La Fórmula 1 sigue rindiendo tributo a Michael Schumacher, siete veces campeón del mundo, retirado de la vida pública desde el accidente de esquí que sufrió hace este martes siete años y que para Ferrari sigue siendo el ídolo eterno.
"Pienso en Michael muy, muy a menudo. Todos los años desde que ocurrió el terrible accidente. Especialmente en estos días, por supuesto", afirma el exjefe de la escudería italiana, Luca di Montezemolo, en la edición del diario alemán Welt.
"Amo a su familia. Su esposa Corinna y los niños, Gina y Mick, solían venir a mi casa mucho. A menudo rezo por Michael", añadió. Hay una estricta norma de la discreción impuesta por los Schumacher en torno a la situación del expiloto en su chalet de Gland (Suiza).
Apenas recibe visitas, fuera de las que puntualmente hace el jefe de la FIA y exdirector deportivo en Ferrari, Jean Todt, quien a veces se ha referido a esos encuentros, sin dar detalles sobre su estado.
Montezemolo dirigió Ferrari desde 1991 a 2014, periodo en que la escudería italiana logró hasta 19 títulos mundiales -entre los recibidos por sus pilotos Niki Lauda, Kimi Räikkönen o Schumacher, o como constructor-. Montezemolo y Schumacher compartieron y celebraron juntos 72 victorias, más de un centenar de podios y, sobre todo, cinco campeonatos.
"La era con Michael fue muy especial. Siempre lo tengo en mente, pero también respeto mucho las decisiones de su familia"., afirma, para añadir que suele rezar por él, pese a que no le ha visitado desde el accidente en Méribel, en los Alpes franceses.
El accidente de Michael
Son ya siete años desde el accidente del 29 de diciembre de 2013 en esa estación invernal de los Alpes franceses. Por entonces llevaba varios años retirado de la competición. El piloto que tantos accidentes había superado en los circuitos quedó al borde de la muerte en una pista de esquí, su otra pasión deportiva.
Su ingreso en una clínica de Grenoble, con politraumatismo craneoencefálico, desplegó un circo mediático que puso a prueba la paciencia de los responsables del centro médico y la capacidad de gestionar los ánimos en una familia emocionalmente al límite.
Su esposa, Corinna, como la exmánager del piloto, Sabine Kehm, se vieron acosadas por los medios a cada entrada o salida del centro. Hubo intentos frustrados de robo de imágenes del accidentado y otros ejemplos de voracidad periodística.
Michael despertó del coma inducido en que había ingresado a los seis meses del accidente. De la clínica de Grenoble se le trasladó a un centro de rehabilitación en Lausana (Suiza) y, de ahí, al chalet de Gland, acondicionado debidamente para su atención, entre equipos de médicos, auxiliares y fisioterapeutas.
Siete años después, Corinna, quien se casó con Michael en 1995 y es madre de sus dos hijos -Gina Maria y Mick-, sigue representándole en actos benéficos y otros eventos. El último de ellos, la gala de la FIA, en diciembre, en la que se proclamó a Hamilton piloto del año, mientras la esposa de Michael recibía un premio honorífico, otro más, en nombre de su marido.
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