Es motivo de alegría que este viernes los motores de los Fórmula 1 vuelvan a sonar para dar comienzo al Gran Premio de España en el Circuito de Montmeló. Las dificultades económicas han estado a punto de privar al complejo catalán de celebrar esta cita que, por otro lado, volverá a vivir la polémica de los himnos. Esta tradición que se instaló en 2014 por el deseo de Vladimir Putin de poner el de Rusia en Sochi hace que suene 'Els segadors' y el himno de España antes de la carrera.
Montmeló acoge, desde 1991, el Gran Premio de España y desde entonces el himno nacional y el de Cataluña han sonado en casi todas las ediciones en algún momento del día de la carrera sin mayor trascendencia. Es algo que está firmado en el contrato entre los promotores del Mundial y la organización de la carrera, cuyo coste financiero asume en su mayoría la Generalitat. Pero el punto de inflexión ocurrió en 2014, cuando sonó mucho más tiempo uno que otro, el catalán más que el español.
Tras el 'semiplante' de Fernando Alonso y la foto con Carlos Sainz Júnior con las banderas de España posteriores, la FIA decidió controlar estas duraciones. Ahora mismo se han relajado bastante las tensiones con respecto a la independencia de Cataluña, pero la sensación es que los focos se volverán a colocar sobre las 14:44 horas de este domingo. El regreso del público al completo en las gradas de Montmeló también hacen que este instante sea morboso.
Politización
Fue en 2018 cuando este momento tuvo su mayor momento de tensión interna. Fue en el mes de mayo, meses después de la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 y en plena efervescencia del procés. Primero sonaron los acordes del himno español y a continuación, y con una duración totalmente desproporcionada, lo hizo el himno catalán. Solo en España suenan los dos himnos al darse esta singularidad con Cataluña.
Ese instante encendió los ánimos y el primero en escenificarlo fue Fernando Alonso, que hizo un amago de marcharse al verse sorprendido por la enorme duración del himno catalán. Las protestas fueron numerosas. Tanto Alonso como Sainz se fotografiaron y exhibieron sendas banderas españolas al término de la carrera. Horas después, la propia Federación Española de Automovilismo expresó su malestar a través de una carta.
Debido a este comunicado, el Circuit de Barcelona - Catalunya contestaba argumentando que "siempre ha mostrado el máximo respeto a los símbolos de España y de Cataluña" y que estos actos se llevan repitiendo desde hace años, con la bandera de Cataluña en pista y con la interpretación del himno catalán. Sin embargo, no se hacen eco de las críticas sobre la duración del 'Els segadors', que fue mucho mayor que el himno de España. Al año siguiente volvieron a durar lo mismo.
Es una tradición que se instaló en la celebración del Gran Premio de Sochi. La Fórmula 1 estaba tratando de establecer un protocolo previo a la carrera y Putin vio una oportunidad para tener un momento patriótico. El líder ruso obligó al 'Gran Circo' a poner el himno del país y a que todos los pilotos y personal de la Fórmula 1 se cuadraran ante él. Por intereses económicos y políticos, la parrilla tuvo que acceder por obligación de la FIA.
2018 marcó el futuro
En 2018, lo del himno no fue lo único. Las primeras chispas por el conflicto político saltaron en el acto protocolario justo antes del GP de España, en el que la máxima autoridad presente fue el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, que recibió una pitada por parte de un sector del público respondida con aplausos por parte de otros espectadores con las caras de sorpresa de la gran cantidad de aficionados extranjeros presentes en las gradas.
Además, el servicio de seguridad del circuito retiró una pancarta colocada en la tribuna que pedía la libertad de los políticos y dirigentes de entidades encarcelados. El colofón tuvo lugar en la entrega de trofeos a Hamilton, Bottas y Verstappen en un podio sin autoridades y en el que el director del Circuit, Vicenç Aguilera, y el alcalde de Montmeló, Antoni Guil, tuvieron que ejercer de representantes institucionales frente a los pilotos.
Una imagen muy diferente de la que se vivió en mayo de 2017, cuando Carles Puigmont entregó el trofeo de ganador también a Hamilton. El presidente de la Generalitat seguía entonces en su cargo unos meses antes del referéndum del 1 de octubre, la declaración unilateral de independencia y del artículo 155.
Gran Premio de España
Sí, se llama así. Durante las negociaciones para renovar el acuerdo entre la FIA y el Circuit de Barcelona - Catalunya se trató de imponer el nombre de 'Gran Premio de Cataluña'. La respuesta de los promotores del Mundial fue inmediata: el cambio de denominación suponía una subida considerable de precio. Ahora, con la amenaza de perder el evento, los organizadores ya no han vuelto a proponer ningún cambio de nombre.
No fue fácil llegar a este acuerdo. Tuvieron que llevar a cabo una reforma para que el Gran Premio de este año se pudiera celebrar. Estaban previstas que terminaran a finales de este mes, al menos, en su primera fase. Habrá más. La mayoría de los trabajos se centrarán en el saneamiento de la zona para garantizar un buen drenaje y mejorar el firme de esa zona asfaltada. Con esta renovación a largo plazo, la instalación contará con una mayor estabilidad para afrontar sus planes futuros.
Cualquier intento de desestabilizar con el himno podría provocar reticencias con la Federación y Liberty Media. No se espera que se repita la imagen de 2018, pero la nueva tensión que se ha creado en torno al caso Pegasus podría ver nuevas fricciones entre el país y la comunidad autónoma en la Fórmula 1.
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