dominio de los Rallyes pero en el Gran Premio de Rusia el espíritu de Vatanen, Kankkunen o Grönholm, recreado en los circuitos de F1 por campeones como Mika Häkkinen o Kimi Räikkönen, ha revivido gracias a la victoria de Valtteri Bottas.
El finlandés reafirma su posición en Mercedes en el momento en que su ‘contrato en pruebas’ llegaba a su fin. La llegada por un año del ex-piloto Williams para suplir el puesto dejado por el actual campeón del mundo Nico Rosberg tenía un periodo de pruebas impuesto por Niki Lauda, director no ejecutivo de Mercedes.
El piloto de Nastola disponía de cuatro Grandes Premios para demostrar que se merecía el volante del coche más competitivo de la era híbrida de la Fórmula 1.
Pese al podio conquistado en la primera carrera del mundial Bottas ha podido sentir la presión que supone estar en el equipo número uno del mundial y sentir cómo 'quema' el calor de los focos de los medios cuando se tiene al lado a alguien como Lewis Hamilton.
La mala carrera de China puso en duda la decisión de Toto Wolff de fichar al piloto del que había sido mánager. La pole position de Bahrain tampoco fue suficiente para que el público ni el paddock valorara al piloto más inexpresivo, junto a Räikkönen, de toda la parrilla.
Con la llegaba la teórica ‘reválida’ de la cuarta carrera del mundial, justo cuando por delante un muro rojo Ferrari se erigía para contener el dominio de los últimos años de Mercedes, Valtteri Bottas ha conquistado la primera victoria de su vida que a la vez salva a todo su equipo de la profunda crisis a la que una nueva victoria de Vettel hubiera sumido al equipo alemán.
Hamilton, desaparecido en combate
Los resultados de Lewis Hamilton durante esta temporada parecen dar la razón a aquellos que pensaban que la victoria de Nico Rosberg la temporada pasada no fue casualidad. El piloto británico no parece el depredador implacable que solía ser tras un mundial en el que parece deshincharse carrera a carrera.
Hamilton estaba emocionado ante la posibilidad de poder luchar “rueda a rueda” con “el único piloto al que declaraba respetar”: Sebastian Vettel. Pero la realidad es que el duelo con su ‘único’ rival hasta la fecha no ha existido salvo en la distancia y para llegar a rivalizar con el piloto Ferrari, el británico tendrá que superar primero a un compañero de equipo que no para de crecer a medida que le coge la medida al Mercedes W08.
Bottas ha batido en clasificación por dos veces consecutivas a un apagado Hamilton y se acaba de llevar su primera victoria en una carrera donde el británico ha sido una mera comparsa que ha finalizado cuarto, a más de medio minuto de su nuevo compañero de equipo.
Un misil para contener a Vettel
La conquista de la primera línea de la parrilla de salida por parte de Ferrari en un circuito Mercedes como el de Sochi, donde las balas de plata eran las claras favoritas, había sentado como un jarro de agua fría al equipo alemán.
El ritmo de carrera de los W08 era ligeramente superior al de Ferrari pero en la Fórmula 1 actual los adelantamientos son complicados hasta cuando eres más rápido que tu contrincante. La única opción de victoria para Mercedes era quitarse de en medio a los dos coches de Maranello, pero con un Vettel en pole la tarea no era fácil.
En una semana protagonizada por las pruebas de misiles de Corea del Norte y Estados Unidos, Valtteri Bottas parece haberse contagiado de esas tácticas disuasorias al partir desde la tercera posición como un misil que ha arrancado las pegatinas de los coches italianos quienes, impotentes, han visto como se les escapaba de las manos una victoria que hubiera puesto de rodillas a Mercedes.
El pitlane de Sochi se ha inundado de champagne gracias a la merecida victoria de Bottas (Ferrari de momento no festeja sus victorias), que ve cumplido un sueño que desde que militaba en los campeonatos finlandeses donde ganó en 2004, antes de pasar a la Fórmula Renault 2.0 británica desde la que accedió en 2009 a la Fórmula 3 Euroserias, para escalar hasta la GP3 Series y conseguir debutar en la Fórmula 1 de la mano de Williams.
La victoria en Rusia supone la superación de la reválida por parte de Bottas y su candidatura a la lucha por el Mundial que le sitúa en tercera posición a 10 puntos de Hamilton y a 23 del líder Sebastian Vettel.