Fernando Alonso vive su segunda juventud en la Fórmula 1. El piloto asturiano regresó para este Mundial después de un breve parón en la competición con ganas de seguir aumentando su leyenda. Ya no aspira al título, ni a acabar en el podio, pero sí a dejar una buena imagen subido a su Alpine. Este fin de semana regresa a Mónaco, Gran Premio en el que en 2006 sacó una de sus mejores versiones con una pole position y un posterior triunfo.
El propio piloto ha destacado que se trata de un "fin de semana especial" en una "pista única" donde la adrenalina está "más alta que en otros circuitos". Por eso, por la distinción de Mónaco respecto al resto de pistas, Alonso tiene "ganas de experimentar" el asfalto monegasco con su nuevo Alpine. El asturiano, en rueda de prensa, ha destacado que intenta ser positivo porque las características del coche le pueden permitir "rendir bien con las curvas de baja velocidad".
Alonso ha desvelado que Alpine prevé estar entre los puntos con ambos coches, confirmando así las buenas sensaciones de estos días. La confianza parece total y esperan que sea "un buen fin de semana" para la escudería. Todo un reto en uno de los circuitos más populares del Mundial y en el que Fernando Alonso, además, tiene una gran historia detrás que le motiva.
El asturiano, cabe recordar, vivió un triunfo histórico en 2006 y repitió en 2007. Dos años consecutivos alzándose con la victoria en el Gran Premio de Mónaco. La situación es muy diferente esta vez, pero los recuerdos no se olvidan. Alonso, ante los medios, ha recordado por qué este GP es tan diferente a nivel personal. Las sorpresas y noticias de última hora no se le borran de la mente.
Recuerdos en Mónaco
Para él, la victoria en 2006 fue "muy especial". "Muy raro", ha recordado el español. Y es que Alonso conoció que saldría primero en la carrera oficial ya por la noche. "Me enteré de que estaba en la pole el sábado a las diez de la noche". El domingo lograría el triunfo, pero la forma en la que comenzó el fin de semana no pudo ser más extraña. El piloto había terminado segundo en la clasificación, pero la organización acabó sancionando a Schumacher, que era el gran rival de Alonso y que forzó una bandera amarilla para torpedear al asturiano.
Una vez revisaron las imágenes, y ya por la noche, trasladaron a Alonso que el mejor tiempo definitivo había sido el suyo y que saldría en lo más alto de la clasificación. El español no falló y se llevó un Gran Premio inolvidable. Igualmente, ya en 2007, repitió aunque en una situación que fue "un poco mejor".
Alonso ya está preparado y, a la espera de dar mucha más guerra el fin de semana, ya ha dado de qué hablar llegando con una Aprilia a Mónaco. Una imagen compartida en redes sociales y que no ha pasado desapercibida para ninguno de los grandes aficionados al motor. Como ha destacado ante la prensa, "el sábado es decisivo".
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